Por ausencias en el ágora, las ideas no se alcanzaron a sazonar hoy. Faltó sal y pimienta y quizá algunas especias; como el orégano que nos hace pensar en el pozole, y en la belleza de sabores que pueden estar contenidos dentro de un buen mole de olla, picosito y acompañado con un buen arroz.
Por ausencias en el ágora, no encontré los condimentos, y aunque el fuego hace milagros con lo que crudo encontramos, sin adorno las ideas dejan de ser manjar para el alma y algo agradable para el corazón.
Aunque eso no significa que todo es adorno en la comida, ya que de oropeles no vive lo que de bueno hay en el hombre, quien a veces por hambre come y come sin prestar mucha atención.
Maigo