El canciller sonríe para la foto

El canciller sonríe para la foto

 

El problema nacional frente a la nueva administración de Estados Unidos se ha tecnificado. El futuro inmediato será la administración de la injusticia bajo el nombre de diplomacia. Una nueva normalización se va instaurando. Usigli sigue siendo nuestro espejo.

El presidente Donald Trump busca el incremento del número de agentes fronterizos y de investigación a fin de aumentar la deportación de los miembros del “cártel de los migrantes”. Al mismo tiempo, se registran detenciones ilegales en el territorio estadounidense y en sus juzgados se sentencia a deportación a los detenidos sin apoyo jurídico. (No hay apoyo jurídico, es decir a los detenidos no los defiende ningún abogado de oficio, porque la asignación de un abogado de oficio depende de la acusación por un delito que lo amerite, pero por lo que se está juzgando a los detenidos –el acceso al país sin amparo de la ley- no se le considera un delito que amerite abogado.) Completemos el cuadro con la decisión de deportar según el país de ingreso y no según la nacionalidad; pues deportar según la nacionalidad implicaría la validez jurídica de algún documento y por tanto la asistencia de un abogado; el país de ingreso es, evidentemente, México.

¿Cuál ha sido la respuesta nacional? El canciller, aprendiz y aspirante Luis Videgaray afirmó que México sólo recibirá mexicanos, pues no está en condiciones económicas para recibir a todos los deportados. Detrás de la decisión del canciller están motivos económicos y operativos, pero no políticos. Económicamente, la decisión se presenta en función del ahorro respecto a las acciones actuales: se recibe a los migrantes latinos y si les agrupa por nacionalidad para deportarlos a su correspondiente región de Centroamérica; esta segunda deportación, claro está, nada ayuda, pues devuelve a las manos de sus sicarios a quienes salvaron sus vidas huyendo hacia los Estados Unidos. Operativamente, la apuesta es la saturación de los centros de detención de migrantes en Estados Unidos; se apuesta por que la saturación obligue a cambiar la política antimigrante.

Ambos motivos, empero, carecen de racionalidad política. ¿Qué tipo de solución es devolver a los hondureños a las manos de la Mara o a los juerences a sus balaceras diarias? ¿Qué tipo de solución es la connivencia en el hacinamiento de connacionales para presionar el cambio de una decisión administrativa? El canciller, aprendiz y aspirante no está garantizando siquiera lo legal; no digamos ya nada de lo justo.

A nombre de la diplomacia y del respeto a las decisiones administrativas de otras naciones vamos a observar con complicidad la degradación de lo humano. ¡Que la injusticia no le agríe el rostro, señor canciller! ¿Apoco la justicia es para tanto, señor aspirante? Luis posa para la foto.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El pasado domingo se cumplieron 29 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. En la semana, un documento de la ONU recalcó que la investigación oficial de las irregularidades durante las pesquisas del caso no contempló a ningún funcionario de alto rango. 2. Aterradora historia de trata de personas: un burdel de Taxco que tiene dos ofertas, las grandes -con edades entre 10 y 20 años- y las chicas… ¡a partir de dos años! 3. El candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México, y primo del presidente Peña, dejó un desfalco millonario como administrador de Banobras. Las cosas buenas casi no se cuentan… 4. Y al delegado en Cuauhtémoc le han encontrado 10 contratos más para asignaciones a amigos de su hija. 5. Qué raro, ¿no? El jueves se publica una investigación de Mexicanos contra la corrupción en que se relaciona al expresidente Felipe Calderón con los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht. La tarde del jueves Animal Político dio lugar a la réplica. El viernes, sólo un diario, El Universal, presentó la nota en portada. Para el resto de diarios la nota no fue importante. Qué raro, ¿no?

Coletilla. “El juicio ha sido como jugar en un casino administrado por Kafka en alguno de los círculos del infierno de Dante”, Sergio Aguayo sobre la demanda en su contra por parte de Humberto Moreira.

Perfiles políticos

Perfiles políticos

 

Si sonete indecente

Se rumora entre la gente

que el político aprendiz

probablemente sea un desliz

del confundido presidente.

¡Ah, cómo inventa la gente!

Acaso sólo es su amigo,

o el regalo para el gringo,

o anda probando su suerte.

Yo no lo creo confundido,

ni en la intención meretriz;

más bien lo noto tundido

por su corrupto cariz

con ganas de ser suplido

por su bien amado Luis.

 

Joculatoria

Los amores de Javidú

andan cobrando batallas

y en ristre de gandayas

se pusieron al tú por tú

Andrés Manuel de un lado

señalando componendas;

y con presentar las pruebas

Yunes amenazando.

Los trae locos Javier Duarte,

al góber y al candidato,

que se acusan de baluarte

de corrupción y comodato.

Ay, Javidú, no los tientes

a disfrazarse con arte,

que de corruptos parientes

ambos tienen buena parte.

Nota: ¿Por qué “gandaya” y no “gandalla”? Véase la columna de Luis González de Alba en Milenio del 16 de junio de 2014.

Escenas del terruño. 1. Con un nudo en la garganta se lee la crónica que Héctor de Mauleón presentó el pasado miércoles. Describe una escena que va mucho más allá de la cruzada de los niños, más allá de la imaginación de Schwob y Andrzejewski: un grupo de niños de la calle reclaman el cuerpo de una conocida para velarlo y darle sepultura. Ahí donde la familia natural fracasó, sobrevivió al menos un sentido de lo bueno. 2. La inmovilidad protocolaria como disfraz de nuestra desidia es lo que reconoce Sara Sefchovich en la escena del soldado caído en que el presidente Peña Nieto reconoció el honor. 3. Alejandro Hope revisa los números de la violencia y advierte: «dado que el gobierno ya no tiene ni la voluntad, ni los recursos, ni la imaginación para enfrentar el problema, la situación va a empeorar antes de que empiece a mostrar señales de mejoría». 4. Y una buena en la CDMX (¡vaya!): Ley para la Donación Altruista de Alimentos. Lástima que se requiera ley para la buena voluntad; ojalá su aplicación efectivamente sancione los corporativismos.

Coletilla. Mañana a las 11:30 de la mañana, en la Plaza de las Tres Culturas, Emilio Álvarez Icaza se lanzará como candidato independiente -porque él sí es independiente- a la presidencia de la república.

Unidad con pies de barro

Unidad con pies de barro

 

Come Mexicans, Muslims, LGBT and Jews

keep your eyes wide for what’s on the news

for President Trump is expressing his views,

and I fear that the mob he’s inciting

Will soon break your windows

and burn down your schools

 For the times they are a-changing back…

Billy Bragg

 

En el primer libro de su República, Platón mostró la diferencia definitiva entre el clan y la comunidad política. Carl Schmitt fue, quizá, quien más claramente lo aprendió y, sin duda, quien más persuasivamente lo ocultó: nada nos hace más unidos que un enemigo en común. Ante el peligro, para el abogado católico, las diferencias políticas se suspenden y los hombres se suman en torno a la causa del líder. El liderazgo triunfa, se ha de concluir, cuando la comunidad política torna en una gran familia. El peligro forja la unidad. En el peligro está la salvación.

En días recientes, la unidad se ha vuelto unánime y para triunfar, en los días que vienen, deberá encontrar un liderazgo legítimo, o legitimar un liderazgo, o acrecentar el peligro. Si encuentra un liderazgo, al menos habrá ley; de lo contrario, cundirá el peligro. Los días que vienen serán nublados.

No veo en el horizonte camino para la unidad nacional ahora presumida. Creo que no prosperará y que todos sabemos que nos ronda su término. Vislumbro cuatro escenarios para la unidad nacional ahora presumida; los expongo en el camino.

El primer escenario para la unidad nacional tiene una fecha específica: 4 de febrero de 2017. Ese día se registrará un aumento más en el precio de la gasolina. ¿La unidad nacional ahora presumida sobrevivirá a la inconformidad por el aumento al precio de la gasolina? Probablemente el aumento exhibirá la falsedad de la unidad nacional. El aumento anterior mostró, a través de los saqueos, la fractura de la población general, la incordia social en que plantamos los pies, la carencia de unidad. ¿Es mayor el temor por las decisiones del norte que la incordia cruel? Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría descargará su resentimiento en la acción directa contra los nacionales. Incluso cuando los políticos profesionales declarasen su unidad y exhortaran al término de la violencia, la fractura que se exhibió en enero quedará intocada. El gasolinazo de febrero mostrará la fragilidad de la unidad.

El segundo escenario no tardará más de seis meses en presentarse: el siguiente caso de corrupción del gobierno federal. En cuanto los equipos periodísticos que están investigando –digamos que en Valle de Bravo, Huixquilucan y Texas- la corrupción federal presenten un caso más, el apoyo al presidente Peña Nieto se esfumará y los partidos que esta semana lo respaldaron –incluso el amoroso López Obrador- se desmarcarán, tomarán distancia y recordarán al electorado –porque en el lapso que aquí preveo hay elecciones- su diferencia. Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría satisfará su afán de linchamiento con escándalos de una semana. Incluso cuando las nuevas reglas para la censura aminoren la difusión de los nuevos casos de corrupción, la presumida unidad nacional se exhibirá falsa. El siguiente escándalo de corrupción desilusionará de la unidad.

El tercer escenario debe mencionarse sin rodeos: la unidad nacional no resistirá el siguiente atentado del narco. Trump, el gasolinazo y la corrupción nos han servido para distraernos del mayor problema nacional, y la presumida unidad nacional no ha hecho más que ignorarlo. Incluso cuando la guerra con Donald Trump no sea sólo con palabras, nada nos protegerá ante la violencia del narco. La guerra con Trump es el escenario ideal para la siguiente etapa de la guerra contra el narco. El expresidente Felipe Calderón, abogado católico como Carl Schmitt, ha propuesto dejar de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el narco, ha sugerido incluso la conveniencia de dejar pasar los cargamentos por el territorio nacional y que sea responsabilidad exclusiva del país adverso su revisión. Quizás a Calderón le faltó concluir que donde abunda el peligro… Perspicaz, Jorge G. Castañeda ha dicho que si se va a subir el tono de la confrontación hay que empezar por la expulsión de los agentes de la DEA que trabajan en el país; suspicaz, no nos recordó la operación Irán-contra. La presumida unidad nacional mostrará su mera apariencia cuando el narco vuelva a alzar la voz. Ante la sangre reconoceremos que estábamos jugando con capa de Supermán y casi creímos que podíamos volar.

El cuarto escenario se va presentando desde ayer y tras su calma aparente oculta la posibilidad de convivir con los otros tres escenarios. Rodolfo Usigli le llamó gesticulación y nombró con ello al modo mexicano de hacer política. El presidente Peña Nieto comunica a la nación que acordó con el presidente Trump no hablar públicamente del tema escabroso; que la distensión sea producto del fingimiento. El ingeniero Carlos Slim expresó que es necesario prosperar económicamente para estar en condiciones de negociar con Donald Trump, que es un asunto económico y no político; mientras, el ingeniero ha arreglado sus acuerdos comerciales y financia la investigación del segundo escenario. El licenciado López Obrador anuncia que hará una gira por Estados Unidos para acompañar a los migrantes mexicanos; mientras, se preparan los documentos que se repartirán durante la gira poniendo especial atención en la activación de las credenciales del INE para votar desde el extranjero, claro, no pensemos mal, sin credencial vigente ¿cómo poder ayudarlos? En el mismo escenario podrían encontrarse la sensibilidad que suspenda un segundo (y tercero) gasolinazo o un acuerdo privado con cierto cártel de Jalisco. La unidad nacional gesticulada no será, pese a todo, menos débil; sólo será más difícil de entender. Su límite se encontrará, sin duda, en los afanes de violencia nacionales. La gesticulación puede administrar la delación, pero no podrá contener a la crueldad.

La crueldad, empero, no debe asimilarse al peligro, pues mientras una apela al poder de un modo específico, el otro es indeterminado. El peligro es un engaño abstracto. No habrá unidad mientras no podamos reconocer la crueldad.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El pasado jueves se cumplieron 28 meses de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Los padres de los desaparecidos volverán a reunirse con los funcionarios de la PGR para conocer los resultados de la investigación interna por las irregularidades en las pesquisas del caso.  2. Interesante reportaje de un rancho de exterminio zeta que funcionó cuando el actual gobernador independiente de Nuevo León, el priista Jaime Rodríguez «El Bronco», era alcalde de García. 3. Inquietante la propuesta de Julio Hubard en Milenio el pasado domingo: los millenials acertaron y su falta de compromiso, su descuido del mundo, su desidia exhiben el derrumbe del mundo industrial y de los Estados Nación. Ante la debacle, Julio vuelve la mirada a la inteligencia de nuestro clásico vivo y encuentra en El progreso improductivo la clave de nuestros tiempos. Coincido con Hubard. 4. Curioso. Los mismos que se indignaron por las ofensas del millonario Donald Trump a un periodista, celebran ahora la ofensa del millonario Carlos Slim al director editorial de Milenio, Carlos Marín. Sabemos que Epigmenio no lanzará a sus huestes a posicionar un hashtag contra Telmex, que don Fede no denunciará la inmoralidad de la ofensa y que la señora Dresser no lo mencionará siquiera en la mesa del lunes. La indignación, ya lo hemos dicho, es selectiva. 5.  ¿Leyeron La Jornada del 24 de enero? ¿La sección El correo ilustrado? Sucede que los «filósofos» de la Ciudad de México, agremiados en una cosa llamada Observatorio Filosófico de México, los mismos que nombraron a la velocista Ana Guevara como defensora de la filosofía, exigen a los constituyentes que en la Ciudad de México se establezca la obligatoriedad del «alto contenido filosófico» de la educación. Obviamente, ya hay un Observatorio Filosófico de México para medir el contenido filosófico. Quieren chamba, pues.

Coletilla. “No se puede ser sincero y parecerlo a la vez”. André Gide

Los días muertos

Empieza noviembre entre flores de cempasúchil y calabazas por todos lados. En las calles el remanente de octubre queda como los restos de la fiesta de la colonia. Todavía salen los niños pidiendo su calaverita y los más grandes presumen el ingenio puesto en sus disfraces. Las ofrendas se encienden y lo colorido en ellas se tiñe de un anaranjado tenue y mortal, ese mismo anaranjado que encontramos en el atardecer vencido por la noche. Junto a las fotografías maltratadas por el tiempo, va endureciéndose el pan de muerto hasta parecer una roca. Los días también hacen lo suyo sobre la fruta, la cual lentamente pierde su bello olor natural.

En el principio del mes las personas consiguen presurosamente lo necesario para disfrazarse o montar sus altares. Las vías públicas se tornan caóticas; en sus costados pululan los vendedores ambulantes y los coches intentan avanzar en las apretadas vías. Entre éstos la gente corre sin dirección, a veces comprando lo que necesitan y otras dejándose seducir por los productos recién salidos de almacenes. Brujas, vampiros, demonios y figuras de cine resultan atractivos para los de espíritu de chiquillo, los más solemnes acuden a los puestos de flores o frutas para su ofrenda. Los últimos meses son afortunados para los vendedores. Si hubo algún momento de vacas flacas, aún queda tiempo para reponer el rancho. Al final de año la mesa del vendedor luce con alimentos inusuales, quizá como ofrenda por el esmero en el trabajo. Mientras tanto en la mesa del comprador se respira un alivio que es saboreado como paz.

El vendedor sabe que hay que aprovechar los meses de fortuna. No en vano las tiendas y comercios parecen tener urgencia por llegar a noviembre y diciembre. Parpadeamos y aparecen los adornos tenebrosos, volvemos a parpadear y éstos se han vuelto amables y cálidos. Algunos, sorprendidos, se hallan en el colofón del año, con cierta añoranza ven lo que hicieron. Situados en noviembre, sienten que el treinta y uno llegó y temen lo veloz que ha sido el tiempo. ¡El año se pasó volando! ¡Estamos en Noviembre, el año ya se acabó! Para ellos los días restantes se esfuman con presteza; pronto dejarán de ser y quizá ni puedan evitarlo.

A propósito, los días de asueto son el consuelo ante el final desazonador. Por unos momentos el tiempo incesante logra detenerse. Con las vacaciones decembrinas podemos olvidar que los meses se han ido volando, aunque sean su mismo indicador. En la agenda el año terminó, resta celebrarlo amargamente. Insatisfechos, los últimos días son incómodos y hasta fastidiosos (¿solamente los últimos?). El sol deja de ser el protagonista del amanecer para volverse el orbe que provoca el hastío en un sábado a las dos de la tarde. Caminar con la frente azotada por el calor hace maldecirlo.

Moscas. Contrario a lo que parece, el Senado sí vela por la población. Su cuidado va más allá de un sexenio, y así lo señala Salvador Camarena.

II. A propios y extraños sorprendió que el presidente rompiera el rito presidencial para lanzar una palabra atrevida. Aunque eso pudiera significar algo más.

III. En estos días un par de panistas fueron regañados por su aparición en medios. Pese a que los spots de Anaya no serán retirados, el TEPJF decidió acerca de la exposición mediática de los líderes de partidos. Por otro lado, para el INE la portada de la revista Líderes es un acto de promoción. ¿Y la revista Central no lo fue? ¿Y las portadas en Vértigo? ¿Y la promoción en cines y TV Azteca?

La noche de la impostura II

La noche de la impostura II

 

Voy buscando la razón

de tanta falsedad.

La mentira es obsesión

y falsa la verdad.

 

Ayotzinapa es símbolo del fracaso de la política. En la noche triste de Iguala se reúnen los elementos que denotan el fracaso de la política. Al tiempo que la oscuridad de esa noche alumbra como por contraste el fracaso principal: el narco. El narcotráfico sólo es posible ante el fracaso de la política, aunque el acercamiento habitual al mismo oculte el fracaso. Ayotzinapa, de cara al fracaso, puede ayudarnos a comprender el problema del narco.

Son tres los modos habituales de “explicar” el narcotráfico: como un problema legal, como un problema de salud pública y como un problema económico. Como problema legal, se supone que el narcotráfico es superable a partir de la modificación de la ley, o de su aplicación estricta. La aplicación estricta de la ley sólo es posible donde es posible la política, donde no lo es, la ley no se aplica, sino que a la fuerza se le llama ley. La modificación de la ley, en tanto ley, sólo puede ser política; modificación a base de la fuerza –del soberano, de la multitud o de la necesidad- es tiranía, no política. Como un problema de salud pública, el narcotráfico se reduce al consumo y su atención se reduce a la legalidad o a la prevención. La legalidad, como en el punto anterior, pide de la política. La prevención sólo es posible cuando hay comunidad. No hay prevención de lo público cuando lo público se ha esfumado. El consumo de drogas como política pública supone que todavía seamos polis. No siéndolo, imposible es prevenirlo. Como problema económico se piensa en dos vertientes: como economía política y como administración de los recursos públicos. Como economía política pide su legalización o solapar la dependencia económica a la economía ilegal. Este sentido se parece a nuestra experiencia del narcotráfico, pues es claro que el desarrollo económico del país –en las regiones en las que lo hay- va de la mano con la economía del narco; nuestro caso, empero, no reúne las economías, sino que ha podido separarlas y en su separación ha encontrado un nuevo negocio. Como administración de los recursos públicos hay dos vertientes: recursos destinados a la salud y recursos destinados a la seguridad. De los destinados a la salud se habló líneas atrás como problema de salud pública. Los destinados a la seguridad fueron señalados como el nuevo negocio que la interacción de las economías formal e informal ha propiciado. El narco ha hecho redituable el negocio de la seguridad.

El negocio de la seguridad sólo es posible cuando lo político ha fracaso, pues es negocio porque cuida del bien individual en tanto se desentiende del bien común. El negocio de la seguridad prospera en la medida en que lo común es desatendido. El negocio de la seguridad prospera en el movimiento dialéctico de un crimen que destruye lo privado y una “administración pública” que destruye lo público. El negocio de la seguridad sólo es posible en una conglomeración en la que cada uno vela por su propia economía. Y sólo en la situación en la que a cada uno le interesa su propia seguridad pude ser posible la terrible noche en que desaparecieron los normalistas de Ayotzinapa.

Intereses privados llevaron al grupo guerrillero que controla políticamente la normal de Ayotzinapa a obligar a los novatos a la violación de la ley. El grupo guerrillero gana en su propia seguridad arriesgando la seguridad de los normalistas. Intereses privados llevaron a los grupos de narcotraficantes a atacar a los normalistas. Los grupos de narcotráfico que atacaron a los normalistas ganan en su propia seguridad, y en su negocio de extorsión en nombre de la seguridad, exterminando a sus rivales y competidores. Intereses privados de los grupos políticos favorecieron el arraigo del narcotráfico en la zona. Los grupos políticos ganan el usufructo de recursos y clientelas a partir de la permisividad de la actividad ilegal. Las fuerzas públicas del orden ganan en su negocio de seguridad –negocio a costa del Estado en su primera etapa y privado en su segunda etapa- mirando desde la baranda el exterminio violento de los negociantes del terror. Intereses privados juegan con la memoria y la desmemoria de los normalistas desaparecidos en un macabro cálculo de imagen pública y marketing de la grilla. Ayotzinapa es marca de alto rendimiento en el negocio de la seguridad. Y el negocio de la seguridad es la cara comercial del imperio de la fuerza. Ayotzinapa es símbolo de la gestación de la tiranía.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. «No creo que pueda encontrarse, en la larga historia de la política mexicana, una decisión más estúpida que la invitación que el presidente Peña Nieto hizo a Donald Trump la semana pasada», dice Jesús Silva-Herzog Márquez en uno más de sus memorables ensayos. 2. Alejandro Hope no considera que la nueva estrategia oficial de seguridad en los 50 municipios más violentos del país resulte exitosa. 3. Interesante reportaje de Contralínea sobre la inspección oficial a presuntos posibles terroristas en México. 4. Omar Sánchez de Tagle advierte sobre el regreso de la violencia en Michoacán. Por su parte, Héctor de Mauleón da cuenta de los reacomodos entre los grupos de narcotraficantes de Michoacán durante la desastrosa operación de Alfredo Castillo.

Coletilla. «Vivimos entre el miedo y la incertidumbre, sin esperanza de que la situación mejore. ¿Ya qué le queda a una? Sólo esperar a que a una le toque». Testimonio de tamaulipeca en el libro Humberto Padgett, Tamaulipas. La casta de los narcogobernadores. Un eastern mexicano, Urano, 2016. p. 175.

La noche de la impostura I

La noche de la impostura I

 

Ayotzinapa es la imagen más completa de la corrupción del país. Corruptas las escuelas que envueltas en el engañoso manto de la autonomía no distinguen públicamente y con honestidad su activismo político de su labor académica. Corruptos los funcionarios del Estado que omiten su colusión con el crimen y su solapamiento de la ilegalidad, que preocupados por los cálculos de la elección próxima y la encuesta siguiente desvirtúan la investigación y desprecian a las víctimas. Corruptos los combativos de la causa arraigada y los sosegados de la pax mafiosa. Corruptos los mexicanos a los que nos desaparecieron hace dos años a un grupo de jóvenes normalistas, los mexicanos que no podemos dar razón.

         A dos años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa se sabe que los normalistas fueron atacados mientras se transportaban en cuatro autobuses secuestrados; que los normalistas secuestraron cuatro autobuses durante una acostumbrada y normalizada “colecta” de fondos; que los normalistas requerían secuestrar autobuses, tomar casetas y “recolectar” fondos “a nombre de la normal rural” porque se dirigían a la Ciudad de México para participar en la protesta “estudiantil” del 2 de octubre; que la mayoría de los normalistas desaparecidos eran jóvenes de nuevo ingreso a quienes el “comité de lucha” de la normal tuvo el derecho de obligar a “recaudar” fondos, tomar casetas y secuestrar autobuses para participar en la protesta “estudiantil” en la Ciudad de México y conmemorativa del 2 de octubre de 1968; que el “comité de lucha” de la normal rural es un órgano de formación política del grupo que fácticamente controla la institución y que sigue las órdenes de una organización clandestina afincada en la sierra de Guerrero y que tiene por fin el combate al Estado mediante la focalización de frentes de combate… En resumidas cuentas: sabemos que los jóvenes fueron desaparecidos mientras fueron obligados a infringir la ley por un grupo guerrillero. Y la guerrilla, tan corrupta como siempre, ha guardado un indecoroso silencio por dos años.

         A dos años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa se sabe que los normalistas fueron atacados por un grupo criminal que los confundió con el grupo con que rivaliza en el tráfico y la explotación de opio en la región; que el grupo criminal incluía entre sus miembros –al menos- al presidente perredista del municipio de Iguala, a su esposa y al jefe de la policía municipal; que el día de la desaparición, el grupo criminal se encontraba en la zona para dar seguridad al evento de precampaña de la esposa del presidente municipal; que en la desaparición de los estudiantes se contó con la participación de miembros de dos policías municipales, se utilizó armamento oficial y se emplearon las patrullas oficiales; que los policías federales asignados a la zona estuvieron presentes en el ataque a los normalistas y que “apoyaron” a los elementos municipales, pero que los videos que evidencian su participación fueron borrados accidentalmente y que las dos copias de seguridad se encuentran actualmente extraviadas; que los normalistas fueron separados en –al menos- tres grupos y conducidos a –al menos- tres lugares diferentes; que durante el ataque hubo incidental presencia militar, pues mientras los elementos castrenses realizaban la búsqueda de una motocicleta coincidieron con el ataque de los policías a los normalistas; que las fotos tomadas por uno de los militares que presenció el ataque fueron desechadas del expediente de la investigación oficial porque eran demasiado oscuras y que fueron destruidas por orden de un militar superior; que uno de los grupos de normalistas fue conducido al basurero de Cocula donde fue quemado, como el mismo grupo criminal ya lo había hecho en el mismo lugar y en al menos cinco ocasiones anteriores; que la investigación de los hechos del basurero está llena de dudas por la evidencia de una inspección extraoficial por parte de un alto funcionario federal, quien posiblemente plantó evidencia en el lugar en que oficialmente se presume terminaron las cenizas de los calcinados; que otro grupo de normalistas fue conducido a una casa de seguridad custodiada por policías estatales y en la que los cuerpos de los normalistas presuntamente fueron disueltos en ácido, como ya acostumbraba hacer ahí el grupo criminal; que se desconoce el destino de los normalistas restantes; que se registró actividad de los celulares de algunos de los desaparecidos en el tiempo en que –según la investigación oficial- los celulares ya habían sido destruidos por los criminales; que no hay explicación oficial de los defectos de la investigación; que el PRD no ha dado razón de su respaldo a un político criminal; que la administración estatal de Guerrero no pudo dar razón de la participación de los policías estatales; que no hay un posicionamiento oficial de los altos mandos del ejército sobre la participación de sus subordinados durante los hechos; que el diálogo entre los padres de los desaparecidos y los funcionarios federales se encuentra suspendido; y que ningún grupo político ha atendido a uno de los principales reclamos de los padres de los desaparecidos: ¿qué garantía nos dan los partidos políticos de que al votar por los candidatos que ellos respaldan no estaremos votando nuevamente por un político criminal?

         A dos años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa se sabe que los detractores de los normalistas los hacen responsables de su propia desaparición y sentencian vanidosos que eso les pasa por no venerar los ideales de la cultura burguesa, no perseguir los filantrópicos fines del progreso tecnológico y en su lugar buscar la quimera de los trasnochados ideales de justicia social e igualdad de oportunidades; que los defensores de los normalistas desaparecidos culpan al Estado y al Sistema de la desaparición, al tiempo que denuncian airados la desaparición trepidante de las diferencias, el refinamiento de la exclusión y el sofoco de la escasez que opera el desarrollo económico; que los profesionales de la política han utilizado indecorosamente el caso para apuntalar sus propias posiciones y cuestionar las ajenas; que la desaparición se ha utilizado para enmierdar la pestilente guerra ideológica que ha fracturado al país; y que Ayotzinapa, como la imagen más completa de la corrupción del país, nos ha mostrado el desinterés por lo común, por el razonamiento público y ha hecho presente la triste realidad de que ya no hay país.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. Sin duda, la semana quedó marcada por cuatro noticias importantes: dos acapararon los titulares, una fue injustamente ignorada y a la otra no se le consideró en su justa dimensión. 1. En la semana se dibujó la verdadera estatura del presidente Lic. (sic) Enrique Peña Nieto. La UP reconoció que el estudiante plagió. Donald Trump humilló a Peña. Y al final, un evento facilón para que el presidente reiterara que el problema no es de él, sino de los otros, pues somos los otros quienes no vemos lo que él ve. 2. La muerte de Juan Gabriel convocó a -casi- todas las plumas y permitió los más queridos ejercicios nacionales: la injuria, el linchamiento, la sospecha y la conformación del tribunal totalitario de los moralistas de cinco minutos. Rápido, usemos las preferencias sexuales del muerto para lavarnos las manos de nuestra homofobia. Apúrense, prendan velas junto al féretro con los cerillos de Monsiváis para que los políticos se tomen la foto. Vamos, desempolven el traje de la mexicanidad y fabulen raquíticos retratos de nuestra educación sentimental… En medio de la vorágine resalto dos columnas que, a mi juicio, son de las pocas realmente honestas. El lector verá que en esencia dicen lo mismo; alguno sospechará que la similitud muy probablemente nos acerca más al fenómeno. A falta de talento para que yo pueda decir algo sobre Juan Gabriel, te sugiero lector que leas y guardes para ti la columna de Genaro Lozano en Reforma del martes pasado y la de Luis González de Alba en Milenio de ayer. Creo que son las aportaciones más valiosas sobre el caso para nuestro presente político. 3. La reportera Miriam Moreno, del equipo de Ciro Gómez Leyva, dio a conocer un video en que se prueba que en el enfrentamiento de Nochixtlán también disparó la policía estatal, y disparó a matar. ¿Por qué se ninguneó la noticia más importante de la semana? 4. Gravísimo: el gobernador de Morelos mandó golpear a la conciencia moral del país, el poeta Javier Sicilia. Javier nos abrió los brazos para llorar juntos nuestra tragedia y ahora que lo golpean nos preocupa más un estúpido plagiario. Cuando el amor nos vale madre, todo valió madre.

Coletilla. “Cuando se ha perdido la fe cualquier forma de resistencia es mejor que nada. Estos tiempos no nos preparan para otra cosa”. Javier Sicilia

La amistad, el extremo y el medio

La amistad, el extremo y el medio

 

El diálogo platónico sobre la amistad, Lisis, comienza con el término eporeuomen, que en primera instancia se usa para nombrar el recorrido de un camino hasta sus límites, o la marcha de expedición hacia las fronteras. Quien camina al inicio del Lisis es Sócrates, y camina por afuera de la muralla de Atenas. Parece que no se puede pensar sobre la amistad dentro de la polis, pero tampoco fuera de ella: a la amistad se la piensa bien cuando se la piensa en el límite de lo político. Dentro de la polis, nada hay que pensar de la amistad pues se explica fácilmente por la costumbre y se sabe que su fundamento es totalmente cultural. Fuera de la polis, nada hay que pensar de la amistad pues se explica fácilmente por la simpatía natural y se sabe que su fundamento es la atracción entre los hombres. Pero las facilidades en ambas explicaciones falsean la experiencia de la amistad: algunas amistades nos sorprenden porque los amigos son inusitados; algunas amistades nos disgustan porque los amigos son extralimitados. Ni cultura ni natura son suficientes para pensar bien la amistad. Por ello Sócrates debe caminar hasta los límites.

Seguro que para el lector culto del diálogo, la primera palabra recuerda inmediatamente a Homero: amigos son dos que marchan juntos. Seguro Platón lo sabía y quería que su lector culto lo tuviera presente. Sin embargo, Sócrates marcha solo. De los cinco personajes del diálogo, sólo Sócrates marcha solo. El diálogo nos presenta dos pares de amigos que marchan juntos, pero a un filósofo que marcha solo. ¿Por qué? Fácil es decir que el filósofo no tiene amigos, así como fácil también sería afirmar que el filósofo es amigo de todos; mucho más fácil es notar la falsedad de ambas afirmaciones. Un poco más complicado es afirmar que el amigo de Sócrates es el lector. Y todavía es más difícil decir que el amigo de Sócrates es amiga y se llama Sabiduría. En el fondo la última posición supone un hegelianismo y una respuesta precipitada a la trabajosa pregunta sobre la amistad. Notemos que la definición homérica de la amistad es efectiva en la guerra, donde lo mejor es que el compañero además sea amigo; pero también debemos notar que Sócrates caminando por los extremos es la muestra más evidente de la limitación de la definición homérica para los tiempos de paz. ¿Necesitamos amistades en la paz o la paz es producto de las amistades?

El término inicial del diálogo platónico sobre la amistad también puede significar, en dialecto jónico, “ser un éforo”. Los éforos eran un consejo que equilibraba el poder de la diarquía en la antigua Esparta. El consejo de éforos constaba de cinco integrantes, como los personajes del diálogo. ¿En medio de qué diarquía Sócrates se presenta como éforo? Sócrates caminaba de la Academia derecho al Liceo. ¿La diarquía de las escuelas? ¿Idealismo contra realismo? Evidentemente, no se puede pensar la amistad hasta que no se limite el poder de las escuelas.

 

Námaste Heptákis

 

Para no olvidar. 1. Ayer se cumplieron 23 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. A un mes del segundo año hay distanciamiento entre los padres de los desaparecidos y los funcionarios federales. 2. El pasado jueves 25, el subprocurador de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa, se reunió con familiares de los desaparecidos de Veracruz; no ofreció novedades sobre los casos. Recordemos que son cinco casos de desaparición forzada en Veracruz. Primero, los desaparecidos de Tierra Blanca (José Benítez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, Alfredo González Díaz y Susana Tapia Garibo, desaparecidos por policías municipales en Tierra Blanca el pasado 11 de enero). En segundo lugar, Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quién habla por mí?» desaparecida por policías estatales en el municipio de Veracruz el pasado 23 de marzo. En tercer lugar, los desaparecidos de Papantla (Alberto Uriel Pérez Cruz y Luis Humberto Morales Santiago, desaparecidos por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo).  En cuarto lugar, Jesús Alan Ticante fue desaparecido por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo. Y por último, Diego Arnulfo Bazán Vargas desaparecido por policías estatales en Veracruz el pasado 7 de abril. 3. El pasado martes 23 de agosto se cumplieron seis años de la masacre de 72 migrantes en San Fernando. Las investigaciones sobre el caso no han avanzado y la funcionaria panista responsable del asunto ahora es una feliz diputada. 4. Hoy se cumplen cinco años de la masacre del Casino Royale, donde un comando armado ejecutó a 52 personas. En su momento Felipe Calderón prometió enérgico el castigo a los responsables…

 

Escenas del terruño. 1. «El Estado conspira contra su legitimidad», sentencia Jesús Silva-Herzog Márquez. 2. Héctor de Mauleón expone la actividad de un líder criminal en quien se conectan la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y la ejecución extrajudicial en Tlatlaya. 3. Bernardo Barranco reflexiona sobre la situación actual de la diferencia entre los funcionarios federales y los jerarcas católicos. 4. Es una pésima noticia: amenazan de muerte a Álvaro Delgado de Proceso, Julio Hernández López de La Jornada y al poeta Javier Sicilia fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, colaborador de Proceso y La Jornada y conciencia moral del país. Ya se presentaron las denuncias ante la PGR. Ahora los funcionarios son responsables. Y eso es también una pésima noticia. 5. Guillermo Sheridan advierte que Morena ya prepara las protestas contra las elecciones de 2018. 6. La escritora Guadalupe Nettel reflexiona sobre el plagio en la tesis del señor Presidente Lic. Enrique Peña Nieto. Concluye: «resulta patético que para gozar de cierta gobernabilidad, en nuestro país los políticos tengan el derecho extraordinario de delinquir». 7. Todavía espero que me llegue la invitación al encuentro del señor Presidente con los jóvenes del país, encuentro que sustituirá el ritual del informe que se presentaba ante el Congreso y el besamanos que en Palacio escenificaban los amigos. Ya tengo listas mis preguntas. Por si la invitación no me llega, ¿alguien podría preguntarle al Lic. (sic) Peña, de mi parte, cuándo cumplirá su palabra y se reunirá con los padres de la guardería ABC?

Coletilla. El ensayo es un hecho literario, descubrió para todos don Alfonso Reyes. El ensayo de divagación es un hecho diario literario, un diario común y en comunión, nos enseña a ver Jorge F. Hernández.