Agridulce

Dulce parecía el fruto que comió Eva, pero trajo consigo las amarguras de la muerte.

Amargo, en cambio. fue el fruto con el que se preparó el doloroso cáliz, que el hijo del hombre apuró en 3 años y 3 horas.

Tres años para prepararlo, 3 horas para devorarlo, o más bien para ser devorado por él. Después tres días de oscuridad que terminarían con el castigo conseguido por Adán.

Ese vino amargo, trajo el más dulce de los licores, al beberlo, la vida del hombre tiene sentido, porque se adereza con el amor infatigable de quien da la vida por sus amigos.

Algunos seres que buscan engañarse, y de paso quieren engañar a otros, se comparan con el buen pastor, y pretenden trasformar el agua en vino, pero no ven que el agua que trasforman está más sucia que el lodo de los cochinos.

Transformar el agua en vino es una cosa, pero querer cambiar el lodo y enseñar a ilusos seguidores que éste se transforma en algo bueno y puro, por el simple hecho de ser tocado por aquellos que sólo saben dar discursos, dista mucho de un buen cambio.

Sólo Jesucristo salva, en tanto que es el camino de obediencia a la ley eterna.

Las vanas transformaciones no dejan de ser engaños porque pintan de púrpura las aguas puercas, no importa si éstas se hacen una, dos, tres o hasta cuatro veces, siguen causando sed y cubriendo todo de miseria.

Maigo

Nos va ganando el silencio

Algunas personas dicen que estamos viviendo grandes momentos
históricos, hay quienes hablan como si la historia ya se hubiera
trasformado tantas veces, que ésta por fin se va a acabar. Hay quienes
señalan que todo se acabó, que se acabaron los malos tiempos y que las
malas pasadas de la vida terminaron.

Yo no sé si estamos viviendo el final de la historia, pero sé que
muchos están viviendo incontables sufrimientos en estos momentos en
los que el silencio se les impone, miles se han convertido en números
de una curva que no se aplana, otros se han convertido en estadísticas
que crecen geométricamente.

Yo no sé si estamos viviendo el final de la historia, ni siquiera sé
si los números hablan o indican algo como para que ahora todo se diga matemáticamente, pero lo que sí puedo suponer es que cuando Galileo
Galiei señalaba que la naturaleza era un libro escrito en lenguaje
matemático lejos estaba de pensar en que el dolor se cuantificara y se
midiera por curvas y que la necesidad se solventara con otros datos
ajenos a los que nos da la realidad.

Estamos viviendo momentos difíciles, pero no nos gusta verlo así, preferimos pensarnos como invulnerables mientras el silencio del ágora
se extiende por toda la comunidad, callados estamos y callados nos
quedamos deslumbrados por el brillo de las hogueras que ayudan a que
se proyecten sombras que nos impiden hablar con  aquellos que están al
lado nuestro.

Maigo

La transformación de Roma

Cuentan algunos que tras la muerte de Tarquino el Soberbio el gobierno en Roma se transformó, dando inicio a la República, de la que muchos se sentirían orgullosos y en algún momento anhelantes.

Roma cambió en varias ocasiones, dejó se ser un sitio sin orden a ser gobernada por unos fundadores, tras la muerte de un rey se sucedió otro y al llegar al séptimo se le expulsó tras una revuelta que dio poder al Senado.

El Senado en Roma con jerarquías toda la vida de los romanos ordenaba, desde el calendario hasta las fiestas determinaba; muchos buscaban convertirse en cónsul, sólo uno cambió el consulado por un efímero reinado.

Cuentan que al transformar a Roma para que dejara de gobernarse por los dictámenes del Senado, se pusieron de acuerdo Julio César, Pompeyo y Craso, de modo que siendo César cónsul de lo que todavía no era el imperio Romano, se dictaran leyes que beneficiaran al triunvirato.

Como los senadores se negaban a votar favorablemente, Julio César los mandaba golpear, en algunos casos hubo quien perdió la vida, y así Roma se transformaba para beneficio de quien siendo joven perteneció al partido que se distinguía por estar en contra de los oligarcas, y a favor de quienes por ellos explotados se sentían.

Cuando las reformas se hicieron, fue necesario mandar lejos al cónsul, así que Carso y Pompeyo hicieron a un lado a César, quien se fue a las Galias a conquistar nuevas tierras, para trasformar sin tiranía a la ciudad que tanto decía amar.

Tras cruzar el Rubicón, César vio huir al Senado, y para perseguirlo dejó a Roma sumergida en el hambre y el desorden que impidió a los ciudadanos vivir como seres humanos, para ordenar las cosas fue necesario transformar nuevamente a Roma y borrar la República que con tantos trabajos se había levantado.

Cuatro cambios sufrió Roma desde que se erigió hasta que inició con la etapa que marcaría la historia de pueblos conquistados e ignorados, cuatro cambios hubo en la ciudad que sería recordada por los gobiernos de varios tiranos, como Calígula o Nerón, quien para cambiar a la ciudad primero la hubo quemado.

Con tantos cambios cabe preguntar por la importancia de conservar lo que se ve como logrado, o quizá es mejor desordenar todo para que al cambiarlo de lugar de todos modos quede igualado a lo que se supone se quería dejar de lado.

Maigo.

Cambio

Cuenta una leyenda que Constantino, un descendiente en el poder que alguna vez ostentara César, venció a sus enemigos al luchar bajo un signo de una religión  que predicaba el amor al prójimo.

Además cuenta la leyenda que ese mismo César, que para entonces gobernaba un imperio ya en decadencia, se convirtió a la fe que hablaba de un Dios de amor y predicaba el perdón a los enemigos, lo que incluía el perdón a quienes en algún momento habían ofendido al que perdonaba.

Por si fuera poco, la leyenda cuenta que tras la conversión del mandatario se asentaron las bases del poder terrenal de un nuevo estado, indicando con ello que los cambios en la fe de los hombres suelen ocurrir desde arriba hacia abajo.

Esa leyenda, como todas las leyendas mucho tiene de falso, porque el cambio real en los hombres no viene de arriba a abajo, nace del corazón de los mismos y de la aproximación con el amigo.

En la amistad y la conversación que ésta implica se encuentra la salvación y la conversión,la última de gran ayuda para dejar de lado los errores que alejan al hombre dela felicidad de ser salvo.

En la amistad se encuentra la superación del egoísmo que suele caracterizar al tirano y quizá por ello aquellos que piensan que los cambios en el corazón del hombre se dan desde arriba a lo que está debajo buscan anular la amistad y por decreto determinan la diferencia entre lo bueno y lo malo.

No faltan los entusiastas que creen que los cambios en el corazón son producto de la historia,del progreso o del trabajo, aunque por el momento tímidas suenan las voces de quienes suelen criticar a los primeros.

Los críticos  parecen voces en el desierto y con tormentas de arena son callados por los optimistas que hacen la alabanza de los supuestos cambios alcanzados. Supongo que por decreto a todos nos toca sentirnos alborotados, como ante un pastel o juguete lo haría cualquier ingenua niñita.

Maigo.

Crisis gatopardianas

Fácil es perder lo poco que se tiene cuando de antemano se da todo por perdido. En ocasiones los tiranos buscan la aceptación de aquellos sobre los que posan sus garras al exhibir como peores las condiciones que ya se estaban viviendo y al culpar a otros por algo que ellos mismos fueron ocasionando por debajo del agua, el juego consiste en mostrarse después como salvadores únicos de la crisis ocasionada.

Julio César provocó una guerra civil que dividió a Roma, después inició guerras en el exterior para unificar al pueblo que ya había dividido, pero no fueron tan fuertes como para preservar su vida.

Julio César buscaba ser rey después de nombrarse dictador vitalicio, y aunque tres veces rechazó la corona que le ofreciera Marco Antonio, tres veces confirmó las sospechas de quienes defendieron a la República, entre ellos su adoptado hijo.

Julio César murió en el Senado a manos de sus compañeros, la muerte la causaron las catorce puñaladas y la traición que él mismo le hizo al pueblo. En la guerra civil difícilmente se distinguen el amigo y el enemigo.

Algunos tiranos, seguidores del César, ocasionan crisis, a veces inician sólo con el nombre, buscan con esas crisis afianzar su poder, lo malo de todo esto es que limitan su existencia sobre la tierra y dejan la crisis ocurriendo en ella.

Huele a cadáveres y banca rota, huele a nuevos regímenes gatopardianos, que mantendrán las cosas en mal estado para los pobres ciudadanos, ya sea de Roma o de algún otro Estado.

 

Maigo.

La máscara de la cuarta transformación

Consultamos frecuentemente lo que no comprendemos a plenitud para tomar una buena decisión. Si no lo comprendiéramos en absoluto, quizá no sabríamos que debemos acudir a alguien que sabe lo ignorado por nosotros; si lo comprendiéramos no tendríamos necesidad alguna de recurrir al saber ajeno. Pero en política las consultas tienen un cariz más complejo de entender. Aparentemente las consultas ciudadanas son democráticas, pues toman en cuenta a buena parte de los ciudadanos, o de menos a los que se interesan por la toma de decisiones importantes. Si un político quiere aparentar un actuar democrático, usará las consultas para los temas que más le convienen. Por eso, entre otros motivos, el presidente electo de México consulta unas cosas y otras no.

¿Por qué consultar sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y no sobre otros temas tan relevantes como la creación del Tren Maya, el recorte presupuestal a los funcionarios, la designación de la ubicación de las secretarias e inclusive, si nos queremos poner exigentes, la designación misma de las personas que designarán esas secretarias? El motivo es obvio: se quiere aparentar que se toma en cuenta la voluntad ciudadana en un proyecto que terminará principalmente en las manos de un empresario, es decir, se quiere dejar la responsabilidad de pactar con la mafia del poder a los ciudadanos, así, ya no hubo pacto, sino consenso. Si no hubiera consulta, se le podría reprochar al cuasi presidente su cercanía con una especie que decía denostar. Visto así, la tan mentada consulta es una farsa.

Las consultas ciudadanas suponen que las personas consultadas tienen la suficiente información sobre lo que les conviene, al menos en el asunto consultado. ¿Quién podrá criticar abiertamente que la mayoría de las personas no sabemos por qué conviene construir un nuevo aeropuerto (eso sin considerar dónde conviene construirlo, tanto por el crecimiento económico como por la efectividad del tráfico aéreo y por la comodidad de los usuarios para trasladarse) sin ser denostado, tachado de antidemocrático, linchado? La consulta referida pretende dejar en claro que ante un asunto donde se requiere tanta inversión, y que dejará tanto dinero, el pueblo puede tener la certeza de que no habrá asomo alguno de corrupción, pues ellos decidirán aspectos claves de su construcción. El principal propulsor de la consulta no se verá manchado por ningún atisbo de sospecha, por el contrario, sus críticos parecerán ser enemigos del pueblo y por lo tanto, por la magia un falaz y perverso silogismo, serán amigos de los poderosos. La mayoría supone que imponer la realización de una consulta es democrático, sin que se cuestione si sólo serán consultados amigos del partido ganador o si los organizadores de la misma serán los referidos amigos. La construcción de un aeropuerto internacional sirve como el pretexto ideal para mostrar un antes y un después en la vida política; entre el oscuro momento en el que las decisiones importantes las tomaban los poderosos junto a sus amigos y el brillante porvenir en el que las tomará el pueblo. La consulta es la máscara que quiere exhibir a la cuarta transformación como el inicio de una era más democrática.

Yaddir