Riesgo y necesidad

Riesgo y necesidad

 

La paz como efecto del comercio es una idea que se remonta a Montesquieu. El desarrollo de las naciones, pensaba él, hará que los hombres reconozcan tarde o temprano que la paz es más favorable a la prosperidad que la ausencia de ella. En la medida en que el comercio llega a ser la fuente de la prosperidad, pudo haber asegurado, cundirá el convencimiento de la necesidad de la paz. Tras esa resignificación de la paz –pax oeconomica– se oculta una resignificación de la guerra –la guerra como lucha- y una reinterpretación de la praxis: la hacienda, lo que hay que hacer para la propia prosperidad. Cuando ta prágmata es lo que hay que hacer, la praxis ya no es política.

A partir de esto, podemos hablar de una paz no-política, casi de una regulación administrativa, del gobernante como administrador. Las reglas de la administración se conocen como funciones -¿habrá sido primero el uso técnico o el uso matemático?- y su ejercicio como aplicación de las reglas. Por eso el administrador “justifica” sus decisiones en función de lo que hay que hacer, de la necesidad, de la supervivencia. Ninguna decisión del administrador puede cancelar la supervivencia. Ninguna medida administrativa distiende la tensión superviviente.

Ser administrado, por su parte, es ser superviviente, vivir de lo que hay que hacer. No por nada en los reclamos contra la mala administración la necesidad es el centro. Los límites de la explotación, el agravio acumulado y la lucha de clases son las fórmulas de la perentoriedad del administrado, los nombres profesionales de la supervivencia. La indignación del administrado no es política, sino económica, y en tanto tal es irresoluble. (Además, la indignación política y moral no es cuantificable, así como los agravios morales no son acumulables: nunca hay tantas injusticias que justifiquen injusticias). La vida económica es lo que hay que hacer. Tras ello, siendo imposible la virtud, sólo queda la lucha o la desesperación, la paz burguesa o la esperanza vana.

Creo que, considerando lo anterior, nuestra pregunta no debe buscar lo que hay que hacer, sino lo que es bueno hacer. Pensar la política en términos morales nos permite reconocer la inmensa pérdida que significa pensarla en términos de necesidad. No es el virtuoso quien necesita ser virtuoso, o quien ha alcanzado un estado especial que lo distingue de los otros, sino quien decide actuar conforme a la virtud, virtuosamente. Actuar virtuosamente no es una consecuencia necesaria, sino el resultado de cada caso. El virtuoso no es perfecto, sino que su actuar es acorde a la perfección. El virtuoso puede errar, así como el vicioso puede esforzarse por la virtud: el perdón y el arrepentimiento son posibilidad de la virtud. Tanto la paz como la guerra, cuando son políticas, involucran al vicio y a la virtud, y por ello es conveniente buscarlas. La política, como actividad del hombre libre, es el riesgo constante de la tiranía.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Interesante historia la que presentó el diario Vanguardia el pasado domingo: un pueblo destruido por las intenciones mercantiles del hombre más rico de México, hombre al que ya se promueve como candidato a la presidencia. El progreso económico está en guerra contra lo pequeño. 2. Mexicanos contra la Corrupción publicó una investigación sobre el conflicto de intereses de algunos de los defensores del impuesto a las gasolinas. Específicamente menciona al secretario de Energía y al titular de Profeco. En el negocio de las gasolinas aquí investigado también se encuentran familiares del presidente Peña. ¡México adelante!3. En Animal Político evaluaron cada una de las afirmaciones del mensaje de año nuevo del presidente Peña. Las cosas buenas casi no se cuentan, pero las mentiras sí, se cuentan y se contabilizan, señor presidente. 4. Es común escuchar que no hay crítica al gobierno por parte de los neoliberales, por ello vale la pena leer «Cuando el gobierno roba», del neoliberal Leo Zuckermann. 5. En la semana se filtró con insistencia a los medios de comunicación un documento que, supuestamente, contenía parte de la investigación oficial en torno a los organizadores de los saqueos de los días anteriores. El documento es una muestra de la profesionalidad de la inteligencia mexicana. Si, por ejemplo, Animal Político y Carlos Puig comentaron los eventos, la inteligencia mexicana los ubica como instigadores. Si Andrés Manuel López Obrador, Gerardo Fernández Noroña y Mario Delgado publicaron en sus redes sociales una opinión adversa al impuesto a las gasolinas, ¡claramente están llamando a saquear Elektra! O la inteligencia mexicana es estúpida, o quisieron aprovecharse del sospechosismo popular para avanzar la censura de las redes, o, como lo sugiere Martha Anaya, el asunto es un conflicto interno de la Segob: el modo en que el equipo de Osorio Chong golpea a Renato Sales. 6. Y por último, una aclaración: me han preguntado varias veces en los últimos dos días qué pienso del reportaje que circula con profusión en redes sociales (me dicen que circula principalmente en whatsapp) sobre el saqueo secreto de Enrique Peña Nieto a la CFE y a Pemex. Contesto: pienso que debemos leer bien y más allá del encabezado. El reportaje, que no es malo, de Manuel Hernández Borbolla para The Huffington Post México señala que durante las administraciones de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto se tomaron recursos de ambas empresas para subsanar las finanzas públicas, ojo, por ambas administraciones, no por Peña Nieto. De hecho ambas administraciones han reconocido el uso del patrimonio de las dos empresas y en el marco actual del incremento de precios se alega como necesario porque ese uso de patrimonio para solapar los problemas de las finanzas públicas ya no será posible. Hay que leer más allá del título, pues. Acá el reportaje.

Coletilla. “Dios jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón”. Francisco, papa.

Realidad infiltrada

Realidad infiltrada

 

La libertad política no es la libertad fáctica, así como la sabiduría práctica no es un acto teórico. La teoría y la práctica se distinguen por sus objetos. Cavilar sobre una acción posible no es semejante a la contemplación de un teorema. Detenerse a considerar los pormenores de la acción no es, por ello, un proceso deductivo. La sabiduría práctica garantiza la libertad política. Pero no hay libertad política si es imposible la sabiduría práctica. Y la sabiduría práctica es eso que antes se llamaba virtud.

La diferencia entre la libertad fáctica y la libertad política se muestra en el problema de la tiranía: el tirano podría tener toda la libertad fáctica de la acción resuelta, pero no por ello tiene libertad política, pues es esclavo de sus vicios. Un tirano podría resolver la apariencia de la libertad política, pero no con ello será libre políticamente. La libertad política es la que permite el reconocimiento de la práctica como práctica, no como vida fáctica. Pensar que la vida política es fáctica supone la imposibilidad de la política y el imperio de la necesidad. La tiranía sólo se sostiene cuando la política es imposible y la necesidad imperiosa.

La necesidad no puede ser imperiosa cuando el mal es posible. Por ello, cuando en la vida política nos negamos a ver el mal, suponemos una necesidad imperiosa y una tiranía posible. Pensemos, por ejemplo, en una explicación popular sobre una revuelta populosa. Un grupo de gente toma las calles para protestar contra una imposición gubernamental y la protesta deviene en saqueos y robos. La explicación que se niega a ver el mal supone inmediatamente una confabulación: los saqueadores son infiltrados. O bien son los funcionarios quienes confabulados desvirtúan las protestas del pueblo bueno infiltrándolo en su manifestación, o bien son los opositores quienes confabulan con intenciones golpistas infiltrando a desestabilizadores, o bien hay especialistas en la infiltración que buscan la reacción desproporcionada de las fuerzas del orden. El hecho violento es cuestión de fuerzas que no dan la cara. Quienes así piensan ya concluyeron que la maldad es imposible. La violencia como efecto de las fuerzas es amoral. La conspiración enmascara la crueldad. Una comunidad que se niega a ver la crueldad de su propia acción es una comunidad que será sorprendida por el mal. Ante el mal que sorprende y la política que se cancela sólo queda la libertad fáctica.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El miércoles 11 se cumple un año de la desaparición de los jóvenes de Tierra Blanca. Tras el intento de cerrar el caso con el planteamiento de que una gota de sangre es prueba del asesinato de los jóvenes, no hay avances en la investigación desde el 12 de mayo de 2016. 2. El violento polvorín que es el país ha sido rociado con gasolina, asegura Juan Villoro. 3. Durante el año pasado mencioné las recurrentes amenazas a Héctor de Mauleón. En la semana, en su columna de El Universal, se dio a conocer el seguimiento de los casos. Primero, señaló de quién provienen las amenazas: un simpatizante de Morena. En segundo lugar, nos informó que quien coordinó las amenazas radica en Puebla y utilizó las instalaciones de la BUAP para amenazar; además de que dos miembros más del grupo han sido detectados en Zacatecas y Houston. En Puebla, parece trabajar también para Moreno Valle. De Zacatecas es el actual delegado en Cuauhtémoc (delegación sobre la que de Mauleón reporteó y cuyos reportajes generaron las amenazas). ¿Por qué Houston? Sospecho que algo podría encontrarse si se remonta al 20 de mayo de 2012. En tercer lugar, se señaló que no sólo Héctor de Mauleón, sino Denise Maerker, Olivia Zerón, Denise Dresser y algunos críticos de Morena también han sido amenazados por el mismo individuo. Como es de esperarse, los seguidores de la «honestidad valiente» denuncian difamación, dicen que el señalado no es de Morena, dicen que de Mauleón ni aguanta nada… ¡Ah, qué recurrente es el compló! 4. Lo malo de no ir a la fuente. Sergio Aguayo escribió para el diario Reforma una nota sobre El deshabitado, última novela de Javier Sicilia –reseñada aquí-. Basándose en la nota de Aguayo, Juan Ignacio Zavala difama a Sicilia en las páginas de El Financiero. Lo malo de no ir a la fuente.

Coletilla. Jean Jacques Rousseau «quiso reinventar el mundo, pero no salió del espejo», ha dicho Jesús Silva-Herzog Márquez en su contribución para Nexos de enero de 2017. Le debemos una más a su lucidez.

Política: razón y ocio

Política: razón y ocio

 

La política es la actividad de los hombres libres. O al menos eso pensaron los filósofos políticos de la Antigüedad. Actividad propia de los libres no por un prejuicio de clase, como usualmente se supone, sino porque su ejercicio es voluntario. Sólo los hombres libres pueden decidir dedicarse a la política. Sólo los hombres libres pueden elegir alejarse de la política. Por ello la política no podría ser una profesión. Al profesional de la política se le llamaba sicofante, y su fama –como ahora- no era buena. El hombre libre decidía dedicar su tiempo a la política. No dedicaba el tiempo libre, lo que algunos llaman ocio, sino que a la política dedicaba su tiempo libremente. La libertad del hombre dedicado a la política no era una libertad económica, sino absolutamente política. Sólo a nosotros los modernos, quienes hemos perdido de vista lo político, se nos vuelve económico el problema del ocio y, por ello, se nos plantea como progreso la posibilidad de la política: solucionar el problema económico para garantizar la libertad política. Pero el hombre libre también puede elegir no dedicarse a la política. La solución económica no es necesariamente solución política.

         La solución económica no puede garantizar la libertad, porque la libertad sólo es política. La solución económica sólo puede garantizar la manumisión (sobre todo ahora que ya no tenemos –formalmente- Circo Romano). El liberto no es político, simplemente ya no es esclavo. ¿Puede ser político un esclavo? ¡No vayamos por ahí, que se nos cuela la esencia de la rebelión! (Compárese la salida de los judíos de Egipto con la revolución económica de los Gracos). La libertad sólo se garantiza con la política. Una política que no vela por la libertad será alguna forma de ejercer el poder, pero no una forma de la política. Un ejercicio del poder fundado en la necesidad no es un ejercicio político, pero puede ser un efectivo ejercicio económico. Podemos tener prosperidad económica y no ser políticos. Sin política, pero con economía, podemos aspirar a la prosperidad de los libertos y los sicofantes: prosperidad de la crueldad y la delación.

         Cuando los profesionales de la política, y quienes ejercen el poder por su influencia económica, justifican sus decisiones, propuestas y programas, por la necesidad y la fuerza, ponen en riesgo la posibilidad de la política. Cuando un aumento de impuestos (supongamos que a la gasolina) sólo se justifica por la necesidad (turbulencia económica extranjera, alza de los precios del petróleo o estabilidad del mercado), se pone en riesgo la posibilidad de la política. Cuando la oposición al aumento de impuestos sólo toma la forma de ejercicio de la fuerza (que el presidente decrete inválida la ley que produce el aumento, que va a despertar el México bronco, que tomemos las gasolineras), se pone en riesgo la posibilidad de la política. Cuando una sociedad, ante su posibilidad política en riesgo, no puede ponerse de acuerdo, sólo le quedan la delación y la crueldad.

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El lunes pasado, en la conmemoración de los 27 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, los padres de los desaparecidos fueron encapsulados por la fuerza pública durante su visita a la Basílica de la Virgen de Guadalupe. Se impidió a los padres participar en la misa en el altar central y fueron conducidos a una sala alterna, donde el obispo Raúl Vera ofició sin que los funcionarios del centro mariano facilitaran lo necesario para la ceremonia religiosa. Hace dos semanas comenté aquí que el Cardenal Norberto Rivera quería oficiar la misa como parte de su estrategia de reposicionamiento público y reinvención política -estrategia generada tras el nombramiento del nuevo Cardenal-, pero ante las dudas de los padres sobre las nuevas intenciones de Rivera, el Cardenal Primado -quien ahora se inventa el discurso de combatiente de la pederastia-decidió bloquear la misa de conmemoración por los 27 meses de la desaparición. Rivera Carrera está nervioso, su tiempo se acaba. El año siguiente la jerarquía católica estará muy activa. 2. Luis Miguel González reflexiona, en El Economista, sobre los efectos a corto, mediano y largo plazo del aumento en el precio de las gasolinas. 3. El IFT contribuye a la formación del Estado totalitario. Dentro de los lineamientos que entrarán en vigor a finales de febrero, se considera crear un Comité (¿de salud pública?) que tenga la facultad de dictaminar la suspensión «precautoria» de las transmisiones de algún medio que, a juicio de los miembros del Comité, viole los derechos de la audiencia. Si los conductores de los noticieros de radio y televisión no «distinguen» entre la opinión y la información, es decir si editorializan, se podría suspender la transmisión de su medio. Y todavía no hay nadie protestando. Mensaje para los  bolivarianos nacionales: la reforma también incluye a Carmen, pues también aplica para radio y tv restringidas. ¿Ahora sí van a protestar?

Coletilla. “Nuestro tiempo, por mucho que hable de economía, es un despilfarrador: despilfarra lo más valioso, el espíritu”. Nietzsche