Pericia

— ¿Y Jorge, por qué no vino?

— Pues porque chocó, lo curioso es que ya llevaba seis meses sin frenos, solo era cuestión de tiempo, si me lo preguntas. Y eso que ya había dominado un sistema donde solo aceleraba lo suficiente como para que la fricción lo frenara por sí mismo. El problema fue que venía manejando y se quedó dormido mientras nevaba.