Un sendero olvidado: retomando principios para la ciencia médica en el siglo XXI

Un sendero olvidado: retomando principios para la ciencia médica en el siglo XXI*

Queridos compañeros:

Hermanos galenos, amantes de su vocación, hoy nos congregamos celebrando nuestra profesión. Gracias a nuestro organizador tenemos la oportunidad para reunirnos y reconocer algunos logros conseguidos por nuestros colegas. Por eventos como el presente podemos sentirnos orgullosos por lo que realizamos, por cada día que dedicamos a nuestra noble labor. Finalmente cada premio entregado no sólo es recibido por las manos del médico correspondiente, sino por el mismo gremio que sabe que algo está haciendo bien. De ahí que todos participemos en el reconocimiento. En este motivo de celebración, ¿no sería lo mejor detenernos a reflexionar cómo hemos llegado aquí? ¿Somos realmente meritorios del premio?

Una primera respuesta puede ser una afirmación a la pregunta anterior. En el último siglo la medicina ha sido un triunfo de la humanidad, sus alcances han llegado a regiones insospechadas. Por ello no me refiero propiamente a la eugenesia o investigaciones en la ingeniería genética, no trato de decir que hemos sido capaces de cumplir los sueños de la ciencia ficción. En realidad quiero apuntar al hecho de que hemos librado airosamente las dificultades. El avance en la ciencia médica puede medirse en el sorteo exitoso de las enfermedades. Los trabajos de Fleming trajeron como fruto la penicilina y asestamos un golpe contra aquellas penurias que amenazaban mortalmente. Nuestro temor por la tuberculosis se aminoró con el desarrollo de su respectiva vacuna. Y, cuando creíamos al sarampión invencible, un trabajo multidisciplinario —en el cual contribuimos— pudo contenerlo. Vemos entonces que, arrecie en su furia o nos aceche con mirada furtiva, hemos sabido manejar al toro: cumplimos con mantenernos con vida.

A pesar de haber tenido esos logros, ellos nos han impedido ver otra cara de nuestra disciplina. Además de propiciar una vida más cómoda a los pacientes, no debemos olvidar que el trabajo por la salud no termina ahí. Por lo regular se piensa que la medicina se explica con sólo diagnosticar y recetar, como si nuestra relación con el paciente se agotara en brindarle el remedio adecuado. Y en eso, colegas, nos ganan por mucho el paracetamol, ketorolaco y naproxeno. Cuando yo estaba en la facultad un profesor repetidamente nos hacía hincapié en que la salud se preservaba, no se adquiría. Aunque fuese tardado, el cuidado de nuestro paciente era habitual, no se reducía a un par de citas. Por ello somos más que dispensadores o administradores de los farmacéuticos, nuestra ciencia no puede terminar con la remuneración económica. Estar frente a un paciente nos lo exige.

Todavía en un grado más contundente, recordemos que nuestra actividad no acaba rápidamente. La ciencia médica nos exhorta a que estemos en constante investigación. A pesar de que nuestros alimentos salgan del propio trabajo, nuestros diagnósticos, nuestro interés por la salud rebasa el oficio en el consultorio u hospital. No hay que olvidar la complejidad de cada padecimiento. Pese a que con los años se vayan descubriendo más, cada uno nos pide que lo examinemos hasta nuestro último suspiro. Seríamos pocos comprometidos si sólo evadimos a las bestias, es menester que las afrontemos. Desde el momento que ingresamos a la facultad de medicina, entramos en este sendero interminable. La investigación se asume como nuestra vocación.

Como ya mencioné, he querido decirles esto en el marco de esta celebración para loar nuestra ciencia. A pesar de que a veces nos veamos como mecánicos del cuerpo, no quitemos el dedo del renglón en que somos médicos. Cuando yo entré a la universidad mi madre me dijo que mi labor era bellísima porque estaría al cuidado de una de las grandes maravillas de la Creación. Por ser una maravilla, a veces escondida, nos resta cuidarla y desentrañar su perfección. Salud significa eso, no solamente andar reparando el cuerpo humano. Si no nos regocijamos siendo parte de esta maravilla, al menos tengamos la noble satisfacción de que esta perfección será llevada a cabo en el paciente. Centrémonos en eso y haremos honra a nuestra ciencia.

Gracias por su atención y a nuestro organizador, demos paso a este evento.

*Discurso inaugural leído por el Dr. Caín Espinas García en los Premios Salud 2015 de la Fundación Carlos Slim.

Bocadillo de la plaza pública. Nuestro festín electoral terminó y se respira un clima de frustración y decepción. Algunos asistentes fueron retirados a la fuerza, inconformes perdieron su registro. Otros más jovencitos sorpresivamente tomaron mayor posición en el panorama político. Varios ciudadanos continúan aún molestos por la insolencia del Partido Verde, parece inverosímil que hayan hecho caso omiso a todas las sanciones (¿de dónde sacarán todo el dinero para éstas?).  Todavía mayor cinismo con que varias estrellas hayan sido contratadas para proselitismo verde el mismo día de la elección. En algunos estados se acentúa aquel clima, por ejemplo, Colima donde los perdedores afirman que hubo irregularidades y se muestran no muy satisfechos con los resultados. De igual modo en algunas entidades más pequeñas donde se alega una posible imposición. Pareciendo brillar ante este escenario brumoso y oscuro, encontramos el triunfo de las candidaturas independientes.

Entre todos ellos —no hay que olvidar a personajes importantes como Manuel Clouthier, quizá el que tenga mayor atención mediática sea Jaime Rodríguez “El Bronco. En parte ello se debe a que en sus manos está uno de los estados más sobresalientes de la República, Nuevo León. Un amigo mío, bloguero con nombre exótico, me resaltó la procedencia del susodicho. Y es cierto, después de 33 años de haber pertenecido al monstruo de dos cabezas, a ocho meses de la elección firmó renuncia para su candidatura independiente. Cierto es que hay un trabajo de alcaldía previo, uno que lo mostró como uno de los hombres más valientes de la entidad. Pese a ello, debemos tener cuidado con nuestro entusiasmo por esta clase de candidaturas (como se ha visto en el estado mismo o medios nacionales de comunicación). Si afirmamos la independencia por no pertenecer a ningún partido predominante, de acuerdo a estos parámetros, AMLO también sería independiente. De hecho tendría mayor mérito porque pudo fundar su propio partido y por posicionarlo altamente en estas elecciones. Apuesto que aquellos entusiastas estarían en desacuerdo con esto último, bueno… algunos. Enhorabuena esperemos que el clima de decepción no se extienda otros años en Nuevo León.

Señor Carmesí

De facto

A pesar de que vivamos a través de ellas, nuestras acciones no dejan de ser un misterio. Pese a que observemos parte de ellas, nunca alcanzamos a ver con plenitud su origen o su alcance. Subestimamos su arcanidad y nos quedamos con lo evidente. De ahí que enjuiciar una acción puede volverse como sumir nuestra cabeza en un ambiente brumoso: nos adentramos creyendo ver con claridad.

En tales circunstancias no es sorpresa que desdeñemos las acciones aparentemente inactivas, las creemos inútiles y una verdadera pérdida de tiempo. Solamente parecen apreciables si logran generar un cambio efectivo. Medimos su éxito a partir de los resultados obtenidos, todavía mejor si se consiguen casi inmediatos. Dicha concepción, por ejemplo, logra fundamentar un prejuicio muy arraigado en nosotros: el pensamiento no significa una acción. Como el manejo de ideas no es material, pensar equivale a permanecer en la inactividad. En las universidades sólo se acredita lo intelectual a través de sus productos culturales.

El viraje anterior trae consigo severos cambios en nuestra vida. Nuestra preferencia puede terminar inclinada por la acción llamativa, cualquiera que no sea así termina descalificada por ser, nuevamente, inútil. Actuar del mejor modo se vuelve perseguir la transformación más pronta y efectiva. Ahora el valiente resalta por vencer con mayor contundencia a sus oponentes, no por su buena acción frente a un contexto adverso: nos parece más valiente quien porta el antifaz a quien decide denunciar públicamente lo indignante.

La estridencia de estas acciones resta la importancia de otras silenciosas o paulatinas. En estos términos reservarse se vuelve insensato y hasta una muestra clara de apatía. Por ello no es sorpresa que toda protesta justificada deba parecerse a un torbellino: avanzar revolviendo y destruyendo todo. Cambiar solamente tiene significado por su ruptura con lo antecedente. No obstante, como bien experimentamos, existen acciones que resultan verdaderamente útiles al ser preparatorias, allanan nuestro sendero para caminar hacia lo mejor. Así guardar luto también resulta una acción valiosa.

Bocadillo de la plaza pública. Dicen varias personas y medios de comunicación que las elecciones son la celebración de la democracia. ¿Quién diablos se regocija en un festín blindando por los anfitriones donde convivimos en medio de asistentes corrompidos y asesinados?

Fe de erratas. En la anterior entrada omití un signo de puntuación, aquí va la corrección: «la vida puede acabar sin que realmente la haya hecho mía. ¡Sal a morir del mejor modo! […]» Una sincera disculpa.

Señor Carmesí

El amor a la verdad

El amor a la verdad

Casi ajeno a la fama del poeta Alfonso Reyes es el exceso de toda emoción. Alfonso tiene fama de sereno, de poeta alejado de románticos lirismos y de arrebatos de pasión. A los ojos de quienes casi no lo han leído, Reyes es un roble de perfección. Los más alfonsecuentes, en cambio, saben que Alfonso Reyes es un seductor inigualable en su finura: te seduce con lo que nadie se atrevería a seducir, pasa por piropo lo que cualquiera creería definición y define como lanzando un piropo. Los más alfonsecuentes saben que Alfonso Reyes es la más grata de las compañías: en la ira te contagia ternura, en la resignación te inflama de esperanza, en el dolor te susurra consuelo y en el amor… En el amor Reyes te planta de frente al corazón. Hay un poema de don Alfonso que siempre me ha gustado, que casi siempre me hace llorar y que hoy templa la congoja que en el pecho han formado los tiempos difíciles. Se intitula Engañados.

Engañados del sosiego
con que los conduce amor,
llegaron tus pensamientos
a las puertas del temor.

En tus azorados ojos
quise beber tu estupor,
donde –entre esmeraldas y oros-
tuve otra suerte mejor:

porque vi cómo salían,
a modo de confesión,
dos lágrimas perseguidas
de cerca por otras dos.

 

De manera general, el poema prefigura el preludio del llanto. No es el arrebato del llanto, tampoco es la tormenta de los celos, mucho menos el aluvión de la tristeza; el poema es el preludio del llanto.
La primera estrofa, entre el sosiego y el temor, muestra que eso del amor mucho tiene que ver con el pensamiento y la vida bien pensada: el enamorado piensa bien cuando cuida del sosiego; el enamorado piensa mal cuando el sosiego sólo puede decantarse en temor. Amar, contrario a lo que dicen los bestialistas, tiene mucho más que ver con lo que pensamos y dejamos de pensar, que con lo que sentimos y comenzamos a sentir. Si dejamos de pensar en el amor, inevitable será que sintamos el temor.
La segunda estrofa es la médula del conflicto amoroso, de la pareja que de frente intenta reconocerse a mitad de la tormenta. Nuevamente el poeta contrasta la tranquilidad y la zozobra: los ojos azorados son la fuente turbia, los brillos enamorados un borbotón. Los amantes se miran a los ojos para saberse. En los ojos se sabe lo que se ha de pensar.
Lo más enigmático del poema es la enseñanza alfonsina sobre el amor, pues a la confesión de la tercera estrofa la llama suerte en la segunda. En el amor, como en la vida, la verdad siempre es preferible. La suerte del engañado está en saber la verdad, no en evitar ser engañado. Es inevitable que los hombres descuiden sus amores. Lo que sí puede evitarse es que los hombres descuiden la verdad. Y en el valle de los descuidados nada valen las lágrimas, así sean dos que perseguidas van de cerca por otras dos.

 

Námaste Heptákis

 

Garita. Genaro Lozano, en Reforma, se manifestó contra el voto nulo arguyendo que hay que pensar más allá de la elección. Me parece curioso que cuando formó parte de los dirigentes del #YoSoy132 haya desoído las voces que pedíamos pensar más allá de la elección y no decantarnos por el voto útil. Uno más, y contando.
Yo, al menos, iré a las urnas y anularé mi voto. Nuevamente votaré por la paz. Espero que todas esas urnas llenas nos recuerden las urnas vacías, las urnas de los desaparecidos, los mal enterrados y los demasiados muertos.

Escenas del terruño. Se cumplen seis años de los hechos de la guardería ABC. Sería bueno que, con ocasión del aniversario, Enrique Peña cumpla su promesa de campaña y se reúna con los padres de los niños de dicha guardería.

Coletilla. La reforma de salud viene con la chequera por delante: diez mil plazas en el sector salud. Ahora se gobierna pagando silencios.

Pequeño tratado sobre las sustancias espirituales

Pequeño tratado sobre las sustancias espirituales

 

a los corazones solitarios

 

Mi poema favorito de Luis Cernuda es uno que ahora llamaríamos gay. Me gusta su sensualidad, me emociona su ritmo y me intrigan sus imágenes. En su parte más bella, un hombre descubre con expectación la belleza corporal de un ángel recostado junto a él, de un ángel que le da la espalda perfecta y del que el espectador no puede más que enamorarse. No será difícil al lector reconocer la estupefacción que produciría despertar junto a un ángel, junto a un ángel de espalda perfecta, sobre todo cuando todos sabemos que ningún ángel tiene una espalda perfecta y que nuestra visión de la misma se limitaría inevitablemente por las puntuales alas. Pero el lector que eso piense no tiene más remedio que renunciar al juego cernudiano y fingir que el poeta sólo dice ángel para no decir hombre y que, por tanto, el poema ya no le puede decir nada más. Allá el lector estrecho y lo que quiera hacer con sus estrecheces. Quien sigue en el juego, despertando en esa cama compartida con un lindo ángel que recostado de lado mira hacia la pared, más bien podría sorprenderse de que el lindo ángel al que admira con sus recién abiertos ojos tenga cuerpo. Sabemos que, perfecciones aparte, los ángeles se distinguen sustancialmente de los hombres por el cuerpo. O el que admira no está mirando un cuerpo, o el que todavía duerme no es un ángel. Si no es un ángel, el poema ya no tiene nada más que decirnos. Si lo admirado, con todo y su linda y perfecta espalda, no es cuerpo, el poema se nos vuelve un enigma erótico.

Mirar enamorados y somnolientos a un lindo ángel durmiendo junto a nosotros, recostado de lado entre nuestro yo expectante y la pared impasible, yaciendo tan perfecto entre el deleite sensible y la estabilidad material –yo despierto, él dormido y la pared enclaustrada en su vigilia inexpresiva-, conjugando entre los tres las posibilidades todas, nos deja a las puertas de la que –quizás- es la clave para pensar el erotismo: la realidad y el deseo.

El poema nos enseña que nos enamoramos conjugando realidades, que despertamos al deseo para velar el sueño, que llevamos nuestro amor como perseverancia de lo imposible ante la finitud de las cosas. Y en la vida, como en el poema, el bonito ángel durmiente junto a nosotros desaparece –en el amor, el ángel cae por nuestra soberbia-, se diluye en sensaciones que se diluyen en recuerdos mientras caemos de la vigilia expectante a la inexpresiva vigilia, y en la inexpresividad nos desmoronamos al reconocer que no somos cosas… Nos llevamos a la imposibilidad tras imposibilitar al ángel; nos vamos del amor tras negarlo. La realidad se empobrece si se elimina al deseo; el deseo se esfuma si se imposibilita lo real. Y el poeta Cernuda nos enseña que el amor entre dos hombres nos enseña a pensarlo. Sospecho que pare nuestros tiempos que sólo buscan producir y ser más, todo esto es tan inaceptable como el ángel mismo. Pronto nos descubriremos enclaustrados, desmoronados en la materia de las meras cosas, desangelados.

 

Námaste Heptákis

 

Garita. Enrique Vargas del Villar, candidato del PAN a la alcaldía de Huixquilucan tras un amañado proceso, fue el primer (y único –hasta ahora-) candidato que afirmó públicamente la posibilidad de reelección inmediata si gana el proceso en curso. Insisto, que los candidatos no lo informen es, cuando menos, deshonesto.

Escenas del terruño. Suceso casi desapercibido, pero muy importante. El pasado martes 5 de mayo comenzó el proceso electoral 2018 con el final de la guerra entre Grupo Carso de Carlos Slim y Televisa. Todo se reconfigura. Todo.

Obituario. Cuenta la leyenda que el día que la tristeza aprendió a sonreír, había escuchado a B. B. King. Descanse en paz el músico genial.

Salud pública

La analogía del cuerpo como un mecanismo es cosa corriente y peligrosa. Se explica a los niños cómo pensamos indicando que nuestro cerebro funciona tal computadora; y confundimos a los sabios con los doctores que arreglan máquinas tan complejas como aquello a lo que por eufemismo nombramos comunidad.

Maigo.

Daltonismo

Hace unos días venía de regreso a mi casa. Era cercano a las cinco de la tarde y el sol perdía su intensidad. Pese a ello, el calor continuaba sometiéndome. Recibí una llamada de un amigo mío para solicitar mi ayuda. Me preguntó mi ubicación y me pidió de favor que me reuniera con él. En alguna otra ocasión me encontraba en mi casa y también recibí una llamada suya. Me hablaba para pedirme que —sí, igualmente— fuera con él. Al haberlo hecho me explicó que necesitaba mis datos, nada que requiriera mucho esfuerzo. Inmediatamente su prima dio un paso al frente y me saludó cordialmente (como una vendedora, estrechando mi mano y sonriéndome). A continuación empezó a decirme que recién pertenecía a la liga juvenil de un partido, la cual también en ese período estaba retomando un rumbo perdido. Según ella, a diferencia de otros momentos, el partido ahora intentaba atender a la comunidad juvenil y buscaba su preocupación política. Con tal propósito me invitó a pertenecer a las filas de los adherentes, aquellos ciudadanos que tienen puesto un pie en la región blanquiazul. Asimismo añadió una advertencia: me comentó que muchos aceptaban por los eventos de convivencia (mismos que eran amenizados por una que otra copita). Yo soy universitario y no cedo tan fácil ante dichas tentaciones. Mi nivel de cultura me salva de esas vulgaridades. Podrán algunos jóvenes aceptar con eso, así como algunas señoras muy tontas son convencidas al obtener lavadoras o despensas. Pero yo fui distinto: a mí me tuvieron que persuadir con la posibilidad de becas. A pesar de que en los siguientes meses me contactaban para varios eventos, nunca respondí sus invitaciones (todavía menos después de que al mes recibí una llamada de extorsión hacia el titular de mi línea).

Me reuní con mi amigo y llegué a la reunión entre el candidato para presidente municipal y los vecinos de la zona. Se había realizado un pequeño montaje para la convivencia: el público sentado en sillas desplegables frente al escenario, el cual era una tarima que tenía al rostro del candidato como telón de fondo. Después de una modesta presentación musical (como entremés contrataron a un niño perdedor de un famoso concurso), aparecieron los candidatos para los cargos en disputa. Al frente el aspirante a diputado local nos preguntó si estábamos satisfechos con el actual gobierno municipal. La respuesta no fue sorprendente. Ya fuese por el detrimento propiciado en el municipio o por ser el enemigo nacional en común, todos expresaron su inconformidad. En los últimos tres años la ciudad se ha venido abajo (¿tres o seis años?). Entre la violencia desatada y el desfiguramiento del rostro urbano, tenemos evidencia para creer lo anterior. El hartazgo ciudadano de hoy es mucho mayor al de ayer. Para algunos era motivo de risa, para otros un motivo de enojo, la campaña del actual presidente. No se veía con buenos ojos el esfuerzo desmedido en su promoción. Todos torcían la mueca al ver la ciudad tapizada con su rostro o con escuchar una canción modificada con su nombre (casi nos destrozamos la mandíbula al enterarnos de su busto en la Rotonda de Hombres Ilustres de mi municipio). En actos públicos prometió el cambio para la ciudad y crítico severamente el débil desempeño de su predecesora (sí, la misma al frente del Bansefi y que tuvo el mismo desempeño como diputada federal). A través de eso consiguió el triunfo, y el municipio se le vino encima.

Con gestos casi maquinales y con tufo a óxido, los candidatos hacían que la audiencia prorrumpiera en aplausos y gritos. Resaltaban sus logros conseguidos en los propios mandatos y pedían una oportunidad para corregir los errores del pasado. Concluía su discurso reafirmándose como la alternancia. Yo me tallé los ojos y creí que me está volviendo daltónico.

Bocadillo de la plaza pública. El presidente Peña Nieto afirma que México se encuentra estigmatizado por la violencia y que la situación de seguridad es equiparable con cualquier país del mundo. En una habitual revisión del lenguaje, el gobernador Aristóteles Sandoval calificó los hechos del 1 de mayo ocurridos en la zona metropolitana como actos vandálicos y no como narcoterrorismo. Acerca del helicóptero derribado dijo que «ese fue otro escenario». Sean actos vandálicos o no, teniendo el país una mala fama o no, hayan asesinatos en Caracas o no, es innegable el problema que enfrentamos: aún nos aterrorizamos por el fuego.

Señor Carmesí

Frente a la sangre

Frente a la sangre (derramados)

Por Diomedes sabemos que se llama ícor aquello a lo que análogamente podemos referir como “la sangre de los dioses”. Tras la herida de Afrodita en la Ilíada, la presencia del ícor cercena la vida. Tras ser cercenada su cabeza, en cambio, la “sangre” –que no ícor- de Medusa origina un ser fantástico, aunque ni divino por naturaleza ni vivo por existencia. En contraste, tras satisfacer su venganza, Clitemnestra sella los tumbos de la humana justicia presentando sus ensangrentadas manos al rostro del Sol. Sólo por la sabia intervención de Atenea, y la donosura de Orestes, la sangre humana que empapó las manos quedará protegida por la ley.

El ícor de las deidades griegas es difícil de verse, pues dicha afrenta se cobra la vida. La “sangre” titánica, en cambio, no toca ni a la vida ni al pudor; es invisible. La sangre humana, en fin, esa que torna huella indeleble por Apolo, derrama sobre los hombres una visible furia que sólo por la sabia justicia puede superarse: los ímpetus furiosos yacen latentes en el seno de la tierra que se somete a la ley. La sangre es insoportable de ver porque nos desata la furia.

Jesús, Dios sufriente, padece las heridas de los pecados de los hombres, sufre y sangra. Distinta de Afrodita, la de Jesús se llama sangre, sangre humana, y no ícor; da y no cercena la vida. Distinta de Medusa, la sangre de Jesús no genera una taumaturgia imaginaria, sino que regenera la vida en el milagro. La sangre de Jesús crucificado también se muestra al Cielo, pero no para ofrecer a alguien, sino cumpliendo la Voluntad: no busca el sentido en la ofrenda, sino que lo confirma en la donación. Y en un giro inesperado, la sangre de Jesús no necesita ser lavada, sino que ella nos lava del pecado: por Jesús tiene sentido nuestro sufrimiento: el perdón disuelve la furia. Por Jesús nos sabemos carne, por él nos sabemos sufrientes, y por él perdonados y salvados.

Lamentablemente en el México de sangre, narco e instituciones faltan la sabiduría de la Atenea política (como la llamó Alfonso Reyes) para contener la furia, y la fe en el Dios sufriente para perdonarnos. Nuestra sangre se derrama sin sentido. Nuestra vida se cercena sin pudor. Y ni siquiera tenemos el valor de mostrar nuestras injusticias a la luz del Sol. Pronto nos lamentaremos en las catacumbas del fracaso.

 

Námaste Heptákis

 

Garita. Deshonestas, por decir lo menos, aunque claramente abusivas son las campañas a las diputaciones locales y alcaldías del proceso electoral en turno, pues a la fecha los candidatos no se han dignado a declarar públicamente que su postulación es, ahora, para cargos de reelección inmediata. En tres años se reirán de nosotros. Puedes leer, querido lector, en el Diario Oficial de la Federación la publicación de los lineamientos que les permitirán la reelección.

Escenas del terruño. 39 narcobloqueos y en helicóptero militar derribado en pleno vuelo en Jalisco, réplicas de los bloqueos en Colima, Guanajuato, Nayarit y Michoacán. Ejecución de un candidato en Guerrero. Quema de oficinas en Oaxaca. Tiroteos en Tamaulipas y Baja California. Narcoejecuciones en el Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Puebla, Tabasco, Nuevo León, Sonora y Sinaloa. Violencia criminal el 1 de mayo en 17 de los 32 estados. La administración federal dice que no está rebasada.

Coletilla. Una cervecera logró lo impensable: reunió a las principales empresas de lucha libre en el país para impulsar una causa en común. Según me cuenta uno de los directivos de una de dichas empresas, tras la muerte del luchador El Hijo del Perro Aguayo –de quien siempre recordaré el amable y alegre trato-, se han llevado a la discusión pública las condiciones laborales de los luchadores; las empresas consideran que es el momento de hacer algo por la lucha libre. La discusión es interesante. Por un lado, la cervecera y las empresas han iniciado una campaña publicitaria para limpiar la imagen de la lucha libre tras las distorsiones que el accidente de Tijuana generó. Por otro, un legislador guanajuatense se ha montado en la espectacularidad del fallecimiento del luchador para promover la prohibición de la lucha libre y los deportes violentos (box y artes marciales mixtas entre ellos). Además, el Hijo del Santo y otros luchadores veteranos han tenido reuniones en el Senado para promover una de sus demandas añejas: seguridad social y cobertura médica adecuada a los profesionales de la lucha y el deporte de contacto. La discusión no es anodina, pues involucra el difícil problema de la violencia, de las tradiciones, de la salubridad y de la protección de la vida humana y las libertades. Esta semana arrancó la campaña publicitaria de la cervecera, se reforzará hoy por la noche con la famosísima pelea de box, y espera tener buenos resultados para las carteleras grandes del verano en las arenas tradicionales. No está de más pensar este problema político.