El verdadero descanso es para quien busca la Salvación, los otros sólo se olvidan del mundo por un rato, para regresar igual de muertos cuando ya hayan pasado unos días.
Maigo
"Una docena de años viendo cómo se parten por docenas otras cosas en el mundo"
El verdadero descanso es para quien busca la Salvación, los otros sólo se olvidan del mundo por un rato, para regresar igual de muertos cuando ya hayan pasado unos días.
Maigo
El cansancio que se obtiene pensando en un futuro descanso, es cansancio egoísta y en sí mismo encerrado. Quien ahora se fatiga pensando en el futuro lejano, puede ser que en nigún día vea llegar el descanso. Y es que tantos son los que así viven que confunden al cansado y con promesas de una mejor vida lo dejan descorazonado.
Para que el cansancio sirva hay que servir al hermano, y esto se hace sin pensar en más futuros que no pueden ser controlados porque quien invierte en cansancio en realidad vive desesperado.
Maigo.
Sólo en el regazo de María es posible encontrar el cobijo que la modernidad es incapaz de proporcionar.
El dolorido corazón del hombre, acude tembloroso a los brazos de la madre, antes de presentarse con el padre y pedir el perdón, que amorosamente se le concede en el momento de la salvación.
Sólo en el regazo de María la salvación encuentra el calor materno y amoroso de la madre que nos fue entregada en el dolor y que nos disculpa por hacer lo que no sabemos cuando lastimamos a nuestro salvador.
Sólo en el regazo de María nosotros renacemos como hijos de Dios, ya que el hijo bien amado del padre desde la cruz nos lo otorgó. Benditos somos por tener el regazo de María, porque nos entregó a su hijo y nos mostró la dulzura del servicio desde antes de la venida del salvador.
Pero ingratos, celebramos a las madres exigiendo las perlas que la virgen jamás pidió.
Maigo.
Las campanas se preparan, el sábado han de repicar; los maderos son talados, el viernes se elevarán; muchos panes son horneados, mañana se comerán. En algunas horas Jueves, Viernes y Sábado Santos se celebrarán.
Hay quien habla de la fiesta, de ayunos y de oración; hay quien habla de descanso, comilonas y excesos primaverales motivados por la pasión. Pero estas no son las únicas voces que cantan en el coro, el mundo no se divide entre impíos y piadosos, también hablan los críticos y escriben sin cesar, hablan de hipocresía e invitan a reflexionar.
Estas voces tan gritonas también hablan de revolución, cambian la piedad y la misericordia por burlas contra la oración, pretenden trasformar el mundo anunciando los horrores que lo dominan y culpando a quienes, a diferencia de ellos, no siguen a Jesús repartiendo pan y multiplicando la comida. Quienes ven en Jesucristo el cambio para una nación, olvidan que la sangre derramada en el Calvario sería un sacramento que alegra el corazón; que el pan convertido en carne y el vino trasformado en sangre traerían la salvación para quien sirve al prójimo sin acusar, y para quien actúa después de orar, y juzgar primero lo que hay en el propio corazón.
Mañana es Jueves Santo y las campanas se preparan, invitan al silencio y a levantar la mirada, nos dicen que veamos a Jesús sirviendo a sus iguales, dando consuelo en el suplicio y salvando nuestras almas con el perdón; las campanas nos invitan a ser sordos al escándalo de este mundo y nos piden abrir los ojos ante la misericordia de Dios.
Maigo
Para una sociedad productiva no hay nada peor que dormir, sólo los perezosos y faltos de ambiciones duermen. Ahí, quienes no tienen ingenio son incapaces de aprovechar los grandes avances de la tecnología; de modo que, no ven cómo hacer de la noche una pobre imitación del día, ni saben cómo romper el silencio que gobierna en las sombras y que se adentra en el pecho. En una sociedad productiva dormir o estar en silencio es algo peor que la muerte misma, lo importante es estar siempre en vigilia, siempre hablando y siempre haciendo algo que dé muestra clara de nuestro paso por el mundo.
Creo que soy floja en medio de una sociedad productiva, me gusta el silencio nocturno, y a veces duermo después de contemplar en silencio la belleza de un cielo tachonado de estrellas. No estoy en contra de la vigilia, pero creo que ésta se debe prolongar sólo cuando el asunto lo amerita y no nada más para atender a deseos mezquinos que lleven al hombre a una cadena de producción interminable, la cual por ser cadena le impide detenerse en medio de la noche para ver el brillo de la luna llena o la belleza de un amanecer largamente esperado.
Estar en vigilia es hermoso cuando de estar despiertos depende el ser o salvación del alma o todo lo que nos hace dejar de movernos y detenernos en silencio antes de cruzar una puerta, pero la buena vigilia exige del hombre el cansancio sin lamentos que la vida productiva no es capaz de brindar. Quien mucho produce, mucho se queja y más necesita por lo que no puede detenerse ni para dormir. En el seno de una sociedad productiva dormir es algo nefasto, pero, la vigilia de un buen vigilante pretende proteger lo que es mejor que él y no exige de ninguna manera que la noche se convierta en una mala imitación del día, o que el silencio nocturno sea profanado con ruidos ajenos y carentes de sentido.
Para una buena sociedad productiva dormir es un estorbo, mientras que para la vida que gusta de observar el cielo, dormir es una necesidad que sólo puede vencer la esperanza que trae consigo el amanecer de un nuevo día.
Buenas noches…
Maigo
Rezaba así un epitafio de tiempos de la posguerra: “Si quieres saber qué es verdadero cansancio, pregúntale al alma que, penando, sigue vagando por la tierra”.
Hiro postal