Virgencitaplis

Ahora que Méjico está a un paso de convertirse en el pueblo bicicletero que siempre ha soñado ser. Lo único que me queda, ya no es reír, sino más bien aferrarme a la promesa que hizo el peje hace unos años: iba a quitar el horario de verano.

Es el mejor momento par hacerlo: la economía está por los suelos, hay toque de queda, no hay tanta gente laborando y la inversión extranjera no quiere tener nada que ver con nosotros. ¿Para qué verga sincronizar nuestros relojes con el resto del mundo? ¿Para ahorra energía? Sería creíble si no estuviéramos en el viaje empecinado del carbón y el chapopote. Pero lo estamos, conviene despilfarrar energía, de ese modo, tal vez pueda reactivarse la economía interna y valga la pena la inversión en las refinerías y demás pendejadas.

De verdad, déjenos este horario que es el que Dios mandó, tal vez, pueda pasar a la historia como el peor presidente que jamás tuvo méjico, pero para mí será recordado como el que devolvió el tiempo al orden impuesto por Dios y eso no tiene precio.

2 Comentarios

  1. Duracero dice:

    Hay reproche en esto.

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  2. Y hay mucha pasión en mis letras. ¡Saludos, mano!

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