Acto

Los sobrevivientes del fin del mundo (que fueron el 99.9% de la población mundial) amanecieron con una resaca legendaria, así como hubo quienes rockearon toda la noche en una fiesta interminable para que la muerte los encontrara a medio éxtasis, así también, hubo, quien metido en un profundo miedo, terminó por suicidarse. Quienes no participaron de ninguno de estos dos extremos, no quedaron exentos de la rabia de haber sido engañados por la profecía y se unieron a la turba. No hubo razón que los hiciera detenerse, y como si fuese una misma mente controlando a millones de cuerpos, todos los seres humanos decidieron en menos de una hora tomar en sus manos, la responsabilidad que el destino no quiso llevar a cabo.