De criminales políticos: el inicio del juicio al Chapo Guzmán

Es común escuchar que la toma de decisiones que afectan a un país las ejecutan principalmente los políticos, los empresarios y quienes manejan los medios de información. A esta separación de poderes se le olvida mencionar el crimen organizado, una especie de hijo o hermanastro de los tres jerarcas mencionados. El crimen organizado, la mafia, el narcotráfico, etc., incide en la vida pública mermando la libertad de los ciudadanos, exhibiendo qué tanto afectan nuestras vidas con su violencia y presumiendo cómo pueden convertirse en una alternativa para expropiar dinero. Por una extraña concepción de lo que es una buena vida, o una carencia de una idea suficientemente reflexionada de la buena vida, las figuras más representativas del crimen organizado se entronizan como ejemplares. Por ello, en ningún momento resultó extraño que en el inicio del juicio a Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” en Estados Unidos, no nos hiciera dudar la declaración central del abogado del narcotraficante, la cual señalaba que el Cártel de Sinaloa pagó sobornos millonarios a los dos últimos presidentes de México; lo más grave no fue la inseminación de la duda, sino que muchos la tomaron como verídica. ¿Qué tuvo que pasar con el ejercicio de la política para que un capo tenga la misma credibilidad, en algunos casos hasta mayor, que un político de alto nivel como un presidente?

Tanto políticos, empresarios y criminales se mueven por la consecución de dinero y el poder que conlleva su uso astuto. Para muchos esto significaría que en nada o en poco se diferencian los tres tipos de poderosos. Pero la legalidad con la cual se maneja cada uno debería ser suficiente para que las diferencias queden claramente marcadas. Un político no manda a matar, así como un empresario no soborna, y ninguno de los dos trabaja codo a codo con los capos para que en tales relaciones se obtengan mayores beneficios. Si la complicidad entre empresarios, políticos y narcos se comprobara, al menos en ciertos casos, los tres serían igual de injustos, y así como habría que creer las palabras del político, habría que creer las del criminal. Decía José Manuel Mireles, ex vocero de las autodefensas de Michoacán (un grupo armado que se oponía a los abusos de un cártel), que un narcotraficante era bien valorado entre ciertos pueblos porque ayudaba a las personas de esos lugares, a diferencia de ciertos políticos que no ayudaban a nadie. Mientras el narcotraficante manifiesta su apoyo público, según se infiere de lo dicho por el ex autodefensa, el político sólo parlotea. Al ex vocero se le olvidó mencionar la violencia que expande un criminal en su hambre de poder. Pero apuntó bien al decir que la percepción pública siempre será favorable para el poderoso filántropo que para el poderoso egoísta.

La maniobra de la defensa del Chapo Guzmán definitivamente llamó la atención, siempre hay sospechas sobre la complicidad entre políticos y criminales y que alguien considerado en el segundo grupo lo haya afirmado causó mucho ruido del que quiere escucharse, pero apenas se le podría dar credibilidad. Es cierto que el recurso usado se dijo en un juicio en el que se busca que el acusado obtenga la menor pena posible; también es cierto que se han comprobado nexos entre políticos y narcotraficantes; no olvidemos que la otra parte de lo que dijo el abogado del capo fue que éste fue víctima de un complot orquestado entre dos expresidentes, agentes de la DEA corruptos y su ex socio, Ismael “El Mayo” Zambada, (de lo cual se infiere que a todos les convenía capturar y extraditar al capo más visible del Cártel de Sinaloa: credibilidad, poder y dinero para los involucrados); pero, como bien lo apuntó un periodista, el mentir durante el “opening statemen” no es delito. La historia todavía tiene muchos más capítulos que contar sobre las intrigas del poder.

Yaddir

Del amor injusto

Del amor injusto

 

Por la Apología de Sócrates nos enteramos que el daimon socrático disuade de la participación política. Por el Téages nos enteramos que el daimon socrático es eros. El daimon aleja a Sócrates de los hombres al tiempo que lo acerca a ellos. El daimon socrático esboza la intimidad del filósofo. El filósofo sólo puede llevar su intimidad en una tensión constante entre la atracción y el honor. La intimidad filosófica es la tensión llamada justicia. La justicia torna imposible si desaparece alguno de los elementos de la tensión. Si desaparece la atracción y el filósofo sólo se retrae en sí mismo, la filosofía se diluye en erudición. Si desaparece el honor y el filósofo se ensimisma, la filosofía se descompone en inconformidad. Si el filósofo resta importancia al honor, no buscará a los eróticos entre los interesados en política; poniendo en riesgo a la filosofía misma. Si el filósofo se oculta la importancia de la atracción, cerrará los ojos a su vida moral; poniendo en riesgo a la filosofía misma. Si la moral es imposible, el filósofo podrá ser el intelectual perfecto: ecuánime, objetivo, ataráxico… antifilosófico, finalmente. Si la política es imposible, el filósofo podrá ser el romántico perfecto: auténtico, autónomo, décadent… y eros sólo sería intimidad emocional. El erotismo filosófico se simplifica cuando desaparece la tensión entre atracción y honor: la intimidad emocional resuelve la vida privada, el prestigio intelectual soluciona la vida pública. Sin daimon, el filósofo puede ser el injusto perfecto. Y cuando nos asustábamos, a eso le llamábamos tiranía.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. Han pasado 18 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Sobre el caso hay que señalar cuatro cosas. 1. En la medida en que vence el plazo pactado para la investigación del GIEI las declaraciones se van volviendo dramáticas: de un lado se dice que no hay por qué prorrogar seis meses más su investigación; del otro, que se ha orquestado una campaña en su contra (que incluye la difamación a Emilio Álvarez Icaza); y de otro, que es necesario prorrogar la investigación del GIEI. 2. Hay una línea del caso que no ha sido investigada; la expone Héctor de Mauleón. 3. Ayer, 1 de abril, se reunieron los funcionarios de la PGR y el GIEI para recibir el resultado del cuarto peritaje al basurero de Cocula: se encontró evidencia suficiente para afirmar la ocurrencia de un incendio en la zona, además de que se localizaron restos óseos calcinados de al menos 17 personas. La investigación no arroja, por obvias razones, datos sobre la fecha del incendio. Falta identificar los restos encontrados. Horas más tarde, el GIEI emitió un comunicado en que manifiesta su desacuerdo con el modo en que la PGR divulgó los resultados del peritaje. 4. Nuevamente se le negó a los padres de los normalistas desaparecidos su participación en la tribuna del Congreso de la Unión. La primera vez se les negó por formalidades en torno a la solicitud; en esta ocasión se alega que como ciudadanos no tienen la facultad para hablar en tribuna. Supongo que a eso se llama voluntad política.

Por otra parte, ya son tres casos de desaparición forzada en Veracruz. Primero, en cuanto al caso de los cuatro desaparecidos de Tierra Blanca, que ya ha cumplido dos meses, no se presentaron avances en la investigación durante la semana. Sin embargo, en relación con el caso, se reportó la desaparición -desde el 23 de marzo- de la activista Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quien habla por mí?», quien contribuyó en la búsqueda de los desaparecidos de Tierra Blanca. Segundo, el pasado 19 de marzo en Papantla la policía detuvo a Uriel Pérez Cruz y a Alberto Morales Santiago; sin embargo, no fueron presentados tras la detención y actualmente se reportan como desaparecidos. Tercero, también en Papantla y también el 19 de marzo, desapareció Jesús Alan Ticante, quien aparentemente también fue desaparecido mientras caminaba por donde se dio la detención de Pérez Cruz y Morales Santiago. Aquí los detalles de los dos nuevos casos. Los desaparecidos no deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. Arnoldo Kraus reflexiona sobre la comprensión contemporánea del cuerpo. 2. Que, dice Carlos Loret de Mola, el Chapo nos dejó sin agua. 3. «Para un gobierno autoritario como el de México la culpa siempre la tiene la gente», dice Sergio Sarmiento en su columna de Reforma del pasado 31 de marzo en torno a la implementación temporal de un nuevo «hoy no circula«. 4. Al inicio del periodo vacacional señalé que la cifra de ejecuciones en Guerrero era de 309, al finalizar el periodo -y con megaoperativo de seguridad- la cifra es de 404. El secretario de Gobernación dice que las ejecuciones son de esperarse porque los criminales se matan entre ellos. Ajá. 5. El 60% de la población LGBTI de las cárceles mexicanas ha sido víctima de abusos. 6. Otra historia de censura, ahora en la pluma de Ricardo Alemán. Apuesto doble contra sencillo que los políticamente correctos nuevamente guardarán su indignación. 7.  Durante el periodo vacacional robaron las oficinas de la editorial Cal y Arena; lo informa Rafael Pérez Gay.

Coletilla. Ayer, en El Universal, Paulina Lavista describió el momento en que Salvador Elizondo dejó este mundo. Comparto su descripción:

«Murió plácidamente. en su sueño, oyendo el «Requiem de Fauré», en brazos de su hija primogénita, Mariana, el 29 de marzo de 2006. Cuando empezó a sonar la música, una leve sonrisa se esbozó en su rostro, se fue como ángel, sin estertores, sin dolor. Lo extraño cada día más, la vida sin él ha sido difícil, me compensa su legado, su mar de escritura, sobre todo sus Diarios que, al leerlos me permiten revisitar mi vida de 38 años a su lado».

Un rato de entretenimiento

Desde su tercera captura, en enero, el Chapo, o capo de capos, ha dado de qué hablar todas las semanas. Nos hemos enterado de sus relaciones con la farándula internacional, sus vínculos con políticos, de la aparición de nueva familia, el tipo de armas que usaba, la compañía de celular con la que mensajeaba, de la mascota de sus hijas  (la cual, dicho sea de paso, es un mono y se llama “botas”), entre muchísimas cosas más. No conformes con tan impresionante despliegue del álbum de la vida privada del capo, se han hecho especulaciones sobre sus parejas, incluso comparaciones entre su actual esposa y una estrella de televisión que rayan en la incongruencia. Hemos visto en la figura de Joaquín Guzmán Loera una estrella de rock, pero con el cetro de un gran mandatario; todo lo que hace, o creemos que hace, se magnifica al nivel de acontecimiento histórico. Su vida nos entretiene y sus actos los aplaudimos con gran admiración.

Pero lo más espectacular, aunque nada entretenido, es observar la rápida destrucción de la comunidad a manos del narcotráfico. Ante esto es paliativo escuchar risas, aplausos e interjecciones grabadas. El narcotráfico no sólo manipula al estado al punto de transformarlo, también nos manipula a nosotros. No es extraño admirar a los poderosos, lo extraño es no extrañarse por la violencia. El entretenimiento nunca hará desaparecer la violencia.

El entretenimiento resulta nocivo cuando nos entrenemos con aquello que genera la violencia; perdemos la vista de lo bueno y lo malo, pues el entretenimiento distrae dando gozo constante, casi ininterrumpido. El gozo se diversifica en distintos ámbitos, pero siempre predominan los relativos a las conquistas; y por eso a nosotros también nos domina. El gusto no sólo porque haya ofertas, sino porque las buscamos incesantemente. Quizá podamos alejar los ojos de la pantalla cuando el fuego circundante comience a quemarnos también a nosotros.

Yaddir

Atardeciendo a la vida

Atardeciendo a la vida

 

You’re too old to lose it,
too young to choose it

El suicidio es oposición radical al progreso. El progresista tiene como visión de su futuro las posibilidades todas por venir; el suicida tiene frente a sí la ausencia de posibilidad, la imposibilidad como necesidad imperiosa y la resolución como libertad necesaria. Las posibilidades del progresista se fundan en la asunción de la historia: se asume a sí mismo como sujeto de la historia y a su condición como determinación histórica. Ante, frente y en la historia, el progresista reconoce sus posibilidades; ante, frente y en la historia, el suicida asume sus imposibilidades. El progreso es apertura a la posibilidad; el suicidio, resolución imposible, pero necesaria. El suicidio es necesario cuando el progreso no es opción.

A todos nos educan en la afirmación del progreso como opción, e incluso entre los críticos del progreso se le presenta como opción. Si el progreso es opcional, esto es una decisión histórica, la crítica vislumbra como posible el cambio en la decisión, la posibilidad de reencauzar el progreso o, al menos, humanizarlo. Si la crítica al progreso deja de considerarlo opción y lo asume como destino, sólo resta reconocer la imposibilidad como conclusión y la destrucción como salvación: la necesidad del suicidio.

Entre el progreso como opción y el suicidio como resolución, algunos críticos han intentado afirmar a la perseverancia como continuidad agónica. Quien persevera resiste lo mismo en su oposición al progreso que en su resolución suicida. El perseverante sabe lo suficiente sobre el progreso que puede decidir no entregarse a él con plenitud; al tiempo que reconoce en el suicidio una derrota que su anhelo de virtud nunca le permitiría aceptar. El perseverante permanece en agonía, a medio camino, en una contradicción constante a la que humildemente llama pensar. Quizás el perseverante, en sus más íntimos momentos de honestidad, reconozca tras su pensar los rasgos del escepticismo y vislumbre entre la angostura umbrosa de su indecisión los coritos brotes del nihilismo germinante. El perseverante vive en un injusto justo medio: injusto con la verdad, pero ajustado a sus ideas; más medio por vacilante, que por ser de veras. El perseverante en realidad no tiene razones para seguir adelante.

El progreso sólo es verdadero si el final de los tiempos es imposible. El progreso es falso ante el Apocalipsis. Si el progreso es falso, no puede ser opción, y por tanto el suicidio nunca podría ser estrictamente necesario. Si el progreso es falso, al perseverante le faltaría enfrentar la verdad. Si el progreso es falso, el progresista vivirá en el peor de los engaños. No se trata de decidir sobre la verdad o la falsedad del fin de los tiempos –o del progreso mismo-. Tampoco es asunto de asumir una posición frente a la Revelación. Sólo es problema de lo que uno mismo sabe, de saber lo que se sabe y de saber si uno puede ser testigo de la propia salvación; lo demás ya no es la vida.

Námaste Heptákis

Los desaparecidos. El abogado de los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa ha solicitado que en su próxima visita a México, el Papa Francisco no olvide a los desaparecidos en sus discursos. Un día después de la solicitud, y ganando la atención de la prensa, se anunció la captura de tres involucrados en el caso… en el caso que los funcionarios no han sabido explicar. Mientras tanto, en Veracruz se registra otro caso de desaparición forzada. Ciro Gómez Leyva hace un buen esbozo de su seguimiento del caso. Ni Ayotzinapa ni Tierra Blanca deben ser olvidados.

Escenas del terruño. 1. En los primeros 20 días del año, la ciudad de Acapulco registró un total de 58 ejecutados. En el mismo lapso, los funcionarios anunciaron un nuevo plan de seguridad para la región. 2. Del pasado miércoles, el infaltable punto de vista de José Woldenberg sobre el caso de Joaquín Guzmán Loera. 3. En la semana se informó que El Chapo lee en prisión El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Yo le hubiera dado a leer El conde de Montecristo. 4. De marzo a mayo, serán los tres meses en que se juega el bachillerato mexicano. ¿Se afilarán las lanzas o todo quedará para después de la elección? 5. La guerra en Siria nos recuerda el horror de la maldad, sugiere Arnoldo Kraus. Mientras que Mauricio Meschoulam advierte sobre el crecimiento del conflicto en el norte de África.

Coletilla. “En nuestro tiempo se ha producido una batalla entre la fe y la esperanza, que tal vez deba ser resuelta por medio de la caridad”. G. K. Chesterton

Le llamo fracaso

Le llamo fracaso

reposaremos nuestra miseria
en un caldo espeso

Si la evidencia de que no ha fracasado el Estado es la persistencia de la vida cotidiana, entonces vivimos la normalización de la violencia. La violencia, nos enseñó a ver René Girard, se distingue por no estar sacralizada y se reconoce cuando se necesita de la fuerza del Estado para contrarrestarla. Cuando el Estado puede hacer frente a la violencia, se mantienen los límites de lo prohibido; cuando el Estado puede incorporar la violencia, nace una nueva prohibición. La ley civil es el compás de la violencia. El crédito social se vislumbra desde el campo abierto por la ley. En cambio, cuando pretendemos hacer al consumo una ley, no hay violencia posible, pues la prohibición sólo es incapacidad. Desaparece el Estado en la sociedad mercantil porque todo es negociable, porque las incapacidades se compensan en el mercado y los créditos se falsifican en ilegalidad. La persistencia de la vida cotidiana es solamente la necesidad del consumo.

La normalización de la violencia desdibuja los límites de lo permitido y otea con indiferencia la permeabilidad de la transgresión. La violencia normalizada parece alejar la gran violencia y nos engaña sobre la posibilidad de manipular o contener las violencias pequeñas. Pero no hay violencia pequeña; y quien así lo ve ya no entiende la violencia. La violencia normalizada funda el imperio de la necesidad que se expresa en la injusticia justificada por la supervivencia. La violencia normalizada es invisible no por inexistente, sino por omnipresente. La violencia normalizada ya no nos permite reconocer la violencia: la violencia es nuestra vida cotidiana.

Aferrarse a la ilusión del Estado en el momento en que la violencia se ha normalizado sólo es explicable porque el mercado nos puede presentar a un sustituto de la violencia como un bien de consumo. Consumimos la violencia informativa con abundancia, pero sin digestión. Consumimos la violencia de entretenimiento con diversión, pero sin comprensión. Consumimos la violencia en indignaciones súbitas, linchamientos mediáticos y resentimientos injustos, pero pronto sustituimos un sentimiento por otro, un impulso por otro, una injusticia por otra. La violencia consumible es discreta; nuestra experiencia, continua; la suma de nuestra vida en la normalización de la violencia sólo puede ser contradicción. Y a esto yo le llamo fracaso.

 

Námaste Heptákis

 

Los desaparecidos. En la reunión de los funcionarios federales con los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa se presentaron los avances de la investigación, se acordó reanudar la búsqueda y se citó a una nueva reunión el 18 de febrero –pasada la visita papal-. Fuera de las reuniones, en cambio, la guerra ideológica sigue encendida. En particular hay que poner atención a las denuncias que ha presentado el militar argentino Luis Alfonso Plazas Vega, quien advierte que Ángela Buitrago fabricó pruebas en su contra. Buitrago, por su parte, forma parte del GIEI. Hoy se denuncia en La Jornada una campaña difamatoria. Que termine la guerra ideológica, pero que el caso no sea olvidado.

Escenas del terruño. 1. Luis González de Alba advierte sobre las variaciones en el índice de esperanza de vida en el México actual. 2. Según cifras de la organización Alto al Secuestro, el promedio de plagios a nivel nacional en los tres primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto es de 6 secuestros cada 24 horas. 3. Tras la humillación que significó la fuga, los funcionarios federales han filtrado información personal del preso del momento: ¿la disfunción eréctil es compensación simbólica de la impotencia que exhibió el escape? 4. La avalancha informativa del caso de Joaquín Guzmán Loera ocultó el mayor logro periodístico en lo que va del año. La reportera Lourdes Murgía logró en entrevista, presentada en el noticiario de Ciro Gómez Leyva, que el futbolista Cuauhtémoc Blanco alcanzara la altura de político. 5. Consígnese uno de los fallos de la Suprema Corte de Justicia más importantes en los últimos años. 6. No se acusen sorpresas posteriores. Mauricio Meschoulam ofrece un panorama de la guerra siria en este inicio de año.

Coletilla. El mejor ensayo sobre la muerte de David Bowie es del indudable genio literario de Álvaro Enrigue y se intitula Bowituario.

Amistad en línea

A continuación reproduzco una entrada que llamó mi atención. No sé si por el contenido o por su honestidad en cada palabra. O incluso por ocurrirme la idea de una metaentrada, presentar una entrada supeditada a otra (una muy breve explicación de términos: yo meto una entrada en otra).  Lamentablemente no encontrará la página, ya que, como se dará cuenta, el autor decidió cumplir su palabra. Justamente encontré el sitio un día antes de ello. Qué mal que no podamos seguir disfrutando y reflexionando sus entradas. Esta pérdida trajo consigo otras, debido a que el blog permitía dirigirnos a otros de igual interés. Con permiso del autor desaparecido y sin mayor presentación, dejo lo siguiente:

«Olvidé cerrar la ventana de mi recámara, puedo sentirlo, mi cuerpo es capaz de percibirlo. En este instante mío (sí, sólo mío porque sólo yo estoy en mi cama) respiro el frío penetrante. En realidad es el único instante donde soy consciente de mi cuerpo. La vida diaria, con todos sus presiones y apuros, me oculta instantes como éste donde yo permanezco solo en mi existencia. Noche como en la que estoy me hacen recordar que así nacemos y así morimos. Mi cuerpo, esta bola de átomos andante, vive, decide y siente por sí mismo. Nuestra existencia es la soledad aunque los medios de comunicación o las mentiras sociales hagan ver lo opuesto. Al final cada quien es único e irrepetible.

Me levanto de mi cama. El frío no me dejará dormir, ¿aunque podré hacerlo después de mi descubrimiento? ¿No habrá mayor frío en mi sangre al notar lo solitario que somos?Mientras cierro mi ventana veo las pocas estrellas en el cielo, brillando con tanta luz que hacen latir mi corazón, como una danza loca en el atardecer. Cada estrella no está sola, cada una está junto a otra. Esta observación quiere hacer que mi corazón salga de mi pecho, nacemos solos pero vivimos con otros. No debería estar tan contento, vivir junto a otros nos limita en nuestra felicidad. Siempre respondemos a los demás, siempre actuamos pensando en ellos, hasta nuestras opiniones censuramos. Jajaja, estábamos mejor teniendo la naturaleza solitaria.

Sigo contemplando la noche y se dibuja una estúpida sonrisa, como ésa que me apenaba al estar junto a ti, Daniela. Recuerdo la canción de Fobia (sí Daniela, tu banda favorita): no todos son villanos, no todo está mal… Cada estrella tiene luminosidad propia, no le afecta la que está a su costado. Ni siquiera el brillo plateado de la Madre Nocturna. Entonces cada uno de nosotros debe tener su propio valor, ¡eres importante! Nuestra esencia vale más que todo el Sistema Solar. Mi celular interrumpe la meditación nocturna y veo que me llega una notificación de Facebook. Yo tengo 482 amigos y a uno se le tiene que ocurrir hablarme a las 2:23 de la mañana.

Estoy cansado de esto. Hace menos de un año que lo conocí y solamente  hablé con él un día después. ¿Qué es lo quiere? Detesto que ahora seamos así.  A veces me siento inadaptado con mi generación, como una oveja negra o el patito feo, no me identifico con los de mi edad. Me entristece que nos entretengamos con videojuegos cuando lo que me emocionaba de niño era sentir cómo corría el sudor en mi mejilla. O que mediante Google o Wikipedia conozcamos los rincones del mundo: la verdad, yo prefiero viajar y experimentar (ahorren su dinero si piensan regalarme celulares, laptops o libros). En Facebook puedes tener chorrocientos amigos y en realidad ser el más solitario de los jóvenes.  Las redes sociales son virtuales, así como sus amistades. Por ello resulta valiente que asumamos que la tecnología nos hunde más en nuestra soledad, tanto que hasta nos encierra de la maravillosa naturaleza. Los científicos se esmeran en estudiar qué somos y el porqué de las cosas. Equivocados se encuentran porque lo importante es sentir la conexión que tenemos con el mundo. Solamente podremos llamar a alguien amigo cuando sepamos que pertenecemos a la misma constelación, un grupo de estrellas con su propio brillo cada una.

No revisaré su mensaje, cortaré de raíz esa amistad en línea. Esto del Internet nos ha cambiado. En vez de acercarnos, nos mantiene alejados. Digo basta, ¡basta!, Hoy quiero vivir, respirar profundamente y reír sintiendo un fuego en mi alma. Por eso esta entrada será la última. Le aviso a quien me lea que no publicaré más y le recomiendo que haga lo mismo que me propongo. Escribir detrás de una computadora nos aleja de la realidad. Páginas como periódicos o blogs son maldita virtualidad. ¡Supera esta condena! Búscate, descúbrete y vive con los individuos: eso no lo encontrarás encerrado en tu casa.»

*La entrada fue tomada del siguiente blog ya extinto:

https://diatrasdiaunlatido.wordpress.com

Bocadillos de la plaza pública. 1. En estos días se reportó el secuestro de un director y cuatro maestros en el estado de Guerrero. Siendo precisos, tal suceso ocurrió en Santana del Águila, municipio de Ajuchitlán del Progreso, un comando armado entró en la secundaria donde laboraban para raptarlos. Los implicados piden por sus rehenes pagos que rozan aproximadamente los tres millones de pesos. Se sospecha que se trata del mismo grupo que ha cometido secuestro de los 16 habitantes de otra región guerrerense, Arcelia. Asimismo el alcalde de Chilpancingo, cabecera estatal de la entidad, declaró que ha recibido amenazas recién tomado su cargo. Y sí, es el mismo Guerrero que el mes pasado tuvo altos índice de ocupación hotelera en sus ciudades turísticas.

2. Se perfila a la carrera presidencial de 2018 el siempre polémico Gerardo Fernández Noroña. Esta semana ha declarado su intención de competir por la presidencia en el año mencionado. Uno más que advierte que no tiene intención de apear en los siguientes meses, al menos que tenga que unir esfuerzo con un compañero de caballería… supuestamente.

3. Casi nadie ha entendido la verdadera intención de Kate del Castillo. Algunos la han criticado severamente por relacionarse con un criminal, otros la han alabado por haber facilitado un trabajo irreverente y revelador (por cierto, hablando únicamente de éste, León Krauze ofrece un interesante análisis). Sin embargo han malinterpretado a la señorita, cuando menos la han subestimado. Su proyecto supera cualquier encuentro, película o entrevista. ¿Recuerdan cuando hace meses propuso al capo traficar con el bien? Volverse patrono de la vida y realizar acciones como alimentar a todos los niños de la calle o hacer disponible las curas a los enfermos. Volverse un héroe que combata la corrupción, vergüenza, culpa, política, religiones y otras imperfecciones en nuestra felicidad. Por lo tanto, así como AMLO proponía establecer su república amorosa, Kate pretendía conformar el Cártel del Amor. ¡Imaginen el alcance de su proyecto! Quizá hasta el Cártel hubiera podido independizar una región como Guatemala lo hizo y ser ejemplo a lo largo del siglo XXI. Un país nuevo donde la injusticia sea mínima y el amor se respire entre sus habitantes. O, si vamos menos lejos, tan siquiera una legión que combatiera los abusos cometidos a los desprotegidos. En medio del dolor de los padres de los desaparecidos o del suelo teñido de rojo, Kate del Castillo era bastión de cordura y esperanza para México.

 Mondadientes. Escurridizo pero deslumbrante, enigmático pero fascinante, hace días David Bowie partió de este mundo. Descanse en paz.