Cuando en el alma se va diluyendo un recuerdo amoroso, intentamos apresarlo en el pecho con un suspiro.
Námaste Heptákis
Parte de guerra 2012. 4149 ejecutados al 18 de mayo.
Garita. Leo en La Jornada del 15 de mayo que el diputado del nuevo PRI, y coordinador de la campaña del candidato presidencial del nuevo PRI Lic. Peña en Coahuila, Francisco Saracho Navarro ha propuesto que la lucha libre mexicana sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad, pues “sorprende tanto a los extranjeros que incluso sienten obligado asistir a una función de lucha cuando visitan el país”. Según la UNESCO, el patrimonio inmaterial de la humanidad se caracteriza por “generar en sus depositarios identidad y continuidad social”. Según yo, declarado aficionado a la lucha libre mexicana, el diputado Saracho confunde la cultura con el espectáculo; no le vendría mal leer La civilización del espectáculo, el nuevo libro de Mario Vargas Llosa.
Coletilla. El pasado 15 de mayo falleció Carlos Fuentes. El pasado 17 de mayo se cumplieron 123 años del nacimiento de Alfonso Reyes. El 5 de enero de 1959, don Alfonso Reyes envió la siguiente carta a Carlos Fuentes.
“Querido Carlos:
Alguien me asegura que, interrogado sobre el asunto, contestaste: «Nunca fue mi intento contradecir a Alfonso Reyes al denominar mi novela con el título La región más transparente. Reyes habla del México de su tiempo, y yo doy el contraste con el México de hoy en día».
No, Carlos, no es ese el punto. Cuando yo dije en la Visión de Anáhuac: «Viajero, has llegado a la región más transparente del aire», yo estaba describiendo el valle de México y el paisaje físico que encontraron aquí los conquistadores en el siglo XVI. Tú, en tu novela, te refieres al ambiente humano del México contemporáneo. ¡Claro que no hay la menor contradicción!
Ahora bien: no voy a negarte que si yo hubiera conocido el carácter de tu novela cuando me pediste permiso de bautizarla con mis palabras, hubiera dudado en concedértelo, pues siempre hay lectores y críticos malévolos que pueden atribuirte el deseo de lanzarme un sarcasmo; y, sobre todo, yo hubiera preferido que no empañaras mi frase, aplicándola a un objeto tan turbio. “Turbio”, no es censura: tú has querido conscientemente hacer un libro turbio y feo, ¿verdad?
Y nada más. Te abraza
Alfonso Reyes”.