Cosmología conmovida

Cosmología conmovida

 

Hoy revisito a Giorgos Seferis, específicamente el primero de sus dos poemas (si la memoria no me falla) escritos in memoriam. Es un poema de su libro de 1931 y su título es, precisamente, “A su memoria”.

 

 

Eras la divina mudez

y como el arroz tan blanca

que tirita, siendo fugaz,

volviéndose el todo, nada.

Asida a la polvareda,

tu ánima, nuestro socaz,

al final a todos nos deja

con una soledad agraz.

Miro el follaje hacia la noche

cerrados los ojos de los amigos.

 

Escenas del terruño. ¿A quién conviene la desconfianza hacia los medios oficiales de reconstrucción? No digo que las razones sean infundadas, sino que no todos los motivos han sido expuestos. ¿Por qué no se denuncia la presencia de los Panchos Villas en los campamentos de damnificados de la Roma y la Condesa? ¿A quién le beneficia ese grupo? ¿Qué organización civil va a evaluar que ellos no resulten beneficiados en la reconstrucción? ¿Quién ha revisado la relación entre los edificios incluidos en el mapa de riesgos y los edificios cuyos cimientos fueron dañados por las bodegas y túneles clandestinos del narco en el corredor Roma-Condesa? Qué bueno que los activistas sociales pondrán lupa a lo que llaman gobierno, pero falta que alguien ponga lupa a los gobiernos de facto en las zonas de la reconstrucción. Digo, de buenas ilusiones…

Coletilla. ¿Alguien reconoció en el mensaje de Margarita el eslogan del Frente Nacional por la Familia? El Yunque está jugando en tres pistas. La primera, contra Barrales, promueve mediante Los Chuchos a Monreal. La segunda, con el enroque de Zavala se abre un espacio más. La tercera, con un “conciliador” Rafael asegura más alianzas. La estrategia no es rara: no se trata de ganar, sino de posicionar la agenda. ¿Quieren prueba? Sigan “La ciudad de las ideas”, promocionado evento poblano.

Sonando un ruido

Sonando un ruido

 

Hace dos semanas presenté aquí una colección de versiones sobre el haiku más famoso. Invité a que se intentaran más versiones. Cantumimbra presentó la suya. Me interesa ver si el haiku puede llevarse a otras formas. Intenté ripiosamente que la rana saltara en un soneto de arte menor. ¿Habrá sonado el ruido?

 

Límpido lago lacio

de sereno reflejo:

es del día espejo,

de la noche palacio.

 

Calmo lago añejo,

del silencio prefacio

y del alma tridacio;

en la calma consejo.

 

¡Raudo ruido la rana!

Es súbito cadejo.

Chabisque que allana

 

por chucano batracio.

Chasca, rana truhana,

en el charco pancracio.

 

Sigue la invitación abierta, lector, para que hagas sonar el ruido y pruebes llevar el haiku más famoso a otras formas. Quizá descubramos algo.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Hoy se cumplen 35 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Los funcionarios de la PGR se habían comprometido a presentar los resultados de la investigación en agosto… les queda una semana. Los padres de los desaparecidos, por su parte, advirtieron que de no recibir información importante en agosto, incrementarán el número y la intensidad de sus protestas antes del tercer aniversario anual. 2. El 1 de octubre de 2016 señalé a Juan Dabdoub como líder del Frente Nacional por la Familia. Y afirmé hace dos semanas que para la gente del Frente, además de la imposible candidatura de José Luis Luege en el PAN, era buena noticia la posible candidatura de Ricardo Monreal en Morena. Ayer, Juan Dabdoud manifestó en Twitter: «Haremos todo por evitar que Claudia Sheinbaum llegue a la Jefatura de la CDMX, el gobierno de la ciudad no puede caer en manos sionistas», «La elección de Claudia Sheinbaum nos confirma que Morena es un partido al servicio del judeo-comunismo. Nada nuevo bajo el sol» y «Acabo de hablar con el Licenciado Ricardo Monreal, lo invité a impugnar la encuesta de su partido. Es de los pocos hombres buenos de Morena». ¿No que no? Lo dicho, el gobierno de Ricardo Monreal sería muy buena noticia para el Frente Nacional por la Familia. 3. «¿Vale la pena arriesgar la vida por un reportaje así?», le preguntaron al reportero. «Es por comodidad, por vivir con la tranquilidad de no cerrar los ojos, los oídos, ni la boca ante la brutalidad, la estupidez y la cobardía», respondió el periodista Humberto Padgett, autor de Los muchachos perdidos [Debate, 2012] un impresionante panorama de las vidas e historias del tribunal para menores, quien fue golpeado y amenazado en la Ciudad Universitaria de la UNAM por los narcomenudistas que ahí operan. Curioso: censura, amenaza y narcotráfico, pero no se ve a la izquierda universitaria protestando, o los progres unamitas en una campaña para acabar con la venta y el consumo de drogas en sus instalaciones. El país será un socavón, pero nunca el Paraíso del Pedregal. Hipocresía universitaria. 4. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha publicado un estudio sobre las carreras profesionales más rentables en México. Los tres primeros lugares (sentido descendente) son: ingeniería química, estadística y finanzas-banca-seguros. Y creo que tiene toda la razón. En un país en que el narco está pasando del cultivo al procesamiento es alta la rentabilidad de la ingeniería química. En un país en que la administración pública ha asumido que nada puede resolverse, pero de todo pueden ofrecerse cifras, debe ser alta la rentabilidad de la estadística. Y, aufhebungen!, el narco necesita lavar dinero para que las estadísticas ofrezcan mejor rostro, ¿no? Los especialistas en finanzas, banca y seguros tienen alta rentabilidad. ¿Habrá algún estudio que nos informe sobre nuestra competitividad narca? 5. «Lo bueno cuenta y queremos que siga contando» dice la frase promocional del quinto informe de gobierno del Lic. Enrique Peña Nieto. En la semana, se dieron a conocer los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública: en todos los estados de la república han repuntado los índices de homicidios. Seguimos contando, Señor Presidente.

Coletilla. “Mantenía en su casa un orden tan estricto que resultaba de una violencia inaguantable”. Ignacio Solares

 

Éxito empresarial

Éxito empresarial

 

Cobra vende droga en una camioneta estacionada frente a una oficina municipal de Protección Civil. No recuerda si él llegó primero o llegaron primero los del ayuntamiento. Nunca han sido un obstáculo, sino que siempre han representado una oportunidad. Cobra es lo que podría decirse un emprendedor exitoso. Cobra sí es testimonio de la prosperidad del país.

Escogió el lugar porque a unos pasos está la puerta de acceso de los cargadores de una fábrica grande. Al principio, sólo se estacionaba a las seis de la mañana y a las seis de la tarde; surtía a los cargadores a la entrada y a la salida de cada turno. Por suerte para el negocio, Protección Civil recomendó a los directivos de la fábrica que se prohibiera fumar dentro de las instalaciones, por lo que los trabajadores adquirieron el derecho de salir a fumar cuando lo necesitasen. Con la clientela en horario extendido, Cobra tuvo que permanecer estacionado mucho más tiempo fuera de la fábrica. El sacrificio rindió sus frutos porque las ventas aumentaron.

Con horario extendido, Cobra pudo diversificar su abanico de clientes. A media cuadra del lugar donde estaciona su camioneta, pero en la acera de enfrente, hay una secundaria: al menos quinientos clientes potenciales. Los horarios de fuerte venta eran naturalmente a la entrada y a la salida de los escolares; pero los niños son menos discretos que los cargadores y tenerlos en fila afuera de la camioneta era riesgoso. Cobra logró que su hermana estuviese al frente de la asociación de padres de familia de la secundaria y que la asociación decidiera que los niños tienen derecho a salir de las instalaciones para acudir a la papelería cercana. Cobra extendió su horario de seis de la mañana a ocho de la noche.

Las recientes alzas en los precios fueron igualmente aprovechadas por Cobra. Los cargadores han cubierto medios turnos extra para aumentar su ingreso, lo que favoreció las ventas: necesitan cargar más y cansarse menos. La asociación de padres aprobó que la dulcería escolar incrementara los precios, por lo que los niños llevan ahora más dinero y han aumentado las ventas.

Cobra, empero, está preocupado: ¿de qué otro modo va a expandir su negocio? El grupo delincuencial de la competencia ha abierto a los alrededores un laboratorio y una farmacia, y aunque ahorita Cobra todavía ofrece mejores precios, no cree que pueda competir con los grandes. El jefe ofrece a la hermana de Cobra ponerle una casa de empeño, lo que sin dudar traería otros clientes. “Tú sabes”, me dice honesto, “que a mí no me gusta eso del robo”. Y es cierto, cuando íbamos en la secundaria, en esa que ahora él controla, fue suspendido por golpear a un ladrón. Su creatividad empresarial está puesta a prueba.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El día anterior al cumplimiento de los 31 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa volvió la violencia a las protestas. Los padres de los desaparecidos protestaban afuera de la secretaría de Gobernación y desde dentro se lanzó gas lacrimógeno contra los manifestantes. De fuera, de pronto, un grupo de «activistas» iba preparado con petardos que lanzaron contra las instalaciones de la secretaría. Por la noche, el abogado de los padres y el subsecretario de Derechos Humanos salvaron el diálogo entre los funcionarios y los padres de los desaparecidos. Alguien, queda claro, quiso romper el diálogo. ¿Por qué? Al menos hubo una detención importante sobre el caso, la de Walter Alonso de Loya, La medusa; la historia la cuenta Héctor de Mauleón. 2. Alejandro Hope hace cuentas y proyecciones en torno a la cifra de homicidios. 2017 podría terminar con un índice de 30 mil homicidios… si bien nos va. Las cosas buenas casi no se cuentan… ¿verdad, señor Presidente? 3. Cosa tan rara, el engaño se ha redefinido y parece que sólo Carlos Puig lo ha notado. 4. ¡Filósofos al servicio de la patria! Pudo leer usted, camarada y camarado, en su diario proletario de confianza, en la mismísima sección El correo ilustrado del 28 de abril, una comprometida misiva al rector Graue en que los compañeros José Alfredo Torres y Gabriel Vargas Lozano señalan que la ética en el país depende de que se les invite a conferenciar, pues claramente es la filosofía la que instaura ideología, perdón, la que estudia la ética, combate el desvalor (¡auch!, ¿será que no han leído a Illich?) y debilita «los poderes fácticos ubicados en las franjas de poder caciquil». Claro, la Facultad de Filosofía y Letras desconoce los poderes fácticos y el Observatorio Filosófico de México -dirigido por Vargas Lozano desde 2008- ignora qué cosa sea eso del poder caciquil. ¡Filosofía o muerte! 5. El Senado declaró el 17 de agosto como el Día nacional de las abejas. Fuentes de altísimo nivel me informaron que en la celebración oficial habrá muchos zánganos.

Coletilla. “Amargo es el vino del amor solitario”. Nizami

De la propia crueldad

De la propia crueldad

 

Al final del capítulo central de El hombre sin cabeza [Anagrama, 2009], Sergio González Rodríguez [1950-2017] se presenta: “Llevo en mi cuerpo cicatrices y prótesis en el codo, en el antebrazo y en el tobillo hasta la rodilla producto de operaciones quirúrgicas por golpes, fracturas y caídas. También otra cicatriz en la cabeza por una trepanación curativa. Y tengo prótesis en otro brazo, ante los ojos y en el oído. Soy lo que se llama una persona normal”. El capítulo indaga los motivos de la mutilación criminal, la desacralización del cuerpo, la nostalgia de lo salvaje. Las heridas del autor se equiparan con las torturas rituales, los despliegues del poder, las marcas de la crueldad. Y si todo ello inquieta, inquieta mucho más la conclusión: “soy lo que se llama una persona normal”. Para cualquiera esa es la crueldad del autor consigo mismo; para mí, es la presentación más completa que, en sus textos, hizo de sí mismo Sergio González Rodríguez. La crueldad está en no entenderlo.

         Se es injusto con la obra de Sergio González Rodríguez si se sitúa en su centro a la violencia, aun cuando a primera vista sea su tema explícito. Sí, él fue el primero en llamar la atención sobre las muertas de Juárez, el primero en hacer tema de reflexión pública las decapitaciones –del narco y del terrorismo-, el primero en señalar la planificación intrincada en la guerra contra el narco y también fue el primero –por desgracia tan desdeñado- en articular una respuesta coherente al olvidado “¿por qué?” colectivo tras la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Pero llamar la atención, reflexionar, señalar y articular la violencia fue sólo una labor preparatoria de su verdadera obra. La violencia no necesita de alguien que llame la atención sobre ella: llama la atención porque es violenta; aunque no estemos nunca tan seguros de qué es lo que de ella nos atrae. Reflexionar públicamente sobre la violencia no es, tampoco, inusual: el presidente Peña cree que la crisis de violencia está en nuestras mentes, el expresidente Calderón cree que la violencia es exclusiva de los criminales… Y no es suficiente señalar que reflexionamos sobre ella porque nos llama la atención; el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad nos dio la lección insuperable sobre esa insuficiencia. Señalar la violencia, ahora lo sabemos, es frecuentemente infecundo: dónde nuestros conteos de ejecutados, qué de los listados de desaparecidos, para qué nuestras efemérides de la barbarie… De igual modo, la articulación no agota la obra de González Rodríguez, pues en estos años de guerra civil hemos visto que se articula a gusto, zurciendo a un lado para incriminar al presidente, remendando del otro para inculpar al opositor, como si a nadie irritaran las costuras del trapo viejo que llamamos patria. La violencia, insisto, no es el centro de la obra de Sergio González Rodríguez.

         Creo que leeremos correctamente la obra de Sergio González Rodríguez cuando la lectura nos permita reconocer el papel fundamental de la técnica en la normalización de la violencia. La violencia se visibiliza cuando se fractura la normalidad, pero a la fractura hacemos frente con la intervención técnica: la violencia se normaliza. La violencia normalizada es invisible hasta que el desarrollo de la técnica impone una nueva fractura: normalizamos la violencia planificándola. Sergio develó la técnica de programación de la violencia. No nos confundamos, pues la estrategia bélica es agónica, mientras que la estrategia tecnológica es totalizante, ya que subsume la diferencia a la totalidad normalizada y emplaza la agonía a la posibilidad planificable. Los mecanismos para disminuir los feminicidios producen herramientas de exterminio y desaparición más sutiles, cual se refleja en la estadística de mujeres asesinadas; la autorregulación mediática de difusión de imágenes de la violencia del narco produce tanto la disolución de cadáveres en ácido como –en un futuro ya previsto en la obra teatral Antígona [Tierra Adentro, 2016] de Sayuri Navarro [San Luis Potosí, 1991]- la exhibición tumultuaria de cuerpos lacerados en el elegante Paseo de la Reforma; la planificación oficial del combate al narcotráfico convierte al territorio nacional en un campo de guerra y a la población en inevitables –y necesarias- “bajas colaterales”, y las “bajas colaterales” pueden ser utilizadas para políticas públicas de control a fin de “que no vuelvan a desaparecer 43 personas”. La normalización de la violencia es una sustitución técnica. La técnica hace a la violencia administrable.

         Al final de aquel capítulo de El hombre sin cabeza, Sergio González Rodríguez hizo la más completa presentación de sí mismo: fue una persona normal por la sustitución técnica de la mutilación violenta. González Rodríguez vio, quizá como nadie más, que no se puede ser simplemente espectador de la violencia o teórico o estudioso o crítico… Sergio nos enseñó que la violencia nos ha transformado, nos ha hecho normales, y que nada comienza a comprenderse de la violencia si no comprende uno el costo de la tranquilidad de lo normal. Pensar lo que de uno ha hecho la violencia no es en modo alguno ser cruel con uno mismo, sino reconocer la crueldad en uno mismo. ¿Acaso es cruel decirlo?

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Hay que agradecer a Sara Sefchovich que señale públicamente un problema grave, muy grave, en la distribución de recursos destinados a la cultura. ¿Dónde está el periodista que investigará esto? 2. Como regia tradición europea, lea el lector la saga del poder mexiquense en la historia de Alfredo III.  3. El gobernador priista del Estado de México se autorizó, por decreto, regalar dinero durante el periodo electoral. 4. El pasado martes, en La Jornada, el Comité de Salud Pública de la hermana República Socialista de Coyoacán, agrupado bajo el mote de Observatorio Ciudadano de Coyoacán, denunció el «servilismo» del canciller-aprendiz y defendió la dictadura venezolana. Búsquese la carta de esos defensores de la dictadura que, ¡ay!, son entusiastas bastoneras de Morena. 5. Que RT es un medio de propaganda no es ninguna novedad, sí lo es que esa propaganda busque influir en la elección de 2018.

Coletilla. Murió el cultísimo Juan Miguel de Mora, el traductor del Rig Veda, los Upanishads, el  Ayurveda y El último lance de Rama. Por años el doctor de Mora promovió el estudio del sánscrito y de la cultura clásica india en nuestro país. Descanse en paz.

Bisuterías de la vida cotidiana

Bisuterías de la vida cotidiana

 

 

Hay ideas que dan para una sola frase.

El yo-yo: Sísifo de sí mismo.

Del suicidio siempre hablo de oídas.

Eres Berlín: ofreces al turista las ruinas de tu muro.

Las groserías tienen miedo a la soledad.

 

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Mañana se cumplen dos años del asesinato de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes del Tec de Monterrey asesinados por el ejército afuera del campus. En su momento, Felipe Calderón justificó los asesinatos y señaló que los posgraduantes eran peligrosos sicarios. Ni Calderón se ha disculpado por la calumnia, ni la Defensa ha castigado a los asesinos. Ayer, cuestionado por las amenazas recientes de los cárteles a la población neolonesa, el vocero de Seguridad del estado reiteró la mentira habitual: no hay que temer, sólo se matan entre ellos. 2. Una investigación periodística dentro del Cártel de Sinaloa. 3. Nuevamente, Jean Meyer nos advierte sobre el exterminio de cristianos en Medio Oriente. 4. Se descubrió un robo de tratamientos médicos en el ISSSTE por 54 millones de pesos. 5. Un individuo impermeable, impermeable a la verdad… Lo describe Julio Hubard.

Coletilla. Jesús Silva-Herzog Márquez es un hombre ejemplar: ejemplo de quien se toma en serio la palabra, se toma en serio a sí mismo y a la palabra para el conocimiento de sí mismo. Ante la muerte de su padre nos compartió un escrito ejemplar. ¡Cuánta falta hace su ejemplo a los hombres que desprecian las palabras!

Nuestra luminosa actualidad

Nuestra luminosa actualidad

 

Quizás el rasgo más característico de la modernidad política sea la persuasión sobre la imposibilidad del saber político del ciudadano. Ya sea por el convencimiento de que los sucesos cotidianos encubren las decisiones de la élite (cuya presentación novelada ha sido realizada por Nir Baram en La sombra del mundo, que reseñé aquí), ya por la convicción de la educación necesaria para entender la política (que Iván Illich reconoció como consecuencia del principio de escasez y el Papa Francisco ha ubicado como fundamento de la cultura del descarte), ya por el imperio de la efectividad del especialista (que terminará en lo que Eduardo Nicol llamó “régimen de razón de fuerza mayor”), los modernos estamos persuadidos de la imposibilidad del saber ciudadano. Y por dicha persuasión nuestras disposiciones ante la crisis se reducen o bien al desistimiento, o bien al acatamiento de las decisiones de los “expertos”. El panorama se complica en el conflicto actual y el análisis intelectual que comienza a ponerse en boga oculta su complicación.

The Guardian, el mejor medio informativo de lo que todavía se llama Reino Unido, fue el foro en que inició la discusión: ¿cómo se puede explicar que la mayoría británica votara a favor del Brexit? El electorado inglés es medianamente culto. Los medios británicos practican aceptablemente la discusión política. No faltó información y debate sobre las consecuencias –económicas, políticas y sociales- del resultado de la elección. Los pronósticos, las encuestas y los estudios académicos apuntaban a un resultado diferente. ¿Cómo se puede explicar que la mayoría británica votara a favor del Brexit? El primer intento de respuesta fue una descarga generacional: fue culpa de la apoliticidad de los millenials, acusó la generación esbozada en Trainspotting. Nada pudo confirmar la responsabilidad millenial. El segundo intento de respuesta fue una compensación de clase: fue la clase media afectada por el desempleo. Nuevamente faltaron los elementos para la comprobación. El tercer intento de respuesta sólo intenta explicar que no hay explicación porque no se sabe analizar a la sociedad actual. El triunfo electoral de Donald Trump reanimó la discusión. Y ahora se está estableciendo un consenso: vivimos la época de la posverdad. Según explican los intelectuales, nuestra actual vida política se caracteriza por que para la mayoría no tienen valor los hechos y las elecciones se realizan en función de las emociones y los sentimientos. ¡Casi descubren la retórica!

La posverdad, empero, encubre un elemento de nuestra modernidad política que no se le oculta al planteamiento clásico de la retórica en política. Tanto Aristóteles como Hobbes sabían que las emociones y los sentimientos son fundamentales en la práctica política, pero ninguno de los dos suponía imposible el saber del ciudadano; no por nada, dicho sea de paso, para ambos fue tan importante pensar el papel de la retórica en los discursos de la historia de Tucídides (no afirmo, con esto, que ambos tienen la misma estimación del saber del ciudadano; alguien debería investigar ambas retóricas y explicarnos las diferencias). Nuestros intelectuales suponen, en cambio, la imposibilidad del saber del ciudadano y la necesidad de la Ilustración. Creo que no llevan al final su razonamiento: si realmente vivimos la época de la posverdad, el hecho es el fracaso de la Ilustración. Y fracasada la Ilustración… queda la fuerza.

La posverdad oculta el supuesto de la imposibilidad del saber del ciudadano y con ello la imposibilidad de la racionalidad política. La posverdad, como renuncia a las explicaciones, justificará el manejo profesional de las emociones en función de la efectividad, y con ello la cancelación definitiva de la vida pública. La posverdad abre el camino de la adulación solitaria impuesta por la necesidad: la luz azul de las pantallas de nuestros dispositivos será nuestro reflejo y al final seremos soles.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Semana de mucha información sobre el narco, el problema más grave del país. Primero, el semanario Río Doce alerta sobre los reacomodos del narcotráfico en Sinaloa. A través de un canal de YouTube se presenta un sistemático plan de exterminio de presuntos narcotraficantes rivales: se graba la tortura y días después aparece el cadáver del desaparecido. De acuerdo a los videos, se trata de la alianza del «Mayo» con los Beltrán. En segundo lugar, El Norte fue el primero en advertirlo: por amenazas del cartel del Noreste (o Zetas de la vieja escuela) el diario El Mañana de Nuevo Laredo tuvo que suspender su publicación durante dos días. En tercer lugar, Héctor de Mauleón reportó las amenazas de muerte al comisionado de Seguridad de Morelos. 2. Y semana de mucha información sobre Donald Trump. Primero, el pasado martes 31 de enero, Excélsior presentó una encuesta que destaca la cifra de desaprobación del presidente Donald Trump entre la población mexicana: 88%. Diez días antes, Reforma había presentado una encuesta que destacaba la cifra de aprobación del presidente Peña Nieto entre la población mexicana: 12%. Y así podemos jugar a ver el vaso medio lleno… En segundo lugar, me parece interesante la lectura de Roberto Blancarte sobre las implicaciones de las decisiones del presidente Trump respecto a los migrantes musulmanes y los refugiados cristianos de Medio Oriente en la religión civil de Estados Unidos. No coincido con él en que sea un retroceso a la guerra de religión, pero creo que sí es un cambio en la comprensión de esa invención rousseauniana llamada religión civil. En tercer lugar, conviene leer los análisis de Raymundo Riva Palacio y Liébano Sáenz sobre la «filtración» que fue el escándalo de la semana: la filtración es el estilo de hacer política del principal asesor de Trump. Y por último, lo dijo con claridad Mario Maldonado: el ingeniero Slim llama a la unidad mexicana, pero no anuncia aumentos en la inversión en el país, al contrario, confirma la disminución de sus inversiones al tiempo que lleva adelante sus negocios (y sus inversiones) en EU, claro, como socio de Trump. ¿Cómo explicarnos los aplausos que recibió el viernes pasado? 3. Ayer, en La Jornada, Enrique Galván Ochoa adelantó el desprecio de los progres a la marcha «Vibra México», convocada para el domingo 12 de febrero como protesta por las posiciones antimexicanas de Donald Trump. Curioso que para fundar su desprecio la compare con la marcha contra la violencia de junio de 2004, y que al recordarla omita accidentalmente lo más notable de aquella marcha: el jefe de gobierno del DF -Andrés Manuel López Obrador- no atendió a los reclamos de la población y despreció la manifestación como un asunto de «pirrurris». Ah, qué memoria tan terca la mía y qué memoria tan caprichosa la de don Enrique, ¿no?

Coletilla. Estaba entre mis planes presentarte, lector, una reseña del libro póstumo de Luis González de Alba, pero Juan Carlos Romero Puga ha hecho una reseña que da en el punto.

Unidad con pies de barro

Unidad con pies de barro

 

Come Mexicans, Muslims, LGBT and Jews

keep your eyes wide for what’s on the news

for President Trump is expressing his views,

and I fear that the mob he’s inciting

Will soon break your windows

and burn down your schools

 For the times they are a-changing back…

Billy Bragg

 

En el primer libro de su República, Platón mostró la diferencia definitiva entre el clan y la comunidad política. Carl Schmitt fue, quizá, quien más claramente lo aprendió y, sin duda, quien más persuasivamente lo ocultó: nada nos hace más unidos que un enemigo en común. Ante el peligro, para el abogado católico, las diferencias políticas se suspenden y los hombres se suman en torno a la causa del líder. El liderazgo triunfa, se ha de concluir, cuando la comunidad política torna en una gran familia. El peligro forja la unidad. En el peligro está la salvación.

En días recientes, la unidad se ha vuelto unánime y para triunfar, en los días que vienen, deberá encontrar un liderazgo legítimo, o legitimar un liderazgo, o acrecentar el peligro. Si encuentra un liderazgo, al menos habrá ley; de lo contrario, cundirá el peligro. Los días que vienen serán nublados.

No veo en el horizonte camino para la unidad nacional ahora presumida. Creo que no prosperará y que todos sabemos que nos ronda su término. Vislumbro cuatro escenarios para la unidad nacional ahora presumida; los expongo en el camino.

El primer escenario para la unidad nacional tiene una fecha específica: 4 de febrero de 2017. Ese día se registrará un aumento más en el precio de la gasolina. ¿La unidad nacional ahora presumida sobrevivirá a la inconformidad por el aumento al precio de la gasolina? Probablemente el aumento exhibirá la falsedad de la unidad nacional. El aumento anterior mostró, a través de los saqueos, la fractura de la población general, la incordia social en que plantamos los pies, la carencia de unidad. ¿Es mayor el temor por las decisiones del norte que la incordia cruel? Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría descargará su resentimiento en la acción directa contra los nacionales. Incluso cuando los políticos profesionales declarasen su unidad y exhortaran al término de la violencia, la fractura que se exhibió en enero quedará intocada. El gasolinazo de febrero mostrará la fragilidad de la unidad.

El segundo escenario no tardará más de seis meses en presentarse: el siguiente caso de corrupción del gobierno federal. En cuanto los equipos periodísticos que están investigando –digamos que en Valle de Bravo, Huixquilucan y Texas- la corrupción federal presenten un caso más, el apoyo al presidente Peña Nieto se esfumará y los partidos que esta semana lo respaldaron –incluso el amoroso López Obrador- se desmarcarán, tomarán distancia y recordarán al electorado –porque en el lapso que aquí preveo hay elecciones- su diferencia. Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría satisfará su afán de linchamiento con escándalos de una semana. Incluso cuando las nuevas reglas para la censura aminoren la difusión de los nuevos casos de corrupción, la presumida unidad nacional se exhibirá falsa. El siguiente escándalo de corrupción desilusionará de la unidad.

El tercer escenario debe mencionarse sin rodeos: la unidad nacional no resistirá el siguiente atentado del narco. Trump, el gasolinazo y la corrupción nos han servido para distraernos del mayor problema nacional, y la presumida unidad nacional no ha hecho más que ignorarlo. Incluso cuando la guerra con Donald Trump no sea sólo con palabras, nada nos protegerá ante la violencia del narco. La guerra con Trump es el escenario ideal para la siguiente etapa de la guerra contra el narco. El expresidente Felipe Calderón, abogado católico como Carl Schmitt, ha propuesto dejar de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el narco, ha sugerido incluso la conveniencia de dejar pasar los cargamentos por el territorio nacional y que sea responsabilidad exclusiva del país adverso su revisión. Quizás a Calderón le faltó concluir que donde abunda el peligro… Perspicaz, Jorge G. Castañeda ha dicho que si se va a subir el tono de la confrontación hay que empezar por la expulsión de los agentes de la DEA que trabajan en el país; suspicaz, no nos recordó la operación Irán-contra. La presumida unidad nacional mostrará su mera apariencia cuando el narco vuelva a alzar la voz. Ante la sangre reconoceremos que estábamos jugando con capa de Supermán y casi creímos que podíamos volar.

El cuarto escenario se va presentando desde ayer y tras su calma aparente oculta la posibilidad de convivir con los otros tres escenarios. Rodolfo Usigli le llamó gesticulación y nombró con ello al modo mexicano de hacer política. El presidente Peña Nieto comunica a la nación que acordó con el presidente Trump no hablar públicamente del tema escabroso; que la distensión sea producto del fingimiento. El ingeniero Carlos Slim expresó que es necesario prosperar económicamente para estar en condiciones de negociar con Donald Trump, que es un asunto económico y no político; mientras, el ingeniero ha arreglado sus acuerdos comerciales y financia la investigación del segundo escenario. El licenciado López Obrador anuncia que hará una gira por Estados Unidos para acompañar a los migrantes mexicanos; mientras, se preparan los documentos que se repartirán durante la gira poniendo especial atención en la activación de las credenciales del INE para votar desde el extranjero, claro, no pensemos mal, sin credencial vigente ¿cómo poder ayudarlos? En el mismo escenario podrían encontrarse la sensibilidad que suspenda un segundo (y tercero) gasolinazo o un acuerdo privado con cierto cártel de Jalisco. La unidad nacional gesticulada no será, pese a todo, menos débil; sólo será más difícil de entender. Su límite se encontrará, sin duda, en los afanes de violencia nacionales. La gesticulación puede administrar la delación, pero no podrá contener a la crueldad.

La crueldad, empero, no debe asimilarse al peligro, pues mientras una apela al poder de un modo específico, el otro es indeterminado. El peligro es un engaño abstracto. No habrá unidad mientras no podamos reconocer la crueldad.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. El pasado jueves se cumplieron 28 meses de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Los padres de los desaparecidos volverán a reunirse con los funcionarios de la PGR para conocer los resultados de la investigación interna por las irregularidades en las pesquisas del caso.  2. Interesante reportaje de un rancho de exterminio zeta que funcionó cuando el actual gobernador independiente de Nuevo León, el priista Jaime Rodríguez «El Bronco», era alcalde de García. 3. Inquietante la propuesta de Julio Hubard en Milenio el pasado domingo: los millenials acertaron y su falta de compromiso, su descuido del mundo, su desidia exhiben el derrumbe del mundo industrial y de los Estados Nación. Ante la debacle, Julio vuelve la mirada a la inteligencia de nuestro clásico vivo y encuentra en El progreso improductivo la clave de nuestros tiempos. Coincido con Hubard. 4. Curioso. Los mismos que se indignaron por las ofensas del millonario Donald Trump a un periodista, celebran ahora la ofensa del millonario Carlos Slim al director editorial de Milenio, Carlos Marín. Sabemos que Epigmenio no lanzará a sus huestes a posicionar un hashtag contra Telmex, que don Fede no denunciará la inmoralidad de la ofensa y que la señora Dresser no lo mencionará siquiera en la mesa del lunes. La indignación, ya lo hemos dicho, es selectiva. 5.  ¿Leyeron La Jornada del 24 de enero? ¿La sección El correo ilustrado? Sucede que los «filósofos» de la Ciudad de México, agremiados en una cosa llamada Observatorio Filosófico de México, los mismos que nombraron a la velocista Ana Guevara como defensora de la filosofía, exigen a los constituyentes que en la Ciudad de México se establezca la obligatoriedad del «alto contenido filosófico» de la educación. Obviamente, ya hay un Observatorio Filosófico de México para medir el contenido filosófico. Quieren chamba, pues.

Coletilla. “No se puede ser sincero y parecerlo a la vez”. André Gide