Exiliado

Exiliado

(El malvado en el mundo)

¿Por qué no ven que soy más necesario

aquí para ustedes, que nadie más?

Pues si no fuera por mi deseo de jamás,

por mi insaciable apetito, sicario

 

si quieren, ladrón, pero de paz, el sombrío

arrepentimiento reinaría y sin armas

nadie lo podría enfrentar. Del mordaz

dolor ¿qué aprenderíamos? Poderío

 

es lo que necesitamos si deseamos

vivir en el derroche siempre dulce,

y para eso la justicia los caminos

 

obstruye, y la naturaleza luce

falsa y cruel al deseo de superarnos.

Yo les enseñaría cómo librarse.

Javel

Para ir gastando

Con voz carrasposa pedía agua el capo mientras lo trasladaban a lo que será su última morada en México, si un trámite no se le atraviesa, claro está. Con una voz abrazada a la furia habla el empresario Néstor Vargas, por lo burocrática que es la Justicia en México, (otro modo de decir que la Justicia en nuestro país no es ciega, ni lenta, sino inútil en su aplicación). Con una voz ahogada en esperanza hablan los padres de los desaparecidos, por lo insoportable que es la ignominia causada por la violencia.

La voz del pueblo siempre se hace escuchar, pero es la violencia o la burocracia quien siempre la calla, o no la dejan llegar, o la distorsionan para que no se pueda escuchar con claridad. Trabajo de todos es escuchar para saber qué hacer “y no hacer que se hace”, pero más de los gobernantes.

¿Para qué preguntas ‘para qué’?

¿Para qué preguntas ‘para qué’?

-Dicen que teniendo una hacienda que administrar derrochó todo por libros de caballería que lo hicieron desvariar. –Mezquindad con los suyos y derroche en trivialidades lo hicieron enloquecer, no hay más, porque no creo que el caballero tuviera un punto medio al actuar. -Sí, yo tampoco creo que él anduviera midiendo nada. Vivía cada una de sus aventuras, no las posponía, no las catalogaba ni las desperdiciaba. No, no sólo vivía su vida como última opción. Vivía su vida como la única posibilidad de encontrar aventuras. -¿No sabía lo que venía? –Sí, otra aventura que gustoso aceptaba. –¿Acaso no se quedaba en la Mancha esperando a que los tuertos se juntasen a su puerta y ya mendigos le pidiesen, ¡Enderézanos!? –No. ¿Así cómo pertenecer a la orden de caballería andante?

-¿Para qué salía? -El caballero de la triste figura iba en busca de aventuras para encontrar justicia. -¿Pero después mandaba a los gigantes o villanos del camino a que se reportaran con Dulcinea del Toboso y le dijeran que a su servició estaban? ¿No los humillaba? -Quizá ellos llegaban humillados –si cumplían su palabra de ir- pero no creo que lo hiciera para humillarlos, sino para que vieran por quién luchaba el caballero. -¡Y causar envidias! -Luchaba para una vez enderezados los tuertos no guardasen rencor, más bien antes para que se pusieran al servicio del amor. Aunque claro, si iban o no, eso es algo que sólo el villano en turno sabía. El caballero no derrota y humilla, que no es mezquino. Pero tampoco pierde la oportunidad de hacer justicia. -¿Y quieres salir a vagar? -¡Sí, yo quiero salir a vagar! -¿Tú no? -¿Para qué?

Javel