La Esperanza se convierte en absurdo cuando ya no hay nada que hacer, y deja de haber quehacer cuando actuamos gobernados por la ocurrencia del momento.
Maigo
"Una docena de años viendo cómo se parten por docenas otras cosas en el mundo"
La Esperanza se convierte en absurdo cuando ya no hay nada que hacer, y deja de haber quehacer cuando actuamos gobernados por la ocurrencia del momento.
Maigo
Pero ¿no pueden ocurrir y ocurrirse cosas que revelen una inesperada esperanza para quien esté atento a la posibilidad? Aunque tal vez tengas razón y precisamente estar en esa posición revela lo absurdo del panorama.
Por cierto, ¡no lo digo para nada porque mi categoría se llame «Libreta de ocurrencias»! No se te vaya a ocurrir semejante absurdo, ¿eh?
Me gustaMe gusta
No creo que se me ocurra tal cosa como restar esperanza a lo que publiques en tu categoría.
Pero no logro ver cómo es posible que la esperanza pueda andar de la mano de la ocurrencia, si la primera es la que da sentido a la acción. Actuamos porque esperamos que sea para bien, aunque pensar que cualquier cosa que se me ocurra sea buena es muy ingenuo.
Me gustaMe gusta
Tal vez no estamos pensando en las mismas ocurrencias. Yo pensaba que no parece muy sensible suponer que uno sabe perfectamente que lo que hace está bien, en todos los sentidos que le parezcan importantes. Pero el esperanzado puede actuar con esa confianza porque puede esperar que, en efecto, así ocurra. A esas ocurrencias decía yo que no se vale desesperanzarlas, o arrebatarles la posibilidad de que se dé un encuentro inesperado, afortunado, con el bien.
Me gustaMe gusta