Dicen que a Nerón se le hizo fácil culpar a los cristianos por el incendio de la Ciudad Eterna, también dicen que él ocasionó el fuego porque quería hacer una ciudad más bella. La que Claudio le dejó no le satisfacía del todo, y si la quemó no es por fea, sino porque desentonaba con su lira griega.
En su locura, a Nerón no le importó el destino de los romanos pues ya tenía a los cristianos para que los buenos ciudadanos desfogaran su furia. Esta técnica de Nerón es muy usada en nuestros días, se culpa al régimen anterior y a quien se deje, con tal de no tener un mal día.
Los tiranos como Nerón, que gustan de escuchar su lira, no escuchan a los ciudadanos porque se dedican a graznar todo el día, y a su graznido llaman canto y con el llanto de los cristianos pretenden obtener la popularidad perdida tras los fuegos transformadores con los que dejan todo hecho cenizas.
Transformaciones, como la de Nerón, no traen nada bueno con ellas, más bien son ocasión de persecuciones contra culpables que difícilmente lo eran, además en ese ánimo transformador traen consigo la perdición de quienes creen en los tiranos y en las ocurrencias que dicen desde temprano cada uno de sus gobernantes días.
Maigo.
Tiempo de mudanzas: A partir de la próxima semana Perro de Llama publicará los viernes, cada quince días, como lo ha venido haciendo desde que llegó.
Querido lector verás sus entradas en viernes en ves de los miércoles, así que por lo pronto y sin afán de molestar anuncio que me apareceré por aquí cada miércoles a partir de hoy.