14 – El poema «Taño»

Tiende de mi carne un hilo,

su cabo va lejos,

se pierde de vista

y de oído se acalla

aun grite lanzando

voces cual cantos de río

tirados al mar.

Pende sobre mar y olas,

se adentra en la arena,

ahueca las calles

y anuda una nube:

ya alguien se cuelga

como tocando campanas.

Repica mi piel.

Tiende de mi carne un hilo,

cual cantos de río,

sobre mar y olas.

Tiro y trina la memoria

amueblada y llena y

luminosa y quieta.

Como tocando campanas

tiran y yo trino

donde más hay eco

suena en armonía un suspiro.

Proteófilo Cantejero