Gazmoñerísmos apócrifos
I
Entonces todas las aguas del mundo se reunieron en un sólo punto, y eran tus labios y vi que era bueno.
II
-¿Quién sostiene al sol mientras cae al mar? ¿Es ese aliento de fuego que incendia las nubes?
-¿Nunca habías visto el atardecer?
-No como el de hoy.
Javel
Para ir gastando: La imaginación debe estar al servicio de la comunidad. Es en este sentido como Alberto Vital se pregunta en su libro “El canon intangible” Terracota (La escritura invisible 12), 2008, en qué estaría pensando y actuando don Alfonso Reyes respecto de la situación del país. El autor da una respuesta rápida y dice que muy seguramente el regio Alfonso se ocuparía de la educación, su vinculación con el libro y el libro como espacio común en un mundo donde la pluralidad de espacios y textos es horizontal. El argumento está incompleto en este sentido, porque Vital comienza a indagar cómo es que don Alfonso escapó a un canon literario, pero da luces para comenzar a indagar sobre qué respondería un hombre sabio preocupado por la educación en México. Quizá nos diría: ocupémonos de lo importante.
Sólo si nos preguntamos y reflexionamos como lo harían los mejores, podremos dar un paso firme en la resolución de algunos pocos problemas, pero que seguramente serían los imprescindibles. Por eso, Alberto Vital nos invita a novelar las respuestas de don Alfonso, no sin olvidar su apasionado interés por la cultura en general, por las anécdotas en particular y por la amistad en la civilidad.
“Reyes: Me arriesgué a ser nada más escritor, a darle a mi país lo único y lo mejor que podía darle.” «Diálogo de los muertos: Alfonso Reyes y José Vasconcelos», José Emilio Pacheco