Los santos de los últimos segundos

Pues resulta que les iba a contar un cuento acerca del fin del mundo, pero la ciencia se me adelantó en la semana.

Y mientras andaba yo bien perdido pensando en la inmortalidad del cangrejo, vine a enterarme que ahora son los mormones los que controlan la ciencia actual. En fin.

Lo malo es que, a diferencia de mi cuento, terminaron por contar un chiste que pues ni risa da, pero tampoco espanta (ni destruye al mundo, pa acabarla de chingar).

Anunciaron en una de esas mamadas de líderes mundiales preocupados por destruir el mundo con su súper fuerza de la imaginación, que el «reloj del apocalipsis» ya marcaba 120 segundos para el fin del mundo. La extinción total y verdadera del ser humano, la erradicación de toda la vida en todo el cosmos.

Y bueno, pues resulta que eso lo anunciaron los científicos más serios y más afamados del mundo (porque allí hay puros chingones famosos como la niñita prostituta esa que hace corajes, ¿no?). Lo malo, yo creo que se les olvidó con tanto bombo y platillo, es que la ciencia no señaló cuándo comenzar el conteo regresivo. Porque pues ya pasó al menos media semana, y el mundo, sigue igual de culero como lo encontré cuando nací.