Escribir en el infierno

No es fácil escribir desde el infierno, las musas no suelen visitarlo, las erinias rodean al condenado y la locura consuela al desgraciado.

En el vientre del infierno todo arde: los ojos por la envidia son cegados, los miembros por la pereza mutilados y los oídos por la soberbia son sellados; el goloso su lengua ve inutilizada, hablando con palabras melinfluas se le pega; el vanidoso al espejo se encadena y se compara perdiendo su belleza; y ya ni hablar del avaro tiene caso, economía se pide en las palabras: pocas quedan sin culpa o sin mancha, pocas quedan sin haber sido violadas.

No es fácil escribir desde el infierno, aquí se está vivo y al mismo tiempo muerto, se es libre siendo esclavo en el averno y en la locura se disfruta todo esto. Nunca es fácil escribir desde el infierno, pues las musas nunca vienen porque es imposible afirmar que es bello lo que a todas luces es horrible.

Maigo.