Del honor injusto

Del honor injusto

 

Tras conocer la condena con que la asamblea ateniense lo había sentenciado, Sócrates ofrece un vaticinio perturbador. O que al menos debería ser perturbador en dos sentidos: perturbador por lo que dice y perturbador porque ya no nos perturba. Nosotros tan ilustrados ya no nos asustamos si el filósofo nos advierte que después de él vendrán muchos más que continuarán enjundiosos su trabajo crítico. Nosotros tan ilustrados creemos que la continuidad es prueba del éxito intelectual y que la tradición es el fruto del trabajo. Nosotros tan ilustrados recibimos gustosos el pedagógico vaticinio de Sócrates. Problema de nuestro lustre que descreamos de los vaticinios.

Sócrates no dice que después de él vendrán muchos más a continuar su trabajo, sino que no estando él habrá muchos que hagan a Atenas lo que la asamblea considera que ha hecho Sócrates; la asamblea juzgará incluso en la inopia filosófica. Sócrates no afirma ser el fundador de una tradición crítica que contribuya al progreso social; la ciudad continuará progresando por sí misma a través de la crítica de sus tradiciones. Sócrates sabe que para el florecimiento de la crítica, la tradición y la educación en una ciudad, la filosofía no es indispensable. La filosofía, y esto es lo que sí dice Sócrates, es un dique. Tras la muerte del filósofo la ciudad será inundada por una multitud que haga cosas como las que hace el filósofo. Como las que hace el filósofo, pero no las que sí hace el filósofo. La filosofía contiene a la crítica, a la tradición y a la educación. El filósofo contiene a los hombres honorables.

Considerada como actividad erótica, la filosofía es la tensión entre la atracción y el honor. Desapareciendo la filosofía, la relación posible entre la atracción y el honor es de subordinación. La subordinación se expresa en la conversión de los vicios privados en virtudes públicas. No es que el honor mengüe, ni que la atracción se desequilibre; es que sin filósofo torna imposible su relación justa. Por ello, quizá, cuando desaparece un filósofo vemos la inevitable destrucción de la comunidad de sus seguidores. Desapareciendo la filosofía, ennegrece la tenuidad con que vislumbramos lo que queremos. Sócrates era un dique de eróticos. Las intimidades de eros apaciguan las ansias públicas de los cautivados por el honor; la bonhomía erótica aúpa los ánimos públicos de los parroquianos de lechos. Sócrates templaba a los eróticos. Sin filosofía es inevitable el incendio de la tiranía.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Han pasado 18 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Hay cuatro consideraciones importantes sobre el caso. En primer lugar, Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los normalistas desaparecidos, declaró el pasado martes: «lo que queremos es que se castigue a Guerreros Unidos. Nuestra preocupación es que Guerreros Unidos sigue estando intacto. Nosotros no tenemos que proteger a criminales y menos a la gente que junto a la policía desapareció a nuestros compañeros y los asesinó». En segundo lugar, Carlos Puig ofrece un panorama reflexivo de los desencuentros entre la PGR y el GIEI. En tercer lugar, ayer por la tarde, en una reunión privada entre los funcionarios de la PGR, los miembros del GIEI y los padres de los normalistas desaparecidos, se abrió el sobre con los resultados del análisis genético de los restos enviados a la universidad de Innsbruck; los resultados no son positivos en cuanto a identificación genética en ninguna de las 64 muestras. Por último, Héctor de Mauleón señala las líneas que conectan el caso Ayotzinapa con el caso del bar Heaven.

Por otra parte, ya son cuatro casos de desaparición forzada en Veracruz. En primer lugar, en cuanto al caso de los cuatro desaparecidos de Tierra Blanca, que el próximo lunes cumple tres meses, el señor Bernardo Benítez -padre del joven cuyo asesinato ya fue confirmado- dijo que esperan la llamada de Roberto Campa para que les informe de los resultados del análisis de pruebas de identificación del resto de los cadáveres encontrados. En segundo lugar, en torno al caso de la desaparición de la activista Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quien habla por mí?», el pasado 23 de marzo, hay dos consideraciones importantes aparecidas en El Diario del Istmo en su edición del pasado 2 de abril: según la nota informativa, el grupo armado que secuestró a la activista está formado por expolicías; además, un columnista sugirió el nexo de dicho grupo armado con el hombre que ostenta el título de gobernador del estado. Cabe señalar que en la hemeroteca digital del diario se perdió el archivo correspondiente al día señalado. En tercer lugar, en torno a la desaparición, hace 21 días, de Uriel Pérez Cruz y a Alberto Morales Santiago, el pasado 5 de abril en entrevista con Carlos Loret de Mola, Blanca Cruz -madre de Uriel- al ser cuestionada sobre novedades en torno al caso declaró: «las cosas siguen igual, no hay avances, los policías se reservan su derecho a declarar». Tras preguntarle si conserva la esperanza de encontrar con vida a su hijo, respondió: «a veces pienso que sí, porque hasta ahorita no hemos sabido otra cosa, no hemos sabido que sepan de algo, pero se oyen rumores de que los mismos delincuentes los mataron, que los cocinaron, y eso hace decaer mi ánimo. Pienso que esto no puede ser, que está pasando, que él va a regresar». Además, en nota de La Jornada de Veracruz del pasado 31 de marzo se informa que entre los desaparecidos de aquel 19 de marzo hay un sobreviviente que, tras haber logrado escapar, los familiares de los desaparecidos no han podido ubicar. En cuarto lugar, en torno a la desaparición de Jesús Alan Ticante, su padre José Ignacio Ticante Zochihua, en entrevista con El Heraldo de Veracruz del 1 de abril, señaló que antes de la desaparición su hijo había sido amenazado en dos ocasiones por un policía; no se ha aclarado si entre los ocho policías detenidos se encuentra el que lo amenazó.

Además, en la semana, la reportera Miriam Moreno dio a conocer un caso más de «Los otros desaparecidos de Iguala». Se trata del hojalatero Joel Mauro Galicia, quien fue desaparecido por policías de Iguala el 25 de septiembre de 2014, horas antes de la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa. En noviembre de 2015 se entregó el más reciente avance de la investigación: se identificó su ADN en una mancha de sangre encontrada en una casa de seguridad en que, presuntamente, pudo ser ejecutado junto con algunos de los normalistas. Sin embargo, desde noviembre no hay contacto oficial con la viuda.

Por último, hoy comienza sus actividades la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos. Su finalidad: encontrar a los desaparecidos y darles un entierro digno. Este es nuestro país, el de los mal enterrados que ni mueren ni reposan -como dice la canción-.Los desaparecidos no deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. El periodista Salvador Camarena ha dado seguimiento a algunas irregularidades en la operación de Liconsa. 2. El hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, está desatado. El 5 de abril, como lo señaló un colaborador del blog y lo ponía de irónica nota principal El Sur, el hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, pidió a los medios de comunicación hablar bien de Acapulco, al tiempo que los invitó a un «pacto de silencio» para que no se hagan públicas las «desafortunadas circunstancias que vive Guerrero». En Guerrero nada pasa, dice la versión oficial. El miércoles 6, a la llegada al hotel en que el rector de la UAGro rendiría su informe, el hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, encontró en su camino al estudiante de medicina Alejandro Román Rodríguez, quien portaba una cartulina blanca con un retrato y la leyenda «Exijo justicia. Me mataron a mi papá». Los escoltas cerraron el paso al joven y el hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, fingió no verlo., En entrevista para Reforma el joven contó que su padre fue asesinado afuera de su domicilio el 25 de marzo de 2015 y desde entonces los funcionarios no le han informado el estado del caso.  «Aquí en Guerrero no pasa nada, no hay seguridad, no hay nada, no hay ley», concluyó el estudiante. En Guerrero nada pasa, dice la versión oficial. El jueves 7, después de que los medios de comunicación cuestionaran sobre la inseguridad en el estado, el hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, respondió: «es jueves, mejor vamos a echarnos un pozolito». En Guerrero nada pasa, dice la versión oficial. En la semana El Sur publicó que el número total de ejecuciones en Guerrero en lo que va del año es de 527. En Guerrero nada pasa, dice la versión oficial. 3. Para no olvidar la declaración de Hiram Almeida, Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, en entrevista con Denise Maerker, en torno a los recientes asaltos en la colonia Condesa: «Hay asaltos porque la gente no denuncia. Pero lo bueno es que no son grupos organizados, sino individuos que se reúnen para asaltar». 4. José Woldenberg presenta consideraciones importantes para entender que vivimos una guerra civil.

Coletilla. “Estar dichoso consiste en que los discípulos tengan la disposición de ánimo debida tanto cuando el maestro está presente como cuando está ausente”. Juan Crisóstomo

Del amor injusto

Del amor injusto

 

Por la Apología de Sócrates nos enteramos que el daimon socrático disuade de la participación política. Por el Téages nos enteramos que el daimon socrático es eros. El daimon aleja a Sócrates de los hombres al tiempo que lo acerca a ellos. El daimon socrático esboza la intimidad del filósofo. El filósofo sólo puede llevar su intimidad en una tensión constante entre la atracción y el honor. La intimidad filosófica es la tensión llamada justicia. La justicia torna imposible si desaparece alguno de los elementos de la tensión. Si desaparece la atracción y el filósofo sólo se retrae en sí mismo, la filosofía se diluye en erudición. Si desaparece el honor y el filósofo se ensimisma, la filosofía se descompone en inconformidad. Si el filósofo resta importancia al honor, no buscará a los eróticos entre los interesados en política; poniendo en riesgo a la filosofía misma. Si el filósofo se oculta la importancia de la atracción, cerrará los ojos a su vida moral; poniendo en riesgo a la filosofía misma. Si la moral es imposible, el filósofo podrá ser el intelectual perfecto: ecuánime, objetivo, ataráxico… antifilosófico, finalmente. Si la política es imposible, el filósofo podrá ser el romántico perfecto: auténtico, autónomo, décadent… y eros sólo sería intimidad emocional. El erotismo filosófico se simplifica cuando desaparece la tensión entre atracción y honor: la intimidad emocional resuelve la vida privada, el prestigio intelectual soluciona la vida pública. Sin daimon, el filósofo puede ser el injusto perfecto. Y cuando nos asustábamos, a eso le llamábamos tiranía.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Han pasado 18 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Sobre el caso hay que señalar cuatro cosas. 1. En la medida en que vence el plazo pactado para la investigación del GIEI las declaraciones se van volviendo dramáticas: de un lado se dice que no hay por qué prorrogar seis meses más su investigación; del otro, que se ha orquestado una campaña en su contra (que incluye la difamación a Emilio Álvarez Icaza); y de otro, que es necesario prorrogar la investigación del GIEI. 2. Hay una línea del caso que no ha sido investigada; la expone Héctor de Mauleón. 3. Ayer, 1 de abril, se reunieron los funcionarios de la PGR y el GIEI para recibir el resultado del cuarto peritaje al basurero de Cocula: se encontró evidencia suficiente para afirmar la ocurrencia de un incendio en la zona, además de que se localizaron restos óseos calcinados de al menos 17 personas. La investigación no arroja, por obvias razones, datos sobre la fecha del incendio. Falta identificar los restos encontrados. Horas más tarde, el GIEI emitió un comunicado en que manifiesta su desacuerdo con el modo en que la PGR divulgó los resultados del peritaje. 4. Nuevamente se le negó a los padres de los normalistas desaparecidos su participación en la tribuna del Congreso de la Unión. La primera vez se les negó por formalidades en torno a la solicitud; en esta ocasión se alega que como ciudadanos no tienen la facultad para hablar en tribuna. Supongo que a eso se llama voluntad política.

Por otra parte, ya son tres casos de desaparición forzada en Veracruz. Primero, en cuanto al caso de los cuatro desaparecidos de Tierra Blanca, que ya ha cumplido dos meses, no se presentaron avances en la investigación durante la semana. Sin embargo, en relación con el caso, se reportó la desaparición -desde el 23 de marzo- de la activista Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quien habla por mí?», quien contribuyó en la búsqueda de los desaparecidos de Tierra Blanca. Segundo, el pasado 19 de marzo en Papantla la policía detuvo a Uriel Pérez Cruz y a Alberto Morales Santiago; sin embargo, no fueron presentados tras la detención y actualmente se reportan como desaparecidos. Tercero, también en Papantla y también el 19 de marzo, desapareció Jesús Alan Ticante, quien aparentemente también fue desaparecido mientras caminaba por donde se dio la detención de Pérez Cruz y Morales Santiago. Aquí los detalles de los dos nuevos casos. Los desaparecidos no deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. Arnoldo Kraus reflexiona sobre la comprensión contemporánea del cuerpo. 2. Que, dice Carlos Loret de Mola, el Chapo nos dejó sin agua. 3. «Para un gobierno autoritario como el de México la culpa siempre la tiene la gente», dice Sergio Sarmiento en su columna de Reforma del pasado 31 de marzo en torno a la implementación temporal de un nuevo «hoy no circula«. 4. Al inicio del periodo vacacional señalé que la cifra de ejecuciones en Guerrero era de 309, al finalizar el periodo -y con megaoperativo de seguridad- la cifra es de 404. El secretario de Gobernación dice que las ejecuciones son de esperarse porque los criminales se matan entre ellos. Ajá. 5. El 60% de la población LGBTI de las cárceles mexicanas ha sido víctima de abusos. 6. Otra historia de censura, ahora en la pluma de Ricardo Alemán. Apuesto doble contra sencillo que los políticamente correctos nuevamente guardarán su indignación. 7.  Durante el periodo vacacional robaron las oficinas de la editorial Cal y Arena; lo informa Rafael Pérez Gay.

Coletilla. Ayer, en El Universal, Paulina Lavista describió el momento en que Salvador Elizondo dejó este mundo. Comparto su descripción:

«Murió plácidamente. en su sueño, oyendo el «Requiem de Fauré», en brazos de su hija primogénita, Mariana, el 29 de marzo de 2006. Cuando empezó a sonar la música, una leve sonrisa se esbozó en su rostro, se fue como ángel, sin estertores, sin dolor. Lo extraño cada día más, la vida sin él ha sido difícil, me compensa su legado, su mar de escritura, sobre todo sus Diarios que, al leerlos me permiten revisitar mi vida de 38 años a su lado».

Amistad y temporalidad

Amistad y temporalidad

 

Tan erróneo es creer que la amistad es una acción, como errado es considerar que la amistad es una pasión. Pensada como acción, la amistad es un proyecto constante. Supuesta como pasión, la amistad es una oportunidad sentimental. Proyecto y oportunidad hacen de la razonabilidad de la vida una opción, y por ende algo no necesario. La amistad como acción o pasión nunca sería algo razonable.

Que la amistad no sea algo razonable no implica, de ninguna manera, que carezca de razón. Todo proyecto, por más fantasioso que aparente ser, necesita usar a la razón. El afán proyectivo necesita considerar que siempre hay tiempo posible para producir la amistad. La amistad como proyecto nunca puede ser definitiva. El proyecto de la amistad siempre pide la indefinición en el tiempo. Por su parte, toda oportunidad, por más efímera que aparezca, necesita usar a la razón. El afán oportuno necesita considerar que siempre hay tiempo posible para consumar la amistad. La amistad como oportunidad nunca puede ser definitiva. La oportunidad de la amistad siempre pide la indefinición del tiempo. El futuro es la indeterminación del tiempo en que se consolida el proyecto; la indeterminación del tiempo en que se inscribe la oportunidad. El pasado es la indeterminación del tiempo que posibilita la oportunidad amistosa; la indeterminación del tiempo a que se adecua el proyecto. La amistad se hace desde la condición pasada hacia el proyecto futuro. La amistad se padece desde la condición pasada hacia la oportunidad futura. La única diferencia entre proyecto y oportunidad, como entre progreso y tragedia, está en el modo en cancelan la razonabilidad de la vida.

A fin de que la amistad sea algo razonable se ha de considerar que ni pasado ni futuro son importantes en relación con ella. La amistad, en tanto consentimiento de la existencia, sólo se da en presente. El pasado sólo afecta en la amistad del mismo modo que los hábitos afectan la sensibilidad. El futuro sólo altera la amistad del mismo modo en que la imaginación altera la sensibilidad. Sólo en el presente la amistad es una actividad. Sólo en el presente la amistad está abierta a la posibilidad de renovarse en sus fuentes. La renovación en las fuentes de la amistad sólo es posible de cara al fin de los tiempos. Mientras la amistad se considere a la luz de la indeterminación temporal, como proyecto u oportunidad, el consentimiento de la existencia es imposible. La amistad sólo seguirá siendo posible tras el fracaso de la política si todavía es posible el fin de los tiempos.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Ya se han cumplido 17 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. En entrevista con Héctor de Mauleón, dos de los miembros del GIEI afirmaron que no quieren interrogar al ejército y que no han dicho que no hubo incendio en el basurero de Cocula; en resumen, que se les ha malinterpretado. Obviamente, se desdicen. ¿Darán difusión suficiente a su retractación o dejarán que se les siga «malinterpretando»? Aquí la retractación de su retractación porque, dicen, algunos los están “malinterpretando”.
Por otra parte, ya se cumplieron dos meses de la desaparición forzada de cinco jóvenes en Tierra Blanca, Veracruz. Es importante notar tres cosas sobre el caso. 1. De los ocho policías detenidos, seis han tramitado amparos bajo el argumento de hacer sido torturados al rendir su declaración. 2. Según Jaime Rochín, titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la línea de investigación que se está siguiendo sobre el caso es la del pleito entre bandas por robo de combustible; presumiblemente los cinco jóvenes fueron confundidos con una banda de traficantes de diesel y atacados por una banda rival. No hay confirmación oficial. 3. Sin embargo, el pasado 7 de marzo el fiscal de Veracruz, en entrevista para un medio local, dio por cerrado el caso dado que ya está casi concluida la investigación; no hay pruebas, no hay explicación, no se ha resuelto la situación de los detenidos, pero el fiscal ya cerró el caso.
Por último, con el cuerpo encontrado por el colectivo “Los Otros Desaparecidos de Iguala” el pasado 6 de marzo, suman 132 cuerpos localizados en fosas clandestinas en el municipio de Iguala desde noviembre de 2014. Los desaparecidos no deben ser olvidados.

La república de la censura. 1. Interesante la reflexión de Ciro Gómez Leyva en torno a la censura a Andrés Manuel López Obrador. 2. Dice la consejera del INE Pamela San Martín que no hay una campaña de censura contra Joaquín López-Dóriga, sino que simplemente se está sancionando lo ilegal, ya que si bien es perfectamente legal criticar los comerciales de los partidos políticos, es ilegal hacer «mensajes-cortinillas» que alteren la percepción del mensaje; obviamente, es el INE el que determina si una crítica es un «mensaje-cortinilla», es decir, es el INE el que aprueba las críticas. Ah, pero dice la consejera que eso no es censura. 3. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló, el pasado 10 de marzo, a favor de Joaquín López-Dóriga en la audiencia sobre las acusaciones del INE. La censura no fue a más, pero no por ello no es indignante.

Coletilla. “La primera felicidad está en no caer en la maldad de los pecados; pero la segunda es obtener el perdón de los pecados ocultos”. Pedro Crisólogo

Traslación universitaria

Recuerdo mis primeros conocimientos en torno a astronomía, esas clases donde hablamos incipientemente acerca de nuestro Sistema Solar. Fui afortunado por las decisiones de nuestros funcionarios y mi educación se consagró gracias a la tecnología. No hubo necesidad de esforzar la imaginación, Discovery Channel lo hizo por nosotros. Mediante el vídeo observamos que la corona del rey resplandecía frente a sus primeros súbditos. Todos los hombres de la Corte dedicaban una danza a su majestad, con perfecta armonía y orden. Nadie se maravillaba por este hecho, varios estábamos fascinados porque ahora las clases eran modernas. Quizá mucho de esto se debía a que éramos adolescentes más preocupados por asuntos terrestres, nos valía un carajo el Sistema Solar entre desamores y aprobar el año escolar.

El problema persiste todavía en grados posteriores. Aceptándolo sin saber por qué, creemos que la Tierra gira en sí misma y alrededor del Sol. Similarmente nos sucede con mucho de lo que estudiamos. Conforme avanzamos las quejas aumentan preguntándonos para qué sirve lo que aprendemos. La brecha de sabiduría se va haciendo estrecha en una variedad amplia de especializaciones. Al abogado le parece estorboso leer a los llamados filósofos discerniendo qué es la justicia. O el historiador se reserva de un oficio exacto con las matemáticas. La imagen perfecta del campo de conocimientos resulta la universidad, una construcción formada por diversas facultades y ciencias. Esta separación no impide un trabajo en conjunto, aunque el carácter de éste sea multidisciplinario. En otras palabras, cada profesional es experto en algo y prestan sus colaboraciones al resto.

Realmente no existe tanto desinterés o indiferencia por dicho conocimiento. Gracias a la llamada cultura general nos vemos exhortados a aprender más allá de lo que nos dedicamos. El profesionista reluce con mayor notoriedad si tiene este trasfondo adicional. Socialmente destaca de la plebe y parece una persona distinta y refinada del resto. En una instancia esto puede hacerlo meramente interesante, alguien digno con quien conversar, no obstante también puede brindarle facilidades en su carrera laboral (esa carrera donde todos quieren terminar campeones). La cultura llega a ser tan general que pierde prioridad en la vida, el conocimiento adicional sirve para curiosos irresponsables y accidentalmente parece traer un beneficio importante. Al final el historiador, abogado, ingeniero, filósofo, cualquier universitario sigue sin encontrar un sentido importante en comprender el movimiento de los astros en el Sistema Solar.

Esta actividad universitaria aparece marginada de la vida pública. Pese a la multitud de investigaciones publicadas o protestas organizadas en distintas formas, la incidencia de los universitarios sólo se reduce a su producción. De ahí que cobre fuerza el alegato del trabajo: un profesionista más nos salvará de la ruina, un estudiante que haya concluido sus estudios y encuentre un trabajo que despeje un futuro claro para el país. La relevancia de mantenernos en los carriles, aunque por momentos se engarcen, está en que alcancemos alguna superioridad. A partir de ello la universidad es considerada como instancia de progreso y su relación con la ciudad es mediada por el profesionista. En otras palabras, nos enorgullece la universidad mientras sus estudiantes presten servicio a la nación (los años no han podido disipar el tufo del siglo XX). El especialista cumple su cometido al concentrarse en lo que sabe y brilla opacamente por los datos inútiles de la cultura general. ¿Cabría pensar otra importancia para nuestra actividad intelectual?

Bocadillos de la plaza pública. La visita reciente del Papa Francisco continua causando impresiones y opiniones, a pesar de que hayan pasado varios días de ella. Lamentable la respuesta faraónica por parte de la Arquidiócesis de México.

II. Ayer varias organizaciones que amparan a los desaparecidos se reunieron en el Senado para colaborar en torno a la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Desaparición de Personas. Algunas sugerencias nacidas de la experiencia terrible relucieron en sesión.

III. En la semana los taxis llamaron la atención. Primero en Guadalajara donde los chóferes protestaron ante la presencia de Uber en la ciudad. Entre varios detenidos y un zafarrancho urbano, consiguieron que se planeara la discusión de la ley de movilidad estatal. Por otro lado en Acapulco los taxistas protestaron ante el acoso del crimen organizado (un problema discreto en la entidad). Recientemente el gremio ha sufrido el asesinato de uno de sus líderes y tres compañeros, además de la extorsión y amenaza por los cárteles en crecimiento. Los taxistas también tienen voz.

Señor Carmesí

Amistad y tragedia

Amistad y tragedia

 

Las grandes amistades, dicen, son las amistades fuertes, pues son las que resisten los embates del destino. La contingencia humana encuentra en la amistad regazo: consuelo y abrigo en la tempestad se piden del amigo. La amistad, concluyen, es oasis de confianza, un claro en el diario mundo cuitado, templo de cálida esperanza. Frente a la tragedia del mundo, la amistad nos permite seguir adelante. Evidentemente, hablo aquí de la comprensión de la amistad desde el sentimiento trágico de la vida, esto es, desde la más creíble de las opciones para oponernos al progreso. Porque desde el sentimiento trágico de la vida es muy claro que la amistad utilitaria de los progresistas es un abuso del hecho amistoso y un desprestigio de la condición humana: la amistad utilitaria es indignante. La dignidad humana, dice la contraparte del progreso, se muestra preclara en el torreón de la amistad en que resistimos el declive del mundo. En la tragedia, la amistad es aliento renovado.

La confianza es el fundamento de la amistad trágica, al tiempo que es también su límite y el origen de sus males. Para el hombre con sentimiento trágico de la vida es clara y evidente la falsedad del fundamento de la amistad utilitaria, así como es evidente y claro que dos son amigos hasta que expresan su humanidad en la confianza común, en esa inacordada concordia por la que algún día nos descubrimos amigos, en ese andar juntos el camino en que lo importante no es cuidarnos del otro, sino con el otro. Cuando el hombre con sentimiento trágico de la vida sitúa a la confianza como principio de la amistad está a un paso de comprender la amistad política: lo importante no es el bien personal, o el acuerdo en torno a la conveniencia de los bienes personales, sino el bien común. La amistad política es el cuidado del bien común. El bien común se pierde cuando en el seno de la amistad política nace la desconfianza. Cuando los hombres con sentimiento trágico de la vida desconfían unos de otros imposibilitan sus amistades. La desconfianza arruina la amistad; la enemistad siempre es un resentimiento; la guerra es la expresión sentimental de los resentidos.

La desconfianza pone fin a las amistades trágicas y muestra la inevitable comprensión sentimental de la amistad desde la visión trágica. Situar a la confianza como fundamento de la amistad implica, además, la imposibilidad metafísica de la amistad misma. Desde la comprensión trágica de la existencia es imposible reconocer algún fundamento natural de la amistad, así como es inevitable reconocer a la amistad como una realización fortuita y siempre frustránea. La amistad es fortuita porque la confianza es sentimental; es frustránea porque el hombre nunca puede disponer de las condiciones para su felicidad. Carece de fundamento metafísico porque es imposible el consentimiento de la existencia: para el trágico no puede ser buena la vida, cuanto más es buena la suerte. Por ello, la visión trágica no puede aceptar el cambio en la amistad. La amistad trágica es estática; cualquier cambio es una traición a la confianza. Ante la confianza traicionada no hay nada que hacer con la amistad: bajo el cielo de la tormenta sentimental de la desconfianza no hay perdón posible que germine en la tierra. La amistad trágica es consuelo temporal de nuestra existencia finita. La amistad trágica es fatal, irrenovable, irresistible por irresistente. La amistad trágica tampoco puede renovarse en las fuentes; no abre un lugar al arrepentimiento. Por ello, desde la visión trágica, las grandes amistades son las que parecen más fuertes, porque ocultan nuestra propia pequeñez. Los amigos trágicos están condenados a compartir su infelicidad. La infelicidad también nos aleja de lo que somos. La tragedia también es una forma del progreso.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Ya se han cumplido 17 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. El abogado de los padres de los desaparecidos informó que en el poder legislativo les fue negada la solicitud de hablar en tribuna porque en la hoja de petición no aparecen las firmas de al menos un familiar de cada uno de los 43 desaparecidos; los trámites como escudo de injusticia.
Por otra parte, ya se cumplió un mes de la desaparición forzada de cinco jóvenes en Tierra Blanca, Veracruz. El pasado 29 de febrero, el subsecretario de derechos humanos de la Segob, Roberto Campa, informó a los padres la detención de un testigo del homicidio de los cinco jóvenes. Hasta donde se sabe, la desaparición se debió a una venganza. Los jóvenes fueron levantados por la policía y posteriormente entregados a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación en el rancho El Limón, donde fueron torturados y asesinados. Posteriormente, los cuerpos fueron calcinados y los restos triturados y enterrados en dicho lugar. Falta presentar las pruebas. Y en información derivada del caso, Milenio informó el pasado 3 de marzo que dos de los policías involucrados en la desaparición forzada de los cinco jóvenes de Tierra Blanca han sido señalados por un testigo como responsables de la desaparición y homicidio de otros dos jóvenes el pasado 12 de diciembre. Los desaparecidos no deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. Según estima la asociación Unidos contra la Trata, al menos 50 mil niños son esclavos sexuales en la frontera norte de México; añádanse otros 20 mil en el resto del país. 2. No es nuevo señalar como fraudulento al Partido Verde, pero su más reciente delito es cosa que debe ser documentada. Aumentemos notas a la lista de la impunidad verde, el vivo retrato de la política joven mexicana. 3. Léase la importante reflexión de Jesús Silva-Herzog Márquez sobre el escarnio público de las infracciones cívicas. 4. La censura a la actividad periodística de Joaquín López-Dóriga sigue… tres semanas y contando. 5. A juicio de Enrique Krauze son notorios los rasgos fascistas en el discurso de Donald Trump. 6. Según datos del periódico Reforma, durante el mes de febrero se promedió un total de 15 ejecuciones al día.

Coletilla. «Dios no concede a la naturaleza un poder capaz de vencer la noble voluntad que existe en la castidad». Isaac de Nínive

La esperanza en el progreso

La esperanza en el progreso

La cultura del progreso pervierte la esperanza: la emplaza en un futuro posible y oculta su necesidad ante el inmediato fin de los tiempos. La esperanza en el progreso siempre deja tiempo para lo importante, pues nunca permite el imperio de lo importante. La esperanza en el progreso disocia la acción y la palabra: podemos prometernos la esperanza, podemos esperar la explicación, pero no podemos comprometernos con una explicación esperanzada. Disociadas la acción y la palabra, nada impide la irresponsabilidad; al contrario, la responsabilidad es futura en cuanto libre resolución o en cuanto fatídica aceptación. La esperanza en el progreso termina en tragedia.

Ahora que el Papa Francisco visita México podemos mirar azorados la perversión de la esperanza operada por el progreso. En las primeras impresiones caras a la mexicanidad, Francisco se gana la aceptación de la gente porque “es tan sencillo que rompe el protocolo”. Dejemos por ahora de lado la sospecha de que admirar al pontífice por romper el protocolo sólo sea una adherencia al gusto por la transgresión, y pensemos que es en verdad sospechoso que admiremos la ruptura del protocolo sin que nos admiremos de que el protocolo se haya instaurado. La “sencillez” de Francisco es presentada tras la valla protocolaria como un espectáculo venido de lejos, como un espécimen parahumano que hoy podemos mirar para después ver alguna otra cosa. Admirar la ruptura del protocolo sin admirarnos de la instauración del mismo es ocultarnos nuestra disposición al espectáculo, la disociación operada en nuestra vida entre la acción y la palabra: podemos admirar al raro individuo que se caracteriza por su “sencillez” porque sabemos que nosotros no queremos aspirar a esa característica. Desde la valla protocolaria parece anunciarse que las palabras de Francisco no encontrarán oídos, pero harán lindos adornos en los piercing de la conciencia.

La expectativa –que no esperanza- de los críticos sobre los discursos del Papa en las regiones que visitará son, una vez más, avisos de la falsificación de la esperanza. Visitará Ecatepec –el municipio más poblado y violento del país-, Chiapas –el ícono de la marginación y la desigualdad mexicana-, Morelia –el modelo de la corrupción narcopolítica- y Ciudad Juárez –la zona limítrofe del progreso, el lugar donde la vida es mercancía-. Francisco ha dicho que hablará fuerte. No traicionemos la esperanza. Todo político habla fuerte en Ecatepec, Chiapas, Morelia y Ciudad Juárez. Todos se espantan de la marginación ecatepequense, y todos se indignan por sus condiciones de vida. Todos miran preocupados a Chiapas, y cabizbajos dicen que los indígenas no deben vivir así. Todos se indignan con la colusión del narcotráfico y la política en Michoacán, y dicen que las cosas no deben ser así. Todos miran a Ciudad Juárez con esperanza… Porque la gente decente de nuestros días, y los políticos saben actuar muy bien como gente decente, se indigna ante lo indignante y manifiesta febrilmente su indignación de modos por demás creativos; la gente decente en verdad cree que el hashtag es sustituto del arrepentimiento y el like es una merced del perdón. Toda la gente decente espera que el Papa diga cosas muy duras y terribles, diga que las cosas no deben ser así, diga frases espectaculares con las que después podamos saturar el twitter… y que luego se vaya, y lo podamos culpar, porque sólo trajo palabras, porque sólo trajo buenas intenciones, porque México seguirá igual tras su visita. Y culparemos a los medios por hacer de la visita un espectáculo, y a los políticos por participar en la feria de la redención, y los críticos saldrán y nos dirán que nos lo dijeron. Pero eso pasará porque, nuevamente, hemos dejado de ver que en nuestra vida se ha disociado la acción de la palabra: confundiremos las palabras de Francisco con los decretos de los políticos; pervertiremos los símbolos papales con las poses fotogénicas de las creaturas de la publicidad. Los discursos del Papa Francisco sólo podrían abrigar la esperanza si al escucharlos superamos la escisión entre palabra y acción.

Quisiera decir que el Papa Francisco mostrará la verdad de la esperanza, pero tengo la impresión que la esperanza que de él se quiere no es para hoy, sino para pasado mañana. Hoy es fiesta; mañana, destino. Y el Papa lo sabe.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Ya se han cumplido 16 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. En torno al caso es nuevamente el ruido y la grilla lo que satura todo. En la semana se presentaron las conclusiones del Equipo Argentino de Antropología Forense, que en breve dicen: no se puede concluir científicamente que la noche del 26 de septiembre se haya producido un incendio suficiente para calcinar 43 cuerpos en el basurero de Cocula. Contrario a lo que tanto se ha dicho, la conclusión del EAAF no desmorona la investigación oficial, sino que complementa lo que después del 27 de enero de 2015 se ha investigado en torno al caso. Según lo declarado por Gildardo López Astudillo, El Gil, a los normalistas se les dividió en tres grupos: unos fueron trasladados en patrullas de Iguala, otros en patrullas de Cocula y otros partieron con rumbo a Taxco. Los primeros dos grupos fueron conducidos al basurero de Cocula. Según la declaración de Bernabé Sotelo Salinas, El Peluco, los normalistas fueron conducidos al basurero esposados y apilados en una camioneta de tres y media toneladas, los que llegaron muertos «fueron arrojados al fondo del basurero», al resto se les mató a golpes y posteriormente se les calcinó; se reunieron las cenizas en una bolsa que posteriormente se tiró en el cauce del río San Juan. Según El Gil, el tercer grupo llegó al rancho de Víctor Hugo Benítez Palacios, El Tilo (todavía prófugo), donde fueron disueltos en ácido. En el basurero de Cocula, por tanto, no se calcinó a los 43; lo cual coincide con la conclusión del EAAF. Sabemos que uno de los 43 fue desollado vivo; los restos de uno más se identificaron entre las muestras del río San Juan. O la identificación genética es falsa, o hubo incendio en Cocula y al menos ahí se calcinó a uno. Según la declaración inicial de Sidronio Casarrubias Salgado, en la camioneta que llegó a Cocula iban como mínimo 19 estudiantes, no más de 25; el resto formarían el tercer grupo. No veo el desmoronamiento de una investigación todavía en curso.
Por otra parte, ya se cumplió un mes de la desaparición forzada de cinco jóvenes en Tierra Blanca, Veracruz, hay un poco de luz sobre el caso. El seguimiento lo ha hecho Ciro Gómez Leyva.
Además, Juan Pablo Becerra Acosta aumenta los testimonios sobre los desaparecidos de Ciudad Cuauhtémoc.
Y por último, a la lista de desaparecidos hay que añadir el caso de Sinaloa.

Escenas del terruño. 1. Que, según Carlos Puig, la coordinación de seguridad para Guerrero es un anuncio vacío, sin seguimiento, sin plan y sin fin. Según mi conteo, hasta el 12 de febrero –día 43 del año- el número de ejecutados en Guerrero es de 206. 2. De acuerdo a la Consulta Infantil y Juvenil que en las elecciones pasadas realizó el INE, el 24% de los niños michoacanos -entre 6 y 9 años- no confía en la policía, y el 18.5% tampoco confía en el ejército. Entre los niños michoacanos -de 10 a 13 años-, 32.3% no confía en la policía, 28.1% no confía en el ejército y 56.3% no confía en los gobernantes; y el 3.1% de los encuestados declaró que son obligados a participar en actividades ilegales. Entre los adolescentes michoacanos -de 14 a 17 años-, el 83.5% no confía en la policía, 75.8% no confía en el ejército y el 95.1% no confía en los gobernantes; además de que la cifra de quienes son obligados a delinquir sube a 4.4%. Un dato más para la lista del drama de los niños sicarios. 3. Que, según León Krauze, las elecciones de Estados Unidos ponen en juego el idealismo y la real politik. 4. Aunque hoy todos tienen puesta a atención en la visita del Papa Francisco, la creatividad periodística de Animal Político redirige la atención de la misa en Ecatepec al Ecatepec de la Santa Muerte. Imperdible el excelente reportaje de Manu Ureste.

Coletilla. Tras la reunión del Papa Francisco con el Patriarca de todas las Rusias Cirilo I se va rumorando la posibilidad de una próxima visita papal a Rusia; el problema de la realización de esa hipotética visita va mucho más allá de la geopolítica y los caprichos de Vladimir Putin. Si quieres, estimado lector, tener un panorama del significado (y la complejidad) de una visita papal a Rusia te recomiendo leer La Gran Controversia del historiador franco-mexicano Jean Meyer.

Atardeciendo en la muerte

Atardeciendo en la muerte

Si el suicidio es oposición radical al progreso, la eutanasia es su afirmación más plena. Cesar la vida humana ante la inevitabilidad del sufrimiento en la enfermedad es, desde el primer vistazo, la confirmación de la confianza en el poder humano: el hombre puede decidir sobre su propia vida. Dicha confianza reivindica el progreso porque las razones últimas de la decisión radican en la contraparte del primer vistazo: la eutanasia es consecuencia de la posibilidad de desarrollar las compensaciones necesarias para recuperar la salud y de la imposibilidad actual de dicho desarrollo. La eutanasia es una decisión racional acorde al poder humano actual. La eutanasia nos indica una meta a la que aún no ha llegado el progreso. En ese sentido, la eutanasia es afirmación de la ignorancia. En este sentido es que la eutanasia es la afirmación más plena del progreso.

Evidentemente sería insensato afirmar que la eutanasia, como afirmación más plena del progreso, es el fin del progreso; aunque hay insensatos que así lo afirman. La eutanasia es afirmación del progreso en tanto el progreso no es un proceso concluido. Es más, la eutanasia es necesaria para que haya progreso. Si el progreso concluye, la eutanasia torna innecesaria: sólo queda el suicidio. Si el progreso concluye mal, sólo nos restará destruirnos. Mientras el progreso no concluya, tendremos a la eutanasia como salida de emergencia.

Frente a la eutanasia, lo común es defender el sufrimiento, revalorarlo, despertar al sentimiento trágico de la vida. Lo común ante la tragedia, además, es no tomarla en serio: o bien se le descalifica porque no es renuncia plena al progreso, o bien se le toma en un sentido lato y emocional. A la tragedia se le toma en serio, en cambio, cuando se le considera como continuidad agónica. La continuidad agónica realmente toma en serio el sufrimiento en la vida, así como en realidad reconoce la falsedad de las promesas del progreso. La continuidad agónica rechaza la eutanasia a partir de un apotegma: al sufrir se aprende. La eutanasia es una afirmación de la ignorancia. La continuidad agónica defiende el sufrimiento en la medida en que sabe que el conocimiento es bueno. La continuidad agónica perderá el sentido en el momento en que pierda su vocación por el saber, cuando no se pueda progresar en el conocimiento.

Frente a la eutanasia también se encuentra la religión revelada, en la que incidentalmente se defiende al sufrimiento. En el argumento exotérico de la religión revelada, la eutanasia es inaceptable porque es una suplantación de la propiedad de la vida. En ese nivel, la discusión con el progreso y con el sentimiento trágico es genuinamente imposible: para uno la vida es nuestra, para el otro no lo es y en la revelación sólo lo es porque nos ha sido dada. La brecha abierta por el dón es infranqueable por la eutanasia: la negación del amor es la puerta al infierno. La afirmación del sufrimiento, por su parte, no puede condicionar al conocimiento, cuando es el conocimiento el que nos lleva a afirmarla: la revelación nos muestra la razón del sufrimiento. El dón se recibe como vocación. Ahí donde los trágicos dudan y perseveran, los creyentes confirman y perseveran; de un lado temor y temblor, del otro alegría y amor. La religión revelada afirma la alegría de saberse llamado y el amor por el que un día conoceremos cuanto hemos sido conocidos. La brecha abierta por el dón es infranqueable por el sufrimiento: el amor nos abre al perdón y el perdón al consuelo. Por la revelación, la eutanasia se muestra inconsolable. La tragedia sólo es sostenible si es imposible el fin de los tiempos, y la afirmación de la imposibilidad sólo puede venir de la negación de la revelación; pero la tragedia no puede negar la revelación en tanto no la conozca, o de lo contrario renuncia a su vocación por el saber; conocer la revelación es afirmarla, y con su afirmación se niega la tragedia. La tragedia sólo es sostenible como eutanasia. La tragedia también puede ser una cara del progreso.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Ya se han cumplido 16 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. En torno al caso, la reportera Miriam Moreno, quien había dado a conocer información que contradice los alegatos del GIEI sobre el quinto autobús, informó el pasado martes 26 que ha localizado el quinto autobús en un estacionamiento de Cuatla, Morelos. El autobús se encuentra ahí desde el 11 de septiembre de 2015, con sellos de aseguramiento de la PGR. A la fecha, el GIEI no ha hecho peritaje alguno en el autobús. Lo que sí ha hecho el GIEI es seguir denunciando una supuesta campaña en su contra. Aumentarán sus denuncias si, como asegura Héctor de Mauleón, pronto se tendrá más información que contradiga su versión del caso. Por otra parte, hoy se cumplen 20 días de la desaparición forzada de cinco jóvenes en Tierra Blanca, Veracruz. En el lapso de la investigación, han aparecido 20 cuerpos que no han sido identificados. La esposa de uno de los detenidos la semana pasada, supuestamente involucrados en la desaparición de los jóvenes y señalados como miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, denuncia la fabricación de pruebas por parte de los funcionarios. Ayer, uno de los padres, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, dejó ver claramente el drama de la situación: «aquí estamos, esperando y viviendo; si a esto se le puede llamar vivir». Además, esta semana el diario Milenio informó sobre los desaparecidos de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Los desaparecidos no deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. Hoy se cumplen seis años de la ejecución de 17 jóvenes en Villas de Salvárcar. En su momento, Felipe Calderón llamó «malandros» a las víctimas. Ahora, cuando ejecutan a alguien, muchos se calderonizan. 2. En los primeros 30 días del año, la ciudad de Acapulco acumuló un total de 77 ejecuciones. Además, hay versiones que señalan la quema de un salón de clases en una primaria por parte de un comando armado; quemazón realizada frente al grupo de niños que ahí estudiaba. 3. Es indignante, triste y descorazonador. En las tres semanas de clases que han pasado hasta hoy, una secundaria técnica del municipio mexiquense de Naucalpan registra tres decesos, uno por semana. Las tres eran niñas de 14 años. Las tres fueron secuestradas, violadas, calcinadas y desmembradas. Los restos de las tres fueron dejados, una semana tras otra, en el Bosque de los Remedios. «Dicen que es pleito entre cárteles», me dijo el miércoles quien encontró los primeros restos. No hay, siquiera, un posicionamiento oficial.

Coletilla. Para terminar como con un abrazo, querido lector, y disculpándome por tan deprimentes informaciones en las líneas anteriores, te comparto una piadosa sugerencia de la pluma de Jorge F. Hernández.