Así lo hizo Aarón, y salieron tantas ranas que cubrieron todo el país de Egipto. Los brujos de Egipto hicieron lo mismo, y también hicieron salir ranas por todo Egipto.
Ex 8:2,3
Tener fe en que la cura para un mal proviene de la fuente del que el mismo mal emana es algo muy común, si no fuera el caso no se citaría con tanta frecuencia aquel dicho que reza que un clavo saca a otro clavo, y menos se le tomaría por cierto. A veces parece que hay ciertas experiencias que muestran que la entrada de un clavo en un tabla efectivamente ayuda a la salida del mismo, en lo que no se fijan esas experiencias es el estado de la tabla una vez que ya se han extirpado los clavos no deseados.
Me perece que un buen sitio para ver qué tan efectivo es el remedio tan comúnmente visto como una panacea es el periódico, y no estoy pensando en la secciones de sociales o espectáculos, donde se nos dice quién anda con quién y cómo es que algunas personas morales y decentes hacen para olvidar sus penas de amores;en realidad estoy pensando en las diarias imágenes que vemos sobre cómo es que se pretende curar grandes males con esos mismos males.
La guerra contra el narco, ha mostrado que se pretendió curar la violencia mediante el uso de más violencia, que se pretendió borrar la mancha que dejara la sangre derramada por tanto tiempo con un río de sangre que si bien ha durado menos, no por ello carece de abundancia.
Ahora, resulta que la sangre no se borra, que deja su huella en todas partes, que hasta en el aire se percibe, por lo que es necesario tapar su aroma desagradable a como dé lugar, y la lógica de los clavos nos dice que para tapar un olor desagradable hace falta otro mucho más desagradable, o al menos capaz de hacernos olvidar el aroma anterior.
Pensando en la necesidad de olvidar el dolor y el olor de la sangre y de la pólvora que hasta ahora inundan el ambiente es que tiene mucho más sentido pensar en lo ventajoso de legalizar a las drogas. Pues hacerlo será clavar un clavo en el sitio donde ya había otro, sería curar el mal causado con un mal mayor, con un mal que nos haga olvidar el carácter maligno del pasado, y que nos haga ver con una sonrisa que todo tiempo pasado fue mejor.
Maigo