Y cada vez que el caprichoso deseo de pensar en su familia lo asaltaba sin mayor aviso, su alma moría un poco. Después de dieciséis años de vivir a merced del querer tener noticias de ellos; la pobre añorante, murió mucho antes que su cuerpo.
"Una docena de años viendo cómo se parten por docenas otras cosas en el mundo"
Y cada vez que el caprichoso deseo de pensar en su familia lo asaltaba sin mayor aviso, su alma moría un poco. Después de dieciséis años de vivir a merced del querer tener noticias de ellos; la pobre añorante, murió mucho antes que su cuerpo.