Inocencia y montajes

Para los hombres mundanos las culpas se lavan con la distracción. Los seguidores de Barrabás lo sabían y por eso crearon y magnificaron faltas contra el inocente, así fue mejor un asesino y ladrón que un hombre que curaba enfermos.

El culpable se fue, librándose del patíbulo, pero se perdió en el olvido.

El inocente, salud de las almas, murió como un cordero. No dijo nada mientras lo juzgaban ya había hablado antes con la verdad, y eso bastó, para los que entendieron que su reino no es de este mundo.

Gracias a su silencio, el inocente salvó a todos los dispuestos a escucharlo, del otro, al que aclamaron con gritos, no se sabe nada, quizá murió por la espada.

Gracias a los gritos y plantones de aquella mañana, hace más de dos mil años el asesino se perdió en el olvido de la historia y se le recuerda sólo por causas meramente incidentales, mientras que el inocente venció a la muerte y nos invita a hacer lo mismo mediante un amor que no es fingido, es decir que no se exhibe pero que sana.

Feliz Pascua, para los dispuestos a escuchar.

Maigo.