El espectáculo de la paz
La guerra no es visible por su fuerza, sino porque es política. El odio, en cambio, puede salir a la vista tanto como permanecer oculto. El odio público se reconoce sin agotarse en una sola manifestación. El odio privado puede esconderse incluso al más minucioso de los autoexámenes. Sin embargo, la paz es tan invisible como de visibilidad requiere la justicia.
¿Es invisible la paz? Fue el cristianismo quien exhibió la invisibilidad de la paz en contraste con la visibilidad de la pax. La pax de los romanos fue una sustitución de la justicia: la indeterminación ante la Ley inauguró la tolerancia. El gobernante declaraba la pax por la supervivencia del Estado. La justicia, ya no siendo fundamento del orden político, fue relegada al ámbito de los acuerdos personales: el Estado como garante de la legalidad de los acuerdos entre los particulares. El Estado renunciando a lo político, construyendo lo publicitario. La fuerza de coacción, disuasión y persuasión como fundamento del orden público. La pax como un acuerdo público y publicitado; la paz como un estado interior e individual, tranquilidad desgajada de la gracia. Aparición del orden burgués y reconvención a la espiritualidad moderna. El sujeto como tensión entre las leyes del Estado y del Espíritu: el sujeto desgarrado de nuestra crisis: aúlla la nostalgia de la fraternidad fracturada.
¿Puede entonces declararse la paz desde la administración del Estado? Puede, claro, convocarse a las víctimas, consultarse a los líderes religiosos, aglutinar a los bandos políticos y legislarse la amnistía, pero no podrá pasar de ser una declaración de pax, un instrumento público y publicitario. Sin duda que la posibilidad de declarar la pax confirma la fuerza del convocante. Sin duda que tener la fuerza para convocar a la declaratoria de pax da cuenta de una práctica pública diferente. Sin duda que la pax podría poner a todos de acuerdo. Pero la justicia no es solamente un acuerdo, ni la diferencia es por sí misma la dignidad. La diferencia y el acuerdo serán ejercicios indudables de la fuerza en tanto la justicia no sea su fundamento, en tanto la paz no sea posible.
Para que la paz sea posible, nos hizo ver Javier Sicilia, se requiere la justicia. Si algo puede hacer el Estado para la reconciliación es propiciar la justicia. Sin justicia, sin el cuidado de la dignidad de las víctimas, toda acción del Estado será mera manifestación de la fuerza, simulación, inmoral utilización del dolor de las víctimas para el reposicionamiento moral del nuevo régimen. El Estado ha de garantizar la justicia porque es política, porque es visible. Es al individuo a quien corresponde la paz; es la víctima a quien la paz ha sido prometida. Aspirar a visibilizar la paz es un engaño, una simulación, fuerza pura de la propaganda.
Námaste Heptákis
Escenas del terruño. 1. Hacia el pensamiento único. Uno, en carta en La Jornada un grupo de académicos inició la presión para la sustitución de los directivos del IPN a fin de trabajar para que la institución sea acorde a los lineamientos del nuevo gobierno. Dos, el secretario general de la UNAM declaró que la institución analiza apegarse al plan económico del nuevo gobierno. Tres, la futura secretaria de Gobernación federal afirmó que revisará el nombramiento del Fiscal Anticorrupción de Veracruz. Cuarto, la futura secretaria de Energía declaró que el resultado de los análisis y los estudios de los especialistas sobre el sector energético concluye lo mismo que la propuesta inicial de AMLO. Quinto, los foros para la pacificación, que se llamarán «Foros para la Reconciliación Nacional», iniciarán en Ciudad Juárez el 7 de agosto. Ahí se delinearán las acciones a seguir, que coincidirán «reconciliadoramente» con los designios del futuro presidente. Sexto, el futuro presidente contestó que las críticas a su incuestionable decisión de nombrar a Manuel Bartlett al frente de CFE son normales, pero contrarias a su movimiento, por lo que Bartlett se queda. Séptimo, en torno al nombramiento de Manuel Bartlett, el otrora líder de anarcos y próximo diputado evangelista Gerardo Fernández Noroña acusa desmemoria histórica: a la gente se le olvida que es fundador de Morena y por tanto todo un patriota. Octavo, segunda cabeza editorial que se le entrega al nuevo régimen. Ahora fue Carlos Marín. ¿Le sigo o ya se entendió el cambio? 2. El Frente Nacional por la Familia no está preocupado por la desaparición del PES, pues para confirmar su condición confesional el partido resucitará… quizá no al tercer día, pero lo hará. ¿Cómo? Hoy se reúnen los ideólogos de la “defensa de la familia” para platicarlo.
Coletilla. ¡La filosofía al servicio de la patria! El señor Enrique Dussel ha presentado un escrito quedabien, o lo que también podríamos llamar el artículo de dos caras, o el alegato de la razón a fuerzas. Para que no le digan que se entrega al nuevo sátrapa, don Enrique aparenta una crítica a la prepotencia del liderazgo; pero para no desaprovechar los nuevos tiempos, propone «socializar» los cambios impulsados por el líder, es decir unirse a los nuevos tiempos, participar activamente en ellos. Si el líder falla, ya dirá que lo advirtió y que por eso comenzó a criticarlo; si el líder no falla, ya dirá que lo advirtió y que por eso propuso apoyarlo. ¿Qué anda buscando don Enrique? ¿Será que los violentos prohijados por la liberación y el morenaje no han encontrado lugar en la nueva distribución de puestos?