Es de mulas

Alguna vez me dijeron que la mula no era arisca, que la hicieron así a palos.

Durante muchos años no comprendí el sentido de ser arisco, pues pensé que alguien con ese talante era agresivo.


Mucho tiempo viví en el engaño, y afortunadamente alguien me sacó del équivoco, se apiadó de mi pollina ingenuidad, y me explicó que una mula arisca, no es un animal salvaje, es un animal indócil.

Una mula arisca, es un animal ya domesticado, que tras recibir muchos golpes, y recordar el dolor por los palos causado, aprendió a temer hasta de la sombra más pequeña, según me explicaron, teme incluso de su imagen proyectada en el suelo.

Ahora sé que las mulas tienen buena memoria y que quizá en ello se apoya su terquedad, y es probable que por memoriosas no se muevan con la locuacidad de quienes simplemente se aventuran por senderos ya recorridos, como el que querían que recorriera cierto ejemplar de un tal Balam, cuando se le pidió maldecir sin venia de lo divino.

 

Maigo