La moral necesaria
La crítica antiilustrada reconoce a nuestros tiempos como decadentes y al hombre moderno como timorato. Decadentes los tiempos en comparación con un pasado glorioso; timoratos los hombres en comparación con lo que podrían ser. Ante la decadencia, piensan los críticos, hay que enarbolar nuevos tiempos; de entre los timoratos, añaden, hay que rescatar al hombre. La condición del hombre moderno es crítica, dicen; y se necesitan acciones todavía más críticas, complementan, para rescatarlo. Concluyen: la historia nos emplaza a una acción definitiva.
Considerar que la historia nos emplaza a una acción definitiva es igual a considerar necesaria a la moral. En un mundo en que se ha producido el desprestigio de todo régimen, en el que el fracaso de la política es interpretado como la frustración de todo intento político, en el que la historia ha disuelto toda legitimidad, los críticos antiilustrados buscan un nuevo orden fundado en una acción definitiva: que el prestigio reluzca en una acción honorable, que en un proyecto político confluya la voluntad de un pueblo, que un hombre a la altura de la historia refunde la legitimidad. O dicho al modo de teología política: frente al fracaso del mundo moderno sólo un dios podrá salvarnos, frente al fracaso de la política sólo un milagro podrá reconstituirnos, frente al hombre timorato se necesita de un hombre honorable. La deconstrucción histórica allana el camino a la acción definitiva. La destrucción obliga a la acción definitiva. Y la acción definitiva es la fundación de una moral necesaria.
Por definición, la moral no puede ser necesaria. Cuando los críticos antiilustrados reconocen la necesidad de la moral, cancelan las bases para comprender la ley natural. La moral necesaria es al mismo tiempo humana y divina, pues cancelan la posibilidad de que el milagro que pueda ocurrir dentro de la naturaleza. Una moral necesaria que es al mismo tiempo humana y divina será necesariamente el fundamento de una política religiosa. Y la política religiosa fundada en la necesidad será la expresión eufemística de la tiranía. A esto llamo el incendio de la teología de la tiranía.
Námaste Heptákis
Los desaparecidos. Han pasado 18 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Hay tres consideraciones importantes sobre el caso. 1. Mañana se presenta el informe final del GIEI. Así que los días siguientes serán de mucha desinformación y demasiado ruido. Ciro Gómez Leyva señala: «apuntarán a la taquillera tesis del crimen de Estado». 2. El pasado miércoles 20 el Equipo Argentino de Antropología Forense publicó el dictamen de sus peritajes en el basurero de Cocula. La conclusión: no puede confirmarse la incineración de 43 cuerpos. Además, ha habido incineraciones reiteradas en el mismo lugar, por lo que es baja la probabilidad de identificar los restos de un solo evento. Aquí el dictamen. 3. El jueves 21, Claudia Paz, miembro del GIEI, afirmó en un evento del Colmex que hasta el momento no se ha encontrado evidencia que vincule a la normal de Ayotzinapa con el crimen organizado. En noviembre de 2014 comenté (aquí y aquí) una vía que indicaría lo contrario.
Por otra parte, ya son cinco casos de desaparición forzada en Veracruz, y de ninguno se han presentado avances en la investigación. Enumerémoslos para no olvidar. 1. José Benítez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, Alejandro González Díaz y Susana Tapia Garibo fueron desaparecidos por policías municipales en Tierra Blanca el pasado 11 de enero. 2. Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quién habla por mí?» fue desaparecida por policías estatales en el municipio de Veracruz el pasado 23 de marzo. 3. Uriel Pérez Cruz y Alberto Morales Santiago fueron desaparecidos por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo. 4. Jesús Alan Ticante fue desaparecido por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo. 5. Diego Arnulfo Bazán Vargas fue desaparecido por policías estatales en Veracruz el pasado 7 de abril.
A dos semanas de operaciones de la Brigada Nacional de Búsqueda de desaparecidos se reporta el hallazgo de más de 300 fragmentos óseos calcinados en un paraje de Amatlán de los Reyes. Los desaparecidos no deben ser olvidados.
Escenas del terruño. 1. Arnoldo Kraus, en El Universal, reflexiona en torno a la ley de suicidio asistido. 2. Diego Enrique Osorno, en Más por más, esboza algunos movimientos en torno a la candidatura «independiente» del priista Jaime Rodríguez Calderón «El Bronco«. 3. Alejandro Hope, en El Universal, reflexiona en torno al problema del narco más allá de los grandes cárteles. 4. Interesante asunto el que Francisco Garfias reporta en Excelsior acerca de un caso de daño moral que la corrección política ya hace pasar por censura, al tiempo que reclama su derecho a difamar. 5. Por su parte, Etcétera informa sobre un caso de censura en Sinaloa. 6. El próximo lunes 25 será la audiencia en que se buscará la liberación de José Manuel Mireles, preso político. Los funcionarios michoacanos lo consideran «altamente peligroso». 7. El hombre que tiene el puesto de gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, dijo -según informó El Sur en su edición del 21 de abril- que la violencia no afecta la actividad turística de Acapulco, y si los negocios cierran es porque no tienen buen servicio. Nopusí.
Coletilla. “Aunque nos debatamos en el laberinto de la vida y busquemos subterfugios, seremos inexorablemente conducidos al pie del madero y tendremos que ofrecer nuestras manos y nuestros pies para que se hundan en ellos los clavos”. Jacques Fesch