Minuta del polvo

Minuta del polvo

Para los muertos

Para los vivos, porque algo queda

 

 

Vibra un clamor en el grito del aire,

fiero beso de migraña sellado

en un soplo tibio, en un pulso helado;

la voz recrea una oquedad inane

y el polvo encarna con la sangre

haciendo llaga un puño débil,

seguro en su incierta desnudez.

El espacio no amamanta heridas,

sólo abrojos de engañosa tez

que tornamos luces habitables.

Queda la carne, el rumor estéril

de una esperanza hija de la noche,

nictálope en su calor forzado,

ciega aún ante el parto temporal

de su futuro, gesto del presente.

Dentelladas pide el muerto suelo,

que la sepultura es vieja madre;

hallarás entre tu tierno duelo

el agua de tu manida orfandad,

simulando tu reflejo, tu bondad.

Cruzarás la piel inerte de una tumba:

sentirás tu rostro al paso de tu mano.

 

Tacitus

Anatomía de la corrupción

Sin duda alguna, la corrupción domina la plaza pública. No sólo por ser una práctica recurrente en la política mexicana, sino por ser el problema con mayor atención. Diariamente en noticieros y periódicos hallamos noticias de culpables en actos de corrupción o índices sobre ellos. En ocasiones comienza una aventura por saber el paradero, por sacar de su madriguera al culpable, y una vez encontrado le quitan las pieles al zorro. Éstas se exhiben y pueden servir para elaborar recuerdos de la cacería. Para las campañas políticas resulta efectivo pregonar la captura de funcionarios corruptos; el candidato se muestra como figura de ruptura y probidad.Por su parte, los estudiosos igualmente concentran su atención en las instituciones carcomidas. La vida académica se robustece con las investigaciones y los análisis del fenómeno de la corrupción. Entre cifras y cifras, se descubre cuánto dinero se perdió con desvíos indebidos, cuántos programas sociales fueron afectados con esa pérdida, cómo las flaquezas impactaron en el crecimiento anual del PIB. Igualmente los estudios iluminan los diversos mecanismos realizados para triangular u ocultar dinero, es decir, así como salieron de la opacidad los involucrados, también lo hacen sus procederes. Las estadísticas traducen la historia reciente en información clara y asequible.

Frecuentemente ambos se entremezclan; los estudiosos publican en medios de gran difusión y las noticias relativas a la corrupción enriquecen las investigaciones académicas. Sabemos por ellos los sucesos recientes de corrupción, los modos en los engaños y hasta llegamos a deducir las posibles causas o contextos que los propician. Con precisión de relojero el fenómeno queda diseccionado. Las posibles artimañas o rutas ya están detectadas, lo cual es sumamente útil para las investigaciones judiciales. Reconocemos la desembocadura de los nervios o la importancia de la arteria para la circulación. A la par entendemos cuando el sistema no funciona correctamente; si la sangre no corre por haberse roto el conducto o haber una obstrucción.  En este sentido la enmienda es restablecer el funcionamiento, es decir, reparar el desperfecto para que el sistema del cuerpo no se interrumpa. Todo parece estar bien mientras los nervios conduzcan sus pulsiones y las articulaciones propicien el movimiento.

A partir de la analogía entre cuerpo y ciudad, sabemos que una esquema acerca de la corrupción es insuficiente. Las aparentes soluciones implementadas pueden ser efectivas al corregir el sistema, mas fracasan al desatender una verdadera causa. Los fiscales pueden encarcelar miles de implicados en actos de corrupción, aunque eso no detendrán que aparezcan otro mil más. Si bien es plausible que dichos actos salgan de la opacidad, no es suficiente con ello. La salud del cuerpo no se reduce a que todos los órganos cumplan con su función. En nuestro afán por hacer penitencias exhibicionistas o tener pronto resultados, peligramos en aceptar soluciones que se tornen problemas a largo plazo. Por ejemplo, ¿una oficina o instituto en contra de la corrupción no es un escenario propicio para la opacidad? Los puestos menores tienen el pretexto perfecto para caer en la corrupción. Tampoco tiene mucho alcance imprimir el diccionario de palabras cotidianas relativas a la corrupción; es la versión vulgarísima de los estudios académicos. Emprender solamente estas soluciones sirve para presumir una encrucijada por la virtud, a pesar que no tengamos convicción en ella. No curamos el cuerpo enfermo; la cirugía plástica hace parecer el cadáver con vida.