Todos somos AMLO
Un amigo de años, que durante mucho tiempo asistió a AA
me dijo lo siguiente de López Obrador: Cuando lo fui a ver, porque quería comprobar
qué tan persuasivo era en campaña, ahora que estuvo (el pasado junio) en
Coacalco, me di cuenta de que el cabrón es un retórico de primera: mueve una
mano y el pueblo lo sigue, yo mismo estuve tentado a decir ¡Estoy con Obrador! La intención de
mencionar a mi amigo dentro de un mitin que nada tenía que ver con sus deseos
políticos para México y el fácil rendimiento de su voluntad a Lopez Obrador, me
hizo pensar en algo un tanto irónico que se fue convirtiendo en algo triste, como
sucede con lo que pensamos y repensamos mucho y muchas veces.
Mi amigo asistía a AA porque había perdido a su familia a
causa de una mala jugada del destino, perdió la voluntad y se entregó a la
desesperación, era violento en cualquier momento, con cualquier provocación; se
internó y hasta pudo volver a ver a algunos integrantes de su familia, eso le
dio paz. Este buen amigo un día me dijo que lo peor de estar en México era que
te sentías solo por doquier, entonces algo que entendió él dentro de AA era que
si podías integrar a los demás a tus actividades, podías matar dos soledades de
un tiro. Este hombre lo hacía de una manera muy espontánea pero prefabricada,
te saludaba muy afablemente, casi con familiaridad, como si hace años lo
conocieras, te propone ir a trabajar de esto o de esto otro o emprender tal o
cual viaje y no deja de repetir en algunas ocasiones, sí podemos, esto es trabajo de todos. Aunque no deja de ser su
iniciativa.
El hombre tiene necesidad de comunidad, de saber que no
sólo hay unos sino muchos que lo apoyan a ir tras el ciervo y no tras el rinoceronte,
a saber que son mayoría adorando un dios, y que no hay oposición cuando de
dirigir la vida de un pueblo se trata.
No sé si hasta este punto quede claro que lo que hace
AMLO es lo mismo, intenta integrarnos a su elección, a sus decisiones, cómo,
con las encuestas, con el apechugamiento de decir, yo me aguanto a tomar el transporte
porque es lo mejor para el país y el país está en buenas manos ahora, las manos
de todos los que no habíamos podido hacer nada antes. Antes no podíamos hacer
nada, pero ahora sí ¿? Hasta estamos ayudando al medio ambiente. Algo se tenía
que hacer. No sé si los dejavues existen, pero creo que no en política, eso de
tenemos que hacer algo es muy Panista y eso de estamos haciendo esto bien
aunque el resto del cuarto se caiga a pedazos es muy del PRI. Me quedo pensando
en cómo nos hemos integrado al plan nacional de AMLO, a mí modo de ver sigue
siendo un tipo en campaña con seguidores, pero claro, algo cambió, la campaña
era el camino, la presidencia es el camino aún, la meta es el fin en sí mismo
hecho carne. No podemos vernos si nos abandonamos a la voluntad de otro, los
grandes inquisidores saben muy bien que es más dulce vivir adormecido que vivir
violentados por la premura (Calderón) u olvidados por la negligencia (Peña
Nieto), es decir, por las fuerzas que deberían ayudarnos. Las atrocidades se
siguen cometiendo, pero ahora tienen la aprobación del supremo pueblo: AMLO. Y
eso está bien porque todos somos AMLO.
El estado de elección es uno y se llama AMLO, todos somos
AMLO, nos integra a ser él. Nos desintegra. ¿Dónde estará la pluralidad si sólo
habrá una voz? Hasta Aristóteles, ese viejo amigo de los aristócratas, sabía
que la pluralidad era lo que mantenía vivo el equilibrio de fuerzas que
posibilitaba la sobrevivencia de un Estado-Ciudad. Tratemos de ser críticos y
no fanáticos.
Si no, difícil se nos hará ver que hay nuevos chivos expiatorios.
Javel
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