Empacaste tu sonrisa y te fugaste llevándote la poca luz que le quedaba a este lugar. Ahora tu risa acecha y yo, tuerto de tu sonrisa, camino a tientas en el laberinto de tus recuerdos, descubriendo que no fui más que un sueño que no quisiste soñar condenándolo al olvido.
Gazmogno