Violencia numérica

No hay manera más extraña para entender la violencia que mediante las cifras: al año matan tantas personas de tal edad en entidades de tantos habitantes; los robos son tantos en este año; las golpizas se incrementan entre los jóvenes de los 19 a los 27 años (por suponer una cifra). A su vez, tampoco hay manera más clara de vislumbrar la violencia en tiempos recientes. Quizá porque así se vea el impacto de ciertos factores en el incremento de ejecuciones, secuestros, robos y extorsiones, como las zonas en las que hay mayor incidencia delictiva o si ésta se presenta más en jóvenes que en adultos, si el hecho de que hayan tenido educación universitaria los vuelve más temerosos de la violencia armada pero no de la violencia física, entre otros motivos o causas de las agresiones. ¿Se sintetiza la información para saber en dónde hay que proponer planes de acción o se simplifica para fingir que se está haciendo algo? Pese a la gran cantidad de estadísticas y estudios sobre la violencia que existen, no se ha logrado reducir ésta, al menos no en el contexto mexicano, al que se le agrega el ingrediente del crimen organizado cuyo foco más rojo se encuentra en las cuantiosas ganancias que deja el narcotráfico. ¿Cómo se evita el que las personas no prefieran ganar mucho dinero en poco tiempo en lugar de trabajar arduamente por ello? Es casi como si se les pidiera que dejaran de desear cualquier cosa. Tal vez así no se pueda entender la violencia porque se deja de lado que, con una sola ejecución, con una sola persona que haya muerto de manera accidental, por estar en un mal lugar en un mal momento, el sufrimiento les cambia la vida a muchas personas. Familiares, amigos, seres amados, todos ellos sufren con una sola muerte. Los recuerdos se vuelven ácidos, los lugares por los que antes se transitaba con tranquilidad, ahora se miran con desconfianza, como si detrás de cualquier sombra estuviera esperando el peligro el preciso momento de atacar. Esto sólo pensando en quienes saben lo que les pasó a sus seres queridos; hay quienes se consumen en la espera, quienes soportan la mezcla de la esperanza y el dolor, quienes no pueden no seguir buscando a los desaparecidos. Sólo a un político ensimismado con la imagen de su propia grandeza le importan más los números que la peor consecuencia de la violencia: las víctimas.

Yaddir

Ausencias

Lo doloroso de los recuerdos se ubica en la notariedad de las ausencias.

El artificio de la dignidad

El artificio de la dignidad

 

Siete cuentos morales es una obra maestra. En la primera de sus siete partes se presenta el relato «El Perro». La historia es sencilla: en el camino entre el trabajo y la casa una enfermera en bicicleta se aterra ante los violentos ladridos de un perro tras la reja de jardín de una casa francesa; incómoda por el terror y solapada por la recurrencia, la enfermera toca a la puerta de la casa a fin de acordar con los dueños del perro una solución; la historia termina casi como si nada hubiese pasado. El relato produce como apariencia primaria la sana disposición moral a arreglar las cosas. La enfermera, civilizada y bien intencionada, acude a los dueños del perro para que se le ofrezca una solución; los dueños, un par de viejos cuya marca civilizatoria parece lejana o quizás olvidada, no ven sentido a la petición de la enfermera. Fin del relato: ellos siguen en su exilio doméstico, ella en su terror público, el perro en el límite de la civilidad y la violencia. Pero esto es sólo una primera impresión.

         El relato, brevísimo, tiene dos partes. En la primera parte la narración se acerca bastante a la interioridad de la enfermera: se nos muestran sus temores, se permite a los lectores cavilar juntos sobre los razonamientos de la enfermera. En la segunda parte, la narración casi se vuelve externa: ya no se sabe lo que piensa la enfermera, no alcanzan a vislumbrarse los pensamientos de los dueños del perro. ¿Qué distingue ambas partes? La presencia de San Agustín. La primera parte cumple cabalmente con las explicaciones, pues la enfermera informa de la situación y plantea las razones posibles por las que puede entenderse la reacción del perro. Las explicaciones de la enfermera son eficientes para mostrar el problema moral del miedo, el ultraje cotidiano ante la violencia, la afrenta a la dignidad de la ciclista en la irrupción de la bestialidad. La primera parte, vale decir, es especulativa. Sin embargo, cuando la enfermera recuerda a San Agustín la especulación enmascara un nuevo tema y la narración cambia de estilo. La idea de San Agustín recordada por la enfermera nos aleja de sus razonamientos, nos distancia de su interioridad y hace del relato un asunto externo. La segunda parte, vale decir ahora, es alegórica.

         ¿Qué idea de San Agustín recuerda la enfermera, divide al relato y enmascara la moral? La enfermera recuerda que para Agustín la prueba más clara de nuestra creaturalidad caída es la imposibilidad de controlar los movimientos del cuerpo, en particular la imposibilidad de controlar la erección. ¿Cómo se va de la explicación de la bestialidad del perro furioso a la fuerza de la erección del hombre excitado? ¿Por qué la excitación distancia al lector del relato y vuelve todo un asunto exterior? ¿Por qué la excitación hace alegórico lo especulativo?

         La maestría de John Maxwell Coetzee se muestra con claridad en la alegoría de «El Perro». Como artificio moral, las explicaciones sobre la incomodidad de la violencia encuentran su solución en el concepto de dignidad. La dignidad humana nos convoca a resolver nuestros problemas humanamente. La dignidad, en ese sentido, es una marca exterior para el reconocimiento del interior velado. La dignidad, puesta de ese modo, es un artificio para la convivencia cotidiana. Sin embargo, en tanto sea exterior, la dignidad nunca será solución plena de los problemas humanos. El erotismo distorsiona la dignidad.

         Coetzee plantea en la casa del perro una alegoría del alma humana. El perro, expuesto por el agustinismo de la enfermera como excitación, guarda los límites de lo propio al tiempo que se proyecta sobre los demás. El perro, como el alma excitada, ataca bravío lo que se le presenta. Mas lo ataca todo. Pues en casa no hay más que una pareja de viejos para los que el perro es un guardián. No hay thymos posible en la anciana de pelo gris. Ningún razonamiento sobre la excitabilidad puede hacer ahora el anciano del saco rojo. La dignidad, muestra la alegoría coetzeana, radica en la excitabilidad plena por algo superior; cuando la excitabilidad sólo cimbra la reja del jardín, la dignidad es necesariamente una marca externa. Cuando la única sensualidad perceptible es un raído saco rojo, toda excitación parece indigna. Las almas viejas sólo aspiran a la dignidad como marca exterior. Las almas viejas confunden la dignidad con la tranquilidad, como los modernos confunden la legalidad con la dignidad.

         Al inicio del relato la enfermera califica al perro como un “perro malo”; al interior de la casa la anciana califica al perro como un “perro guardián”. En el exterior funciona plenamente el artificio moral, por lo que el perro puede ser juzgado moralmente, por lo que el juicio pude ser publicado como un letrero en la reja. En el interior, en cambio, el artificio moral es imposible, pues al envejecido en eros, a quien es incapaz de amar, la excitabilidad y la violencia le son guarida, distancia necesaria, reclusión salvífica. Como artificio moral, la primera parte del relato otorga al lector una clara compañía; la segunda, en cambio, lo deja a la distancia, lo hace pensar, lo lleva a considerar su propia comprensión de la dignidad. Cuando en la segunda parte todo se vuelve exterior y el lector se niega a pensar la relación entre dignidad y excitabilidad, el relato mismo se vuelve un perro que cimbra la reja que es el libro, que hace al lector preguntarse si acaso piensa la moral con tanta exterioridad. Siete cuentos morales, una obra maestra, recibe al lector con lo que algunos podrían creer una incomodidad violenta.

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Se cumplieron 48 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. El presidente electo se reunió con los padres de los desaparecidos y tras la reunión declaró que, con o sin sentencia, decretará la creación de una comisión de la verdad que investigará el caso. Al frente de la comisión estará Alejandro Encinas, cuya posición sobre el caso comenté el 21 de julio pasado. Cosa curiosa, que al ser por decreto y no por sentencia, la comisión no tendrá un carácter vinculante, por lo que el resultado de la investigación podría servir para doblegar al poder Judicial. No deja de llamar la atención que el futuro presidente diga, así sin pena, que lo hará con independencia de la resolución legal. 2. ¿La presencia de Carmen Aristegui en Radio Centro es una cachetada para José Gutiérrez Vivó? Tras el veto a Gutiérrez Vivó, Aristegui se benefició con su horario, su espacio y parte de su audiencia en MVS. Ahora la popular periodista llega a la empresa que ha mantenido alejado a don José. No me gusta pensar mal. 3. Ángel Gilberto Adame hace una segunda advertencia sobre la sucesión testamentaria del matrimonio Paz-Tramini.

Coletilla. “El movimiento estudiantil del 68, que cumplirá ya cincuenta años a la vuelta de la esquina, y los hechos de Tlatelolco, se han llenado de expertos que no estuvieron allí ni vieron nada: el mito gana terreno”. Luis González de Alba

Apuntes para la constitución moral

Apuntes para la constitución moral

 

 

Descubrí que la Constitución Moral del nuevo régimen se está planeando como un listado alfabético de valores y conceptos fáciles de memorizar y que serán repetidos por los niños en las escuelas durante las ceremonias cívicas. Filtro en exclusiva los primeros ocho valores de la Cuarta Transformación.

 

Autarquía. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre; habrá gobierno para un pobre pueblo.

Benevolencia. La ley a fuerzas será la fuerza de la ley.

Confianza. El liderazgo es la austeridad de las razones.

Discreción. Hacer del error ajeno una reivindicación propia.

Estado. La simulación no será forma de gobierno, será el sistema.

Franqueza. Los corruptos son los otros.

Garantía. El líder no nos va a fallar; ¡le fallaremos!

Honestidad. Promoveremos el perdón, comenzando por el de nuestras propias faltas.

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Mañana se cumplen 47 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Será el último aniversario en que no se tome el caso para la retórica oficial del nuevo régimen. En el siguiente aniversario, desde la tribuna se montará al asunto el senador Monreal. ¿Apostamos? 2. Guillermo Sheridan afirma que alguien nos ha enseñado que en México es posible hacer lo que sea y salirse con la suya. ¿Quién nos lo enseñó? Su Majestad, la Emperatriz del Pizarrón, Marquesa del Gis y Archiduquesa del Borrón y Cuenta Nueva Elba Esther Gordillo. 3. «La infancia debería ser un lugar feliz y luminoso. Ayer volví a ese sitio y hoy me levanté con el único propósito de escribir mi columna y empezar de nuevo con las primeras palabras que uno debería aprender a escribir: muchas gracias, maestro». Malva Flores sobre el recientemente fallecido Huberto Batis. 4. Ahora murió Arturo Díaz Mendoza. Hace algunos años, cuando el parkinson comenzaba a manifestarse, se le homenajeó en una emotiva función que incluía a sus hermanos y sobrinos. Mientras desde el pasillo de vestidores él veía la ejecución de la siguiente generación de los Mendoza, charlamos. Me dijo: «si dejo la vida arriba del ring, si me la parto en cada lucha, es como homenaje a mi padre y a mis hermanos, como ejemplo a los que siguen». Descanse en paz el Villano III.

Coletilla. Todo eso de la Protección Civil es muy raro y no lo entiendo. El otro día, caminando por la parte trasera de un supermercado, ahí donde guardan su basura y descargan lo que después será más basura, vi unas cajitas metálicas con un cristal en la puerta. En el cristal estaba escrita la siguiente leyenda: «Abrase en caso de incendio». ¿Apoco los incendios saben leer?

La confianza liberal

La confianza liberal

 

Confían los liberales, con la notable excepción de Christopher Domínguez Michael, en que la institucionalidad puede ser límite suficiente al afán autocrático del futuro administrador del país. Los liberales suelen recomendar a quien tendrá el poder en los meses siguientes la limitación de sí mismo a partir de la construcción de instituciones. Nuestros liberales nos recomiendan vigilar la construcción de instituciones, incluso colaborar en la misma. Nuestros liberales han asumido la derrota de un proyecto, renunciando al esfuerzo por consolidar una democracia liberal y admitiendo que la decisión democrática por una “cuarta transformación” es aceptable en tanto sea institucional. Creo que a nuestros liberales les falta imaginación.

         El futuro administrador ha fundado la posibilidad de su triunfo en el descrédito de las instituciones, y desde ahí exige la transformación de las mismas. Sin diagnóstico de por medio, el futuro administrador redujo la complejidad del país al problema de la corrupción, presentó a la corrupción como un problema moral y se presentó a sí mismo como la única solución posible al problema. Si él es origen de la solución, él será origen de la institución. De aceptar la recomendación de los liberales, atestiguaremos la edificación idolátrica del autócrata (berrinches a petición, ha dicho Maigo con muy buen tino). Promulgar leyes a modo, construir instituciones a la medida de la propia ambición, podría parecer legal, puede aparentar espíritu democrático, pero la posibilidad no es criterio político suficiente.

         Entre los planes que el futuro administrador ha hecho públicos, encuentro dos que pueden ejemplificar muy bien la aparente institucionalidad de las decisiones y el trasfondo autocrático de las intenciones. Como parte de la reordenación del aparato administrador del Estado, se ha planteado paralelamente la descentralización de las dependencias públicas, la liquidación de más de la mitad de los empleados de confianza y la retabulación de los salarios de los servidores públicos. Ante el cuestionamiento por la inconformidad de los trabajadores, el futuro secretario de Turismo respondió claro: si no les parece, que se vayan a la iniciativa privada. Quien no sea despedido, debe aceptar la retabulación del salario y la reubicación geográfica para conservar su empleo. De no aceptar alguna de las dos, será desempleado. En las actuales condiciones, tanto los despedidos como quienes sean presionados para renunciar pueden ser defendidos por sus sindicatos. Problema para la próxima administración serán los juicios laborales que el reordenamiento genere. Sin embargo, en el periodo en que se desarrollarán los juicios laborales, las dependencias en su nueva ubicación requerirán de nuevo personal. Ahí nacerán los nuevos sindicatos del nuevo régimen. Para evitar los “quinazos” (bueno, concesión para los millenials que creen que la historia comenzó en 2006: la caída de Elba al inicio del sexenio de Peña es análoga a la caída de La Quina al inicio del sexenio de Salinas, a esa caída se le llama “quinazo”. ¿Estamos?), el nuevo régimen descentralizará las dependencias: la reordenación es la máscara de la disolución de los sindicatos. ¿Será institucional? Ahí es donde le falta imaginación a nuestros liberales. Tanto los liberales como los adeptos al nuevo régimen han coincidido en las ventajas de la reordenación: están contra los sindicatos (pues suelen ser corruptos) y no tienen aprecio por la burocracia (por su proclividad a la corrupción, o por su improductividad). Tanto a los liberales como a los adeptos del nuevo régimen la reordenación les parece buena idea. Y podría serlo, si no tuviese una intención antidemocrática.

         El segundo de los planes es la presumida conciliación y pacificación que el nuevo régimen plantea. Hasta donde se ha dicho, el plan consiste en la convocatoria a diversos foros en que una pluralidad de opiniones encuentre una expresión común que delineará las acciones futuras. Sin embargo, las acciones futuras ya están decididas. Los foros no serán un encuentro plural de opiniones, sino la validación de la opinión del líder ante la presencia de quienes opinan diferente. El futuro administrador lo ha dicho: los vamos a convencer. Para él, dialogar es convencer. Los foros, y lo dijo certeramente Javier Sicilia esta semana, serán un espectáculo. Las decisiones las tomará el líder, pero se presentarán públicamente como resultado de la conciliación. ¡La conciliación de los vencidos! Si no se aceptan los lineamientos del líder, si no se coincide en el planteamiento, la voz minoritaria se apagará entre gritos. Allá tú si no te dejas convencer. Retórica indecisa entre el garrote y la oportunidad perdida. Por ello los liberales andan creyendo que se puede tomar la palabra del futuro administrador y confiar en su invitación al diálogo. Por ello creen que en lugar de criticarlo, en estos meses necesitan persuadirlo, aconsejarlo. A los liberales les falta imaginación. Cuando se descubran engañados y quieran denunciarlo públicamente, serán vituperados por la unanimidad mayoritaria. Engañados y vituperados, rumiarán sus frustraciones con banales dicterios al gobierno reaccionario.

         Sugieren los liberales que el futuro administrador ha de levantar diques institucionales y constitucionales a su propio poder, pero no imaginan que para él la constitución y la institución serán expresión de su propio poderío. A los liberales les falta imaginación, tienen demasiada confianza en el fair play para ver la realidad de lo político. ¿Qué necesitamos imaginar para la crítica del nuevo régimen?

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño.1. El jueves siguiente se cumplen 46 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. En la siguiente administración, Alejandro Encinas será el encargado de dar seguimiento al caso. Cabe recordar que el 9 de noviembre de 2014, en Xalapa, un grupo de jóvenes reclamó a Encinas por su apoyo a José Luis Abarca. Poco después los entonces perredistas y ahora morenistas comenzaron a modificar el discurso para exculpar a Abarca, señalar otro culpable y tomar el control de las protestas por el caso. El 9 de septiembre de 2015, desde la tribuna del Senado, Encinas concluyó que la PGR mintió en la investigación del caso, por lo que sentenció: fue el Estado. ¿Hay alguna duda del camino que la investigación tomará? 2. Ya lo dije: la nueva administración intentará controlar a la oposición. Señalé que sus candidatos azules eran dos: Miguel Márquez y Marko Cortés. El primero declinó en la semana. El segundo será, además, el candidato del Yunque (acercamiento permitido por la senadora electa Alejandra Reynoso). ¿Cómo es que Morena y el Yunque podrían apoyar a un mismo candidato? El Frente Nacional por la Familia es la respuesta. 3. Una vez más el reportero Humberto Padgett ha hecho un gran trabajo. En preparación de su próximo libro entrevistó a 47 presos de casos representativos en la historia reciente: el asesino del padre Machorro en la Catedral de México, un delincuente devenido actor, una luchadora que terminó en asesina. 4. ¿Dónde estáis, indignados de la patria mía? Un partido político creó un fideicomiso que utilizó para financiar ilegalmente sus campañas, y no es todo: el fideicomiso se anunció para ayudar a los damnificados del terremoto del año pasado, pero los recursos se desviaron al partido. ¿Cómo ven, indignados, marchamos? ¿Pedimos que se les quite el registro? Ah, claro, el partido es Morena y, ya lo hemos dicho, la indignación es selectiva. Ahí está su cambio. 5. De risa loca. Hace dos semanas comenté que el Dr. Lorenzo Meyer anda acomodando la historia para endulzar los oídos del sátrapa del momento. Y como ejemplo ponía que en el afán de simular la popularidad del movimiento de AMLO omitía sospechosamente ciertos movimientos populares, entre ellos el EZLN. Ahora, dice el historiador que el morenismo es el verdadero zapatismo. Viéndolo con humor, ¿no resulta hasta tierno?

Coletilla. En uno de sus últimos homenajes platiqué con Max Linares, creador de una de las máscaras más bellas de la lucha libre mexicana. “Viendo los achaques y padecimientos de una vida dedicada a la lucha, ¿se arrepiente?”, le pregunté. “Por un momento sí, pero los recuerdos, el cariño de la gente y las nuevas generaciones hacen valer cada golpe”, me contestó. “Amigos, compañeros y discípulos, ¿lo valen?”, añadí. Sonriendo me dijo que sí. Algo envidio al Rayo de Jalisco, que en paz descanse.

Cierre de campaña

Cierre de campaña

 

Revisito libremente siete versos de las sátiras de Cayo Lucilio, quien advirtió a tiempo la terrible realidad política que enfrentó Cicerón: la decadencia de la república. Son los versos 1228 al 1234, tomados de la edición de Fridericus Marx editada en 1904.

 

A la sinvergüenza que facturó

sus colorados tintes

 

Ahora, de la mañana a la noche,

lo mismo entre la fiesta que el trabajo,

todos los senadores por igual

se jactan en el foro, amotinados,

expertos todos en eso de engañar,

estafando con palabras de arte,

por hombres buenos querrían pasar.

Trampas, fraudes, triquiñuelas y moches:

enemigos todos; puros derroches.

 

Coletilla. Anótenme tres puntos, que sí que clasifico. Primer punto. El pasado 21 de abril comenté, tras el olvido de la investigación de Roberto Zamarripa, que para estas fechas se intentaría revivir el caso de Ayotzinapa, pues era sospechoso que los políticamente correctos ya se hubiesen olvidado del asunto. En días recientes se revivió el caso por la resolución de un tribunal conforme a la estrategia de defensa que esbocé el 21 de enero de 2017. El martes siguiente se cumplen 45 meses de la desaparición de los normalistas. Los detenidos pronto estarán libres, la investigación oficial se retomará hasta la administración siguiente y concluirá con que “fue el Estado”. Segundo punto. El 18 de noviembre de 2017 señalé el conflicto de interés entre el presupuesto para la cultura, el financiamiento de Fundación Azteca y la relación entre Esteban Moctezuma Barragán y Andrés Manuel López Obrador. Esta semana el grupo de periodismo independiente 5°ElementoLab presentó una investigación extensa sobre el caso. Tercero, el 27 de septiembre de 2014 desarrollé la etimología de «competente», pero mi amigo Cantumimbra lo olvidó y el lunes la presentó nuevamente, pero ahora en el contexto de una situación política.

Lejos de la asamblea

Por desconocer el paradero de su hijo, el viejo Laertes estaba muerto en vida, alejado de la vida citadina Sigue leyendo «Lejos de la asamblea»