No nos preguntamos cómo decir algo hasta que tenemos algo importante que decir. Creo que es importante el llamar la atención al cómo se dice algo. Tal vez podría decir mejor la primer frase con la que intenté llamar la atención al asunto para recalcar su importancia. “Se piensa el cómo cuando el qué es relevante”, podría ser una mejor frase. Aunque todavía no me convence. La idea está expuesta, pero le falta algo. Algo que recalque el porqué es relevante el saber cómo se va a decir (en este caso escribir) lo que se dice. Algo que vuelva a la frase inolvidable. “La forma es fondo” es una mejor frase. Aunque la frase no es mía y no recuerdo dónde la leí. Además la gran frase, aunque breve, le da más peso al modo en el que se dice que a lo que se dice propiamente. Como si la forma fuera tan fuerte que empujara al contenido a decir lo que la forma quisiera, como si la forma fuera tirana del contenido. Aunque a su vez es cierto, pues un buen tema podría ser echado a perder si no se sabe decir. Una sola palabra arruina una frase (una sola palabra destruye una frase). Por ello “No hay modo de bañarse dos veces en el mismo río”, como bien señaló Heráclito de Éfeso. Podría ser esta la frase que estaba buscando. Pero la frase es demasiado compleja, dice algo relacionado con el tema y a la vez distrae del tema (revela y oculta). El aforismo es tan fácil como el tema. Y en algún sentido tema y aforismo se contradicen. Hay frases perfectas, impactantes, inolvidables. Como la sentencia del pensador griego. El intentar entenderlo podría cambiarnos. Tal vez a la segunda, o quizá hasta la tercera o cuarta vez entendamos que los pequeños cambios son casi imperceptibles. El realizar una actividad en repetidas ocasiones nos cambia.
Planeaba decir en este párrafo que en un tuit no se puede hablar sobre un asunto importante, que las redes sociales se concentraron tanto en la forma que destruyeron el contenido. Pero me percaté que un aforismo cabe hasta en un tuit. Lo cual no significa que Twitter sea una fábrica de pensadores heraclíteos (ni siquiera una fábrica de reciclaje sobre las enseñanzas heraclíteas). Podría ser que las redes sociales unifiquen y disuelvan la diferencia entre forma y contenido. Lo atractivo de todas las redes son la cantidad de fotos, mensajes, comentarios, reacciones y otros divertimentos que pueden verse en poco tiempo. Aparentemente tenemos todo. No importa qué se escriba primero, con qué palabra se comience, cuál concepto sea el central, si un usuario ve un largo comentario, verá un rectángulo de letras sin prestarle atención. Por eso los memes son tan populares en estos tiempos con contado tiempo: dan diversión instantánea. Las polémicas se abandonan de un día a otro; y las que perviven, lo hacen porque o son demasiado importantes o a diversas personas les conviene que continúen. Las parejas duran lo que dura el día. Los amigos sólo se ven en los minutos de las reuniones en las que no ven su celular. Las familias son tan estáticas como el río de Heráclito. No sabemos cómo hablar de lo importante.
Yaddir