Polvos

Polvos

 

El pasado miércoles, John Maxwell Coetzee y Paul Auster, entre otros escritores, encabezaron una petición internacional para liberar a la poeta china Liu Xia. Revisito (desde la traducción al inglés) su poema Viento, dedicado a su fallecido esposo, otra víctima de la dictadura china. Ya es cliché la expresión “viento de libertad”, aunque una historia de amor en medio de la represión política le da un nuevo sentido. ¿Será que el desamor y la opresión pulverizan la esperanza? Sépanlo, antes de que seamos polvo.

 

Estás destinado por el hado a ser viento

tan ondeante, tan volante

entre las nubes juguetón.

He imaginado estar contigo.

Habrá alguna casa

en que pueda acomodarte,

sin muros para estrangularte.

Solo puedes ser viento, viento

que nunca me ha dicho

cuándo vendrá, cuándo se irá.

Cuando el viento llega

no puedo abrir mis ojos,

y en cada parte polvo

cuando se va.

 

Coletilla. Tenso, muy tenso. Un grupo político presiona a tres medios para que den nota sobre Ayotzinapa, pues necesitan usar el caso para un evento de la campaña presidencial en la semana que mañana inicia. ¿Qué pueden perder los medios presionados? La nota del debate. Cuestión de cálculos en los medios, cuestión de cálculos en los equipos de campaña. ¿Y las víctimas? Recursos humanos.

El hecho literario

El hecho literario

 

No todo texto autobiográfico es un texto literario. Ni todo texto literario trasluce necesariamente episodios autobiográficos. La vida de un literato no se filtra inclemente en la obra, ni la conforma forzosamente, ni la orienta agazapada. La obra autobiográfica se nutre desde el hecho literario. El literato compone la obra creando literariamente su vida. Podemos verlo, por ejemplo, si comparamos la nueva gran obra de Paul Auster, 4 3 2 1, con su tercera novela autobiográfica, Diario de invierno.

         El personaje principal de Diario de invierno es un hombre descalzo, parado frente a la ventana, viendo caer la nieve y encontrando en los pliegues de la claridad exterior los serpenteados vericuetos de la memoria interna que conforma su vida. Sí, de cierta manera es cierto que el personaje central es Paul Auster. Pero afirmando eso perdemos de vista la experiencia literaria de la obra: no es un texto en que el autor nos presente a su personaje, sino un diario. Aunque no es simplemente un diario, sino una evocación de los días pasados desde la mirada del hombre descalzo, de pie frente a la ventana y viendo caer la nieve. Entender que el Diario de invierno es un diario, una novela y una autobiografía es entender el hecho literario de la obra.

         Mientras 4 3 2 1 presenta las posibilidades de una vida a partir de la creación de varios narradores posibles, Diario de invierno se construye desde la experiencia interna que el poeta ha fraguado en el personaje autobiografiado. Que el presentador sea el mismo en ambos libros no es suficiente para suponer que la presentación acontece del mismo modo: las vidas posibles de los narradores posibles son plenas invenciones del autor, sin que por ahora nos importe desde dónde inventa; la vida recordada en el Diario de invierno, en cambio, es una recolección del personaje inventado, no invención dentro de la invención, sino exploración de las propias posibilidades pasadas cuando se asume uno mismo como personaje rememorante. No es igual la propia asunción como personaje que la creación desde la interioridad literaria: ahí está la diferencia entre el Diario de invierno y el Informe del interior. No es igual la propia asunción como personaje que la creación de las posibilidades de uno mismo como un personaje posible. La literatura, en 4 3 2 1, Informe del interior y Diario de invierno es, como en Aristóteles, representación de lo posible. Mas la diferencia entre las tres obras explora posibilidades de la posibilidad, ensaya la vida, ensaya la literatura. La literatura como ensayo: Paul Auster como autobiografiante.

         Si ahondamos en el hecho literario descubriremos que Paul Auster ha explorado las posibilidades literarias de la autobiografía. Ahondando en ello, podríamos comenzar a entender 4 3 2 1 como obra literaria, como el todo creativo que realmente es. Ahondando en ello podríamos reconocer el valor literario de las filtraciones de la vida en la obra, de los destilados de los libros en la vida.  Sólo así, quizá, la propia vida sería literatura.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. Qué fácil decir estupideces y confiarse en que los medios editarán las declaraciones centrándose sólo en lo que puede ser escandaloso para todos, no en lo que realmente debería preocuparnos. En aquella declaración del censor de México se señaló a Mario Vargas Llosa como mal político porque perdió, pero los medios omitieron la explicación del asunto: Alberto Fujimori viene a ser buen político por el puro hecho de ganar. ¿Fujimori, buen político? Ah, pero ahí van todos contra don Mario.

Coletilla. “En la escritura de un solo párrafo podemos pasar del deleite a la tortura”. Ignacio Solares

La interioridad literaria

La interioridad literaria

 

Entre las críticas simplonas ―que se irán volviendo lugar común― sobre la nueva obra de Paul Auster, 4 3 2 1 [2017], se encuentra aquella que la afirma como una novela autobiográfica, afirmación tan difícil de sostener tanto por la irrepetibilidad de la vida como por la variación intencional del estilo usual del autor. Auster ha dedicado cuatro novelas a la autobiografía y en las cuatro predomina el estilo usual del autor. En 4 3 2 1, en cambio, el estilo es deliberadamente distinto. Auster sabe que no va a repetirse, incluso cuando haya de contar “lo mismo”. Si algún día queremos comprender el peculiar logro creativo de la nueva obra de Auster, tendremos que deshacernos del prejuicio de que se trata de una novela autobiográfica. Si algún día queremos comprender el todo creativo de 4 3 2 1, tendremos que comenzar a pensar en Auster como creador. Y una de sus cuatro novelas autobiográficas nos puede ayudar de inicio.

         Informe del interior [2013] es un recorrido pesquisón de la interioridad, pero no de esa interioridad que la superficialidad mística cree haber encontrado o que el esoterismo de las cadenas de oración y meme cree alimentar, sino la interioridad única y unificable que una memoria atenta y esforzada encuentra en su reconocimiento del pasado. La interioridad como actividad de la memoria no es arqueología interior, sino expedición asombrada al momento mismo en que se inaugura ese diálogo del alma consigo misma que es la interioridad, que es lo reporteable, que es de lo que de nosotros mismos vale la pena hablar. Lo dice bien Auster contando un episodio de sus seis años: “cuando la voz interior se despierta y surge la capacidad de discurrir, cuando te dices a ti mismo que estás produciendo un pensamiento. En ese momento entra nuestra vida en una dimensión nueva, porque en ese punto adquirimos la aptitud de contarnos nuestras historias a nosotros mismos, de iniciar la ininterrumpida narración que continúa hasta el día de nuestra muerte”. La interioridad es el lugar desde el que nos contamos historias. La interioridad es la fuente de la lectura.

         Importante la descripción de Auster, pues la conciencia, antes que un fenómeno moral, aparece como un fenómeno literario: aquello por lo cual contamos historias, aquello por lo cual queremos que las historias nos sean contadas. La experiencia literaria (expresión alfonsecuente) como origen de una vida dignamente humana. De ahí, el autor como creador de lo humano: de la propia historia en la autobiografía y de las posibilidades de la propia historia en una obra mucho más compleja. De ahí, el lector como cocreador de lo humano: testigo del testimonio autoral, autor de su otredad, escucha de la historia ajena narrada con la voz propia. La interioridad reporteada por Paul Auster es la que origina al autor, lo reapropia de su fundamento, lo hace fenómeno literario. Nada semejante se encuentra en esa totalidad creativa que es 4 3 2 1. ¿Para qué buscaríamos el testimonio austeriano de su origen narrativo? Buscamos nuestra propia voz en los relatos ajenos desde el día en que sabemos por los libros que nunca más estaremos solos. La interioridad nunca es solitaria.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Ayer se cumplieron 40 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. El pasado lunes 22, una comisión de representantes de los familiares de los desaparecidos se reunió con el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En la reunión se acordó una reunión con el pleno del Consejo de la Judicatura Federal para el próximo 31 de enero. Según el abogado de los normalistas, la reunión tiene por objetivo informar de las omisiones de los jueces para librar órdenes de aprehensión contra los policías de Huitzuco, además de solicitar que la investigación se oriente contra las Fuerzas Armadas. 2. Importante el señalamiento de Carlos Puig: el 30 de diciembre de 2017 fue liberado Erick Valencia Salazar, El 85, y no nos habíamos enterado. Y peor: en un oficio fechado el 16 de diciembre se informa de la sentencia del 29 de diciembre: back to the future! 3. Qué raro: la Fepade «acuerda» con Javier Corral que sólo investigará las acusaciones contra César Duarte por desvío de recursos para las campañas electorales. ¿Por qué se necesita acordar que la Fiscalía Especial Para la Atención de Delitos Electorales investigará sólo delitos electorales? Ah, qué exitosa la caravana de Corral. 4. Enrique Quintana no quita el dedo del renglón: alguien está manipulando la percepción sobre las cifras económicas para propiciar inestabilidad. En esta ocasión el dato es la inflación de la primera quincena de enero, que en los corrillos se trata como altísima, pero en los datos es bastante baja. 5. «Honestidad valiente», le dicen, juar juar. Una corruptela más de los impolutos. El exdelegado Ricardo Monreal se hizo de un negocito familiar durante su desastrosa administración de la Delegación Cuauhtémoc. Ya dirán los groupies de Morena: ¡compló!, ¡mafia del poder!… Lo de siempre. 6. ¡De risa loca! Una señora que se presenta públicamente como filósofa dio una conferencia en la que dijo que la capacidad de razonar nos ha hecho animales violentos y que por ello propone abandonar el humanismo para adoptar el animalismo. ¡Chíngale! Ah, claro, pero denostar a la razón y a la palabra no es ir contra naturaleza, doctora Rivero Weber, sino inventar el hilo negro: lo difícil no es ser humano, sino vivir humanamente.

Coletilla. «Laberinto» de Milenio diario nos deleitó hoy con un nuevo relato de John Maxwell Coetzee.

Atonía monótona

Atonía monótona

 

Revisitó libremente “Monotonía” de Constantino Petrou Cavafis, que me ha resonado en la cabeza durante estos días en que todos tienen tantos planes, todos quieren tantas cosas y todo sigue siendo más o menos lo mismo.

 

 

Sigue monótono día

a un día monótono

que idéntico pasará.

 

Luego de nuevo lo mismo.

Pues los instantes iguales

nos dejan y nos encuentran.

 

Pasa un mes y trae otro.

Cualquiera sabe fácilmente

lo que luego pasará:

 

lo terrible de ayer

se convierte en mañana

cuando futuro no hay.

 

Escenas del terruño. 1. Interesante la explicación de Jean Meyer sobre el conflicto entre Rusia y la yihad. El asunto va más allá de lo geopolítico, tiende a problema religioso. 2. Isabel Turrent ha sido la única que ha notado las implicaciones teológicas de la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Lectura indispensable. 3. Primer acto. Cerca de la hora de cierre de edición de los diarios nacionales, herido en su orgullo filtró la información de su sustitución… pero los medios esperaron el comunicado del Vaticano. Segundo acto. Tras el posicionamiento de su sucesor sobre la Ley de Seguridad Interior reunió a un grupo de obispos para posicionarse en el Senado de un modo diferente… pero el posicionamiento de sus alfiles no interesó ni a los medios ni a los partidos de oposición. Tercer acto. Intentó ofertar sus apoyos a un partido político… pero Morena se alió con los grupos evangélicos. ¿Cómo se llamó la obra? El cardenal R. no tiene quien le haga caso. 4. Para la conformación del Frente que postulará a Ricardo Anaya se contó con la entusiasta participación del PRI, a través de Osorio Chong, del Verde, a través de Manuel Velasco, y de Morena, a través de Dolores Padierna y René Bejarano. La historia la cuenta Raymundo Riva Palacio. 5. Lea usted el decálogo del chairo.

Coletilla. Interesante receta para agradar a las galeras. Si se tiene que reseñar una obra extensa y por momentos complicada. Si nada de la narrativa anterior del autor sirve para alumbrar los recovecos de su nueva obra. Si ha de decirse algo sobre la nueva novela de Paul Auster aunque nada se haya entendido de ella. ¿Qué hacer? El domingo pasado en el suplemento cultural de La Jornada se decidió afirmar que 4 3 2 1, la nueva novela de Auster, es la Rayuela en lengua inglesa. Ya veo a los intelectuales de la Republica Socialista de Coyoacán con 4 3 2 1 bajo el brazo, vasito de El Jarocho en la mano y sus mismas pútridas opiniones de siempre. Al fin que la nueva novela de Auster tiene tal complejidad que ni con sus fetiches la podrían entender.

La noche de la impostura III

La noche de la impostura III

 

Ayotzinapa es la señal de una oportunidad perdida, la oportunidad del consuelo. La historia reciente de México descubrió la oportunidad de mirar el terror en los ojos humanos, de buscar en las miradas comprensiones y en los abrazos consuelo. La historia reciente de México descubrió que el mal está profundamente arraigado, pero que en la raíz también se encuentra la posibilidad del arrepentimiento. Arrepentimiento, perdón, consuelo, paz con justicia y dignidad, esas fueron las posibilidades descubiertas por el desgarrador dolor de un poeta valiente. La historia reciente de México debe al poeta Javier Sicilia el descubrimiento de la oportunidad de la paz.

Ante el dolor por el asesinato de su hijo, Javier Sicilia llamó por la acción a encarnar la palabra. Recorrió el país convocando a los dolidos, convocando a las víctimas, convocando a los testigos del terror. En su recorrido permitió que los dolidos compartieran el dolor en los abrazos. Que las víctimas recibieran el consuelo de los besos. Que los testigos participaran de la comunión del perdón y la comunidad esbozara la vía del arrepentimiento. Sicilia cargó nuestros dolores acompañando el suyo. Dio voz a las víctimas a través de la suya. Testificó la posibilidad de volvernos a ver como hombres en medio de la guerra contra el narco al presentarse a sí mismo, con su dolor y su poesía en marcha, como mero hombre. Javier encarnó la palabra. En sus abrazos encontramos una oportunidad para sobreponernos dignamente a nuestro dolor. El poeta hizo visible el horror de nuestros días al tiempo que arrojó luz sobre la senda de la reconciliación para los días futuros. El poeta nos enseñó que la paz era el único camino…

Sin embargo, a la enseñanza de Javier Sicilia la real politik la señaló de idealista, los cínicos se mofaron de sus buenos sentimientos, los revolucionarios la tacharon de moderada, los burgueses la vituperaron de ácrata, los anarkos la despreciaron por ilusa y los mercaderes por apocada. Lo importante era el poder y el camino el voto útil –dijeron los lopezobradoristas-. Lo importante es la conservación de las instituciones y el cumplimiento formal de la ley –dijeron los antilopezobradoristas-. Lo importante es el movimiento, aprovechar el impulso que el Movimiento por la Paz infundió en las masas para promover la revolución permanente –dijeron los profesionales de la protesta-. Javier Sicilia insistió: vivimos una emergencia nacional, no podemos administrar la desgracia. Y la política mexicana, desde ese 2012, intenta ser la administración de la desgracia de nuestra emergencia nacional.

Tras la Caravana por la Paz de 2011, sólo Ayotzinapa conmovió tan hondamente al país. Las primeras dos marchas por Ayotzinapa reunieron nuevamente a las personas en el reconocimiento del dolor, en la necesidad del consuelo, en la urgencia del arrepentimiento. Pero fue muy pronto que el sentimiento originado por Ayotzinapa fue sometido a la administración de los profesionales. Los profesionales de la protesta lo frivolizaron al reducir el dolor a la culpa y montar a la culpa en inculpación: ¡fue el Estado! Los profesionales de las instituciones frivolizaron el dolor de los padres al considerarlo intercambiable por alguna cantidad: ya olvídenlo. Los profesionales del mercado no lograron reconocer en el dolor algo más que un mal negocio. Mientras que los profesionales del desentendimiento –del arraigado valemadrismo nacionalista- juguetearon con venganzas expiatorias: en algo andaban y por eso les pasó lo que les pasó. Entre el linchamiento público y el oportunismo económico, Ayotzinapa pasó a ser una oportunidad perdida.

2011 nos conmovió por la entereza moral del poeta. 2014 nos conmovió por el horror de los testimonios y el dolor de los padres que buscan a sus hijos. 2011 no nos reconcilió porque despreciamos el dolor del poeta. 2014 no nos reconcilió porque despreciamos el dolor de los padres. ¿Cuántos muertos más para reconciliarnos? ¿De qué tamaño deberá ser la tragedia que nos vuelva a conmover? ¿Cuánto dolor se necesita para volvernos a conmover? Ayotzinapa es una oportunidad perdida, y muchos ya no están en posibilidad siquiera de empezar a reconocerlo.

 

Námaste Heptákis

 

Escenas del terruño. 1. Ridículo, calificativo exacto, es el conjunto de alegatos de los «defensores de la familia». Creo que la entrevista de Denise Maerker a Rodrigo Iván Cortés, vocero del Frente Nacional por la Familia -organismo integrado por panistas, yunquistas y animado por miembros de lo que será el Partido Solidaridad-, muestra de cuerpo completo la pequeñez de las ideas que intentan tomar las calles. 2. Un paseo por el mundo «onírico» de Salvador Camarena. 3. El diario argentino Clarín presentó una interesante entrevista con Paul Auster. El autor de la Trilogía de Nueva York señala que Trump, en comparación con los republicanos, «es más descarado, tiene menos miedo y se atreve a decir lo que otros no». 4. Teodoro González de León «tenía un talento largamente trabajado para descubrir y crear belleza», dice Enrique Krauze en su despedida del arquitecto.

Coletilla. “Para el creyente, la vida es un dolor que hay que socorrer, que es imprescindible socorrer”. Antonio Caso

Disgustos

“Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo.

 Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.”

N.

No me gusta, como supongo a nadie, tener gripa. Todo huele y sabe a nada. No se puede respirar, hablar ni dormir como Dios manda.  Ayer amanecí así, con gripa, con el “cuerpo cortado”, dolor de cabeza y toda congestionada. Me contagió mi hermana, estoy casi segura, pero cuando acechan esas escurridizas enfermedades, poco se puede hacer para escaparse. De verdad me molesta la congestión, sentirme atrapada o toda apretada.  Por eso no me gusta esta gripa, la gente celosa o posesiva, los elevadores ni las plazas en las fiestas decembrinas. Por eso, tampoco me gusta el tráfico feo que se encuentra uno en todos lados estos días. En realidad no me gusta, lo confieso, porque soy muy mala, malísima,  para eso de la manejada. Pero, además, no me gusta manejar en ese distorsionado mar, porque todos, o la mayoría, quieren ir rápido, pasar primero o ganarle al de al lado. No me gusta porque si no “te les metes”, nunca puedes pasar. No me gusta el sonido del claxon ni los gritos desaforados.  No me gusta porque, poco a poco y sin darse cuenta, uno se va haciendo cada vez más grosero.  No me gusta porque parece que  “ser bueno para manejar” no sólo quiere decir no chocar, sino también pasar primero antes que cualquiera. No dejas pasar, no quieres que te ganen. Pobre del tonto al que rebases, peor aun para un ciclista o caminante. No me gusta porque parece que ese acelere, enojo y desesperación, se contagian como la gripa que se resbala por todas partes. Porque me da miedo pensar que seamos eso que mostramos cuando manejamos; que no nos importe nada más que llegar primero, que no nos importe que se ensucie o abolle el coche ajeno mientras no sea el nuestro. Me da miedo pensar que esto sea reflejo de nuestra naturaleza. Prefiero pensar que este disgusto, el miedo y el desconcierto, son el símbolo más transparente de que somos algo diferente.

PARA APUNTARLE BIEN: “Most lives vanish. A person dies, and little by little all traces of that life disappear. An inventor survives in his inventions, an architect survives in his buildings, but most people leave behind no monuments or lasting achievements: a shelf of photograph albums, a fifth-grade report card, a bowling trophy, an ashtray filched from a Florida hotel room on the final morning of some dimly remembered vacation. A few objects, a few documents, and a smattering of impressions made on other people. Those people invariably tell stories about the dead person, but more often than not dates are scrambled, facts are left out, and the truth becomes increasingly distorted, and when those people die in their turn, most of the stories vanish with them” –Paul Auster, The Brooklyn Follies.

MISERERES: Human Rights Watch ha pedido a EPN que dé razón (o algo) acerca de los 25 mil desaparecidos durante el sexenio anterior. Ayer lunes, el presidente presentó su “estrategia de seguridad”. Y, hablando de esto, H. Moreira denunció ante la Haya a Calderón; lo comparó con Victoriano Huerta por robarse la presidencia (cosa que nunca dijo hasta ahora) y lo calificó como el peor presidente de nuestra historia. Ahora él sufre –dicen- la impunidad que vienen sufriendo miles a diario (algo así como cuando Salinas lloró por el encarcelamiento de su hermano, y se quejó de los tratos que le daban en la cárcel que él mismo inauguró). Este es un artículo, precisamente, sobre la “política de combate a las drogas” del gobierno de Calderón http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2103069.