Dignidad

Decía un naco francés que «el infierno son los otros».
Decía un naco mejicano que «los violentos son ellos».
No entiendo, de verdad, ¿por qué esa hambre urgente por degenerarse y unirse a la fila de los que acusan? ¿Por qué perder la vergüenza de violentar a lo pendejo, como si fueras un «school shooter»?  ¿De verdad se vive mejor aislado, desconfiando del «otro»?
En fin, no entiendo, por qué un grupo de personas se uniría gustoso a cantar y a bailar con coreografía bien dirigida, la nueva onda de este himno de odio, con sus rítmicas y pegajosas notas de «el violador eres tú».