Respuesta ante la emergencia
Durante el gran incendio en Roma, Nerón tocó la cítara, y pensó en que este suceso le ayudaba a transformar la capital del mundo, sería una transformación para bien y le permitiría mostrar su grandeza ante todos: con la construcción de una colosal estatua levantándose de las cenizas de edificios y personas.
Lo que no pensó el tirano del mediterráneo, es que su colosal proyecto tenía los pies de barro y que su gobierno caería, más que por otros, por propia petición a manos de un esclavo.
Lo que no pensó es que el buen recuerdo que quería dejar para la historia se perdería por la teatralidad, que lo caracterizaba, y pasaría al recuerdo de todo el pueblo romano como un loco incapaz de responder adecuadamente ante las emergencias.
Maigo