Magias

Al ver lo que había recibido, con un nudo en la garganta y decepción en su corazón, Humberto pidió el reembolso del alma que había cambiado hace un par de minutos al Diablo.

A cambio pidió el sueño que había guardado desde niño: convertirse en el mago más poderoso de entre todos los hombres.

Y como todos sabemos, el Diablo, que siempre cumple su palabra, en esta ocasión hizo lo que se le pidió. Dotó al jóven con el poder suficiente como para cumplir su deseo, e insuficiente como para recuperar su alma gracias a él.

No es que Humberto lo hubiera siquiera soñado, jamás cruzó por su mente hacerle esta movida a Satán, él, se conformaba con el poder y la gloria que la magia siempre ha prometido al hombre.

A decir verdad, ni el Diablo estaba seguro de lo que Humberto esperaba recibir.

Solo sabemos, que cuando el jóven lanzó su primer hechizo, apareció frente a él materializado, un círculo bien cuadrado.

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