Y en aquél día, a todo el mundo se le ocurrió mirar el cielo. Fue algo natural, como el miedo que todos los seres vivos sentimos al percibir peligro. Simplemente pasó.
Algunos llegaron a tomar fotografías, otros video, y unos más se limitaron a reír como maniáticos. Si me preguntan qué es lo que vi, les voy a contestar lo mismo que el resto del mundo: la noche estrellada, las estelas cósmicas, cometas, estrellas fugaces y las constelaciones.
En pocas palabras, un cielo nocturno común y corriente sin contaminación, sin nubes y sin la menor duda de que todo el mundo compartíamos en ese mismo instante aquél momento eterno.