La crueldad delatada

La crueldad delatada

 

pero no es que yo me cubra

los ojos de ceniza:

mis ojos son ceniza

Ilusionan a la mayoría los grandes cambios. Cambios notables y notorios. Cambios poderosos. Porque el poder mueve multitudes, las emociona, las domina. El poder es atractivo porque provoca a la esperanza a un lugar en el futuro. El poder ilusiona con un futuro mejor. Por ello es que el despoder parece tan desconfiado, tan falto de lustre, tan menor. El despoder desilusiona, aparece como una renuncia al futuro, como conformidad con el presente, como confiada esperanza. La desesperación nunca es suficiente para el despoder. ¿Cómo reconocer la suficiencia desesperada?

         La patria, sin reconocer suficiencia alguna, está por entregarse a la desesperación empoderada y el primer signo ha sido la crueldad frente a la experiencia viva del despoder. El pasado viernes 14 de septiembre, en uno más de los foros de pacificación del nuevo régimen, el poeta Javier Sicilia tomó la palabra. Como es habitual en sus discursos, antes de abordar la realidad de las víctimas, Sicilia convocó al encuentro de la palabra a través de los versos y al reconocimiento del dolor a través de un minuto de silencio por las víctimas y los desaparecidos. El minuto de silencio fue interrumpido por los asistentes al foro, quienes gritaron que no los callarían, que seguirían protestando, que no aceptaban el minuto de silencio por las víctimas porque con ese minuto se pretendía callar a quienes protestaban. El poeta esperó, retomó el discurso; algo había cambiado.

         Podría pensarse que la interrupción de un minuto de silencio es un hecho menor ante el drama de las víctimas. Podría pensarse que la protesta debe sobreponerse al silencio porque el drama de las víctimas va más allá de toda civilidad, pues la crueldad contra las víctimas ha destrozado totalmente lo civil. Podría pensarse que un minuto de silencio es anecdótico, mera costumbre establecida, el intento de normalizar la anormalidad violenta. Pero a mí me parecen completamente erradas esas consideraciones. A mí me parece que la interrupción de ese minuto de silencio ha cambiado plenamente la situación del país de una manera tal que al parecer la mayoría todavía no se ha dado cuenta.

         El minuto de silencio sí es una costumbre nacida en el seno de la civilidad. Sin embargo, no lo es el minuto de silencio por las víctimas. Hace siete años Javier Sicilia abrazó a la nación adolorida y visibilizó a las víctimas. Llamando al minuto de silencio por las víctimas, Sicilia permitió que escucháramos el eco de la soledad, la resonancia del llanto, el siseo de los suspiros, la reverberación del dolor, el desierto creciente de la masacre. Javier Sicilia encabezó a cientos para recorrer la nación abrazándose, besándose, compartiendo el dolor, alimentando el consuelo. El poeta conmovió a la patria. El minuto de silencio por las víctimas fue el logro de la conmoción.

         ¿Qué logró Sicilia? En medio de la plaza pública, tras las palabras de los poetas, el poeta nos convocó al silencio, a reconocer la palabra ahogada. Y ahí, en el reconocimiento, a la vista de todos y en el centro de todo, Javier Sicilia renunció al poder. No fue su movimiento el camino para empoderarse. No logró el silencio para que imperara su voz. No llamó a callar para empezar a obedecer. En el silencio al que fuimos convocados, el poeta nos llenó de amor. El minuto de silencio nos susurró la necesidad de ser amados.

         Siete años después, el desprecio. La furia invadió el silencio. La crueldad apuñaló en la otra mejilla. Ilusionados los más con un poderoso cambio, valió despreciar al poeta. Arrastraron su silencio, lo rompieron, lo destrozaron. El zaherido poeta fue el nuevo chivo expiatorio. Llegó el momento de quienes reclaman. Llegó el momento de hacer escuchar bien y de hacer escuchar fuerte. Llegó el momento del poder. Llegó el momento de la delación y la crueldad. En un solo minuto despreciamos la nobleza por su debilidad, encantados en la fortaleza de lo vil. Lo peor es que la imagen de aquel acto público es vida interior de más de uno. ¿Hasta cuándo seguirá el engaño?

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. Hace algunas semanas comenté que a mi juicio la descentralización de las dependencias públicas tiene como motivación oculta la formación de sindicatos propios del nuevo régimen. El jueves 20 de septiembre, Morena aprobó en el Legislativo la llamada “libertad sindical”, por lo que la formación de los nuevos sindicatos estará garantizada por ley. Apúntenme ese tanto.

Coletilla. “Finalmente se han tornado, los seres humanos, en extraños, en una amenaza constante y una enfermedad que amenaza”. Guillermo Fadanelli

El vendaval II (otros tres intentos)

El vendaval (otros tres intentos)

 

El pasado lunes en este mismo blog, mi amigo Cantumimbra presentó tres versiones de su poema “El vendaval”. Hoy presento tres intentos más del mismo poema. No puedo llamarle revisitaciones, pero les diré rediversiones. ¿Alguien más se anima a vendavalizar?

 

Versión 4: lira

Arrastrando despojos,

deshilando en lágrimas la voz;

anublando los ojos

el vendaval nos inunda atroz:

es la crueldad que reina a sovoz.

 

Versión 5: haiku

Tras la matanza

nuestra voz torturada

yace en el polvo

 

Versión 6: copla infantil (para niños crueles)

El vendaval sin rostro

que viene por ahí,

la voz tendrá por costo

y nadie podrá reír.

 

Námaste Heptákis

 

Estantería. 1. El novelista Rafael Pérez Gay, en compañía de Gutiérrez Nájera, nos enseña a ver a las lluvias torrenciales en su relación con la humildad. 2. Reconocer los rasgos velados del alma del amigo cuando revisamos los libros que dejó tras su muerte, conocer al otro en otro tiempo, continuar la amistad en otra vida. Hay que leer «Los libros de mi amigo» del poeta David Huerta. 3. Para el poeta e historiador Tomás Calvillo vivimos «el reino de la desnuda violencia como fuente de poder económico y político».

Coletilla. Leo con gusto una reseña de la obra «Herodes Hoy». Es la puesta en escena de la obra «H» de Richard Viqueira, incluida en Tragedias Tempranas [Tierra Adentro, 2007]. Parecen buenas noticias que se monte teatro contemporáneo, que los jóvenes vean teatro contemporáneo y que lo reseñen en su sitio.

 

Piedra de toque

Piedra de toque

Decía Heráclito que uno no se mete a bañar al mismo río dos veces y acaso esto tiene su mejor ejemplificación en la política, pues lo que hoy aparece como el cauce natural del actuar político mexicano, mañana ya no formará parte de esta vorágine impredecible. Hace unos días se hablaba de unidad, se convocaba a ella, mejor dicho, no a ella todavía, sino a la formación de ésta. No se puede llamar a lo que no existe, aunque sí puede ser deseado… El deseo de unidad quizá ya se perdió en la violenta corriente de sangre que vivimos día a día. No es apatía la nuestra, es conocimiento trágico.

Dice Dostoievski que hay seres a los que sólo los golpes del destino más crueles los llega a salvar. El gran escritor ruso, que según Joseph Frank, padecía la soledad y odiaba la crueldad como nadie, no nos invita a ser amantes del sufrimiento, sino a abrazarnos en el dolor, para salir de él. Estos últimos once años México ha sufrido más que nunca. Heridas hay por todos lados: los secuestros, la corrupción, las desapariciones forzadas, el narcotráfico. Por un lado, el descaro del poder (Duarte); por el otro, el desinterés de los tres poderes por hacer justicia y formar unidad (No estamos completos hasta que aparezcan o se aclare el caso Ayotzinapa). El golpe ha sido dado. ¿Qué tragedia más fuerte podemos sufrir?… Tal vez ésta, estamos ahogándonos en este río de sangre, cada quien por su lado, pues si tomo la mano del otro para salir juntos, quizá terminé hundiéndome para salir él sin mí. Solos y llenos de miedo fúrico pataleamos por vivir.

La unidad no se construye con miedo, sino con confianza en que el otro también quiere enfrentar la injustica para ser feliz junto a mí. Quizá el que mejor comprendió esto fue el poeta Sicilia, cuando nos llamaba a unirnos por la paz y la dignidad. En medio de este caos, dirían Dostoievski y Sicilia, todos tenemos derecho de un lugar a donde poder llegar. La unidad, hoy más que nunca, debe de ser esta piedra de toque para todos. Reconocer que hemos sido golpeados no es suficiente, pues nos deja vulnerables, arrastrados por la corriente, pasajeros de la crueldad. Hay que desear ser justos en todo, para tener fe en el futuro que viene. México está ante una gran prueba y antes de preguntarse ¿a dónde vamos? Hay que resolver ¿En dónde estamos? Sólo así, por más fuerte que sea el afluente, sabremos qué hacer, a dónde ir, con quién llegar.

Reconocer la tragedia mexicana en nuestra falta de unidad, es un paso importante. ¿Quiénes queremos ser, en relación a lo que hemos sido?, es ahora la pregunta más pertinente.

Javel

Unidad con pies de barro

Unidad con pies de barro

 

Come Mexicans, Muslims, LGBT and Jews

keep your eyes wide for what’s on the news

for President Trump is expressing his views,

and I fear that the mob he’s inciting

Will soon break your windows

and burn down your schools

 For the times they are a-changing back…

Billy Bragg

 

En el primer libro de su República, Platón mostró la diferencia definitiva entre el clan y la comunidad política. Carl Schmitt fue, quizá, quien más claramente lo aprendió y, sin duda, quien más persuasivamente lo ocultó: nada nos hace más unidos que un enemigo en común. Ante el peligro, para el abogado católico, las diferencias políticas se suspenden y los hombres se suman en torno a la causa del líder. El liderazgo triunfa, se ha de concluir, cuando la comunidad política torna en una gran familia. El peligro forja la unidad. En el peligro está la salvación.

En días recientes, la unidad se ha vuelto unánime y para triunfar, en los días que vienen, deberá encontrar un liderazgo legítimo, o legitimar un liderazgo, o acrecentar el peligro. Si encuentra un liderazgo, al menos habrá ley; de lo contrario, cundirá el peligro. Los días que vienen serán nublados.

No veo en el horizonte camino para la unidad nacional ahora presumida. Creo que no prosperará y que todos sabemos que nos ronda su término. Vislumbro cuatro escenarios para la unidad nacional ahora presumida; los expongo en el camino.

El primer escenario para la unidad nacional tiene una fecha específica: 4 de febrero de 2017. Ese día se registrará un aumento más en el precio de la gasolina. ¿La unidad nacional ahora presumida sobrevivirá a la inconformidad por el aumento al precio de la gasolina? Probablemente el aumento exhibirá la falsedad de la unidad nacional. El aumento anterior mostró, a través de los saqueos, la fractura de la población general, la incordia social en que plantamos los pies, la carencia de unidad. ¿Es mayor el temor por las decisiones del norte que la incordia cruel? Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría descargará su resentimiento en la acción directa contra los nacionales. Incluso cuando los políticos profesionales declarasen su unidad y exhortaran al término de la violencia, la fractura que se exhibió en enero quedará intocada. El gasolinazo de febrero mostrará la fragilidad de la unidad.

El segundo escenario no tardará más de seis meses en presentarse: el siguiente caso de corrupción del gobierno federal. En cuanto los equipos periodísticos que están investigando –digamos que en Valle de Bravo, Huixquilucan y Texas- la corrupción federal presenten un caso más, el apoyo al presidente Peña Nieto se esfumará y los partidos que esta semana lo respaldaron –incluso el amoroso López Obrador- se desmarcarán, tomarán distancia y recordarán al electorado –porque en el lapso que aquí preveo hay elecciones- su diferencia. Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría satisfará su afán de linchamiento con escándalos de una semana. Incluso cuando las nuevas reglas para la censura aminoren la difusión de los nuevos casos de corrupción, la presumida unidad nacional se exhibirá falsa. El siguiente escándalo de corrupción desilusionará de la unidad.

El tercer escenario debe mencionarse sin rodeos: la unidad nacional no resistirá el siguiente atentado del narco. Trump, el gasolinazo y la corrupción nos han servido para distraernos del mayor problema nacional, y la presumida unidad nacional no ha hecho más que ignorarlo. Incluso cuando la guerra con Donald Trump no sea sólo con palabras, nada nos protegerá ante la violencia del narco. La guerra con Trump es el escenario ideal para la siguiente etapa de la guerra contra el narco. El expresidente Felipe Calderón, abogado católico como Carl Schmitt, ha propuesto dejar de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el narco, ha sugerido incluso la conveniencia de dejar pasar los cargamentos por el territorio nacional y que sea responsabilidad exclusiva del país adverso su revisión. Quizás a Calderón le faltó concluir que donde abunda el peligro… Perspicaz, Jorge G. Castañeda ha dicho que si se va a subir el tono de la confrontación hay que empezar por la expulsión de los agentes de la DEA que trabajan en el país; suspicaz, no nos recordó la operación Irán-contra. La presumida unidad nacional mostrará su mera apariencia cuando el narco vuelva a alzar la voz. Ante la sangre reconoceremos que estábamos jugando con capa de Supermán y casi creímos que podíamos volar.

El cuarto escenario se va presentando desde ayer y tras su calma aparente oculta la posibilidad de convivir con los otros tres escenarios. Rodolfo Usigli le llamó gesticulación y nombró con ello al modo mexicano de hacer política. El presidente Peña Nieto comunica a la nación que acordó con el presidente Trump no hablar públicamente del tema escabroso; que la distensión sea producto del fingimiento. El ingeniero Carlos Slim expresó que es necesario prosperar económicamente para estar en condiciones de negociar con Donald Trump, que es un asunto económico y no político; mientras, el ingeniero ha arreglado sus acuerdos comerciales y financia la investigación del segundo escenario. El licenciado López Obrador anuncia que hará una gira por Estados Unidos para acompañar a los migrantes mexicanos; mientras, se preparan los documentos que se repartirán durante la gira poniendo especial atención en la activación de las credenciales del INE para votar desde el extranjero, claro, no pensemos mal, sin credencial vigente ¿cómo poder ayudarlos? En el mismo escenario podrían encontrarse la sensibilidad que suspenda un segundo (y tercero) gasolinazo o un acuerdo privado con cierto cártel de Jalisco. La unidad nacional gesticulada no será, pese a todo, menos débil; sólo será más difícil de entender. Su límite se encontrará, sin duda, en los afanes de violencia nacionales. La gesticulación puede administrar la delación, pero no podrá contener a la crueldad.

La crueldad, empero, no debe asimilarse al peligro, pues mientras una apela al poder de un modo específico, el otro es indeterminado. El peligro es un engaño abstracto. No habrá unidad mientras no podamos reconocer la crueldad.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El pasado jueves se cumplieron 28 meses de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Los padres de los desaparecidos volverán a reunirse con los funcionarios de la PGR para conocer los resultados de la investigación interna por las irregularidades en las pesquisas del caso.  2. Interesante reportaje de un rancho de exterminio zeta que funcionó cuando el actual gobernador independiente de Nuevo León, el priista Jaime Rodríguez «El Bronco», era alcalde de García. 3. Inquietante la propuesta de Julio Hubard en Milenio el pasado domingo: los millenials acertaron y su falta de compromiso, su descuido del mundo, su desidia exhiben el derrumbe del mundo industrial y de los Estados Nación. Ante la debacle, Julio vuelve la mirada a la inteligencia de nuestro clásico vivo y encuentra en El progreso improductivo la clave de nuestros tiempos. Coincido con Hubard. 4. Curioso. Los mismos que se indignaron por las ofensas del millonario Donald Trump a un periodista, celebran ahora la ofensa del millonario Carlos Slim al director editorial de Milenio, Carlos Marín. Sabemos que Epigmenio no lanzará a sus huestes a posicionar un hashtag contra Telmex, que don Fede no denunciará la inmoralidad de la ofensa y que la señora Dresser no lo mencionará siquiera en la mesa del lunes. La indignación, ya lo hemos dicho, es selectiva. 5.  ¿Leyeron La Jornada del 24 de enero? ¿La sección El correo ilustrado? Sucede que los «filósofos» de la Ciudad de México, agremiados en una cosa llamada Observatorio Filosófico de México, los mismos que nombraron a la velocista Ana Guevara como defensora de la filosofía, exigen a los constituyentes que en la Ciudad de México se establezca la obligatoriedad del «alto contenido filosófico» de la educación. Obviamente, ya hay un Observatorio Filosófico de México para medir el contenido filosófico. Quieren chamba, pues.

Coletilla. “No se puede ser sincero y parecerlo a la vez”. André Gide