Revolución

«¿Hipotéticamente? Fácil: porque si uno no mata, nadie lo toma enserio. Es la única prueba de seriedad, lo único que cuenta.» La frase golpea. Irrumpe en la comodidad de la lectura entretenida. Le exige al lector que se tome enserio la tranquila seriedad con la que se dice. Podría leerse como una frase política, de protesta, con sustento si se tiene en cuenta que la dice el famoso nihilista Serguei Nechaev puesto como personaje por J.M. Coetzee en El maestro de Petersburgo. Aunque parece ir más lejos de esa comprensión, pues Dostoyevski, el personaje con el que dialoga el nihilista, no intenta hablarle de la importancia de la justicia, de que está justificando fácilmente un crimen con su idea, sino que le cuestiona por qué quiere ser tomado en serio, como si le preguntara: «¿sabes a dónde quieres llegar con esas ideas?, ¿estás poniendo a prueba a la policía, a la comunidad o a ti mismo?» Quiere entenderlo, saber si su acompañante sólo es un provocador, un justiciero radical o un egoísta que muestra constantemente su poder y constantemente quiere superar su alcance. Popularmente se concibe a Serguei como un personaje que buscaba la revolución de cualquier manera. Se podría pensar que contra la injusticia se vale todo; quiere enmendar la ley ilegalmente. ¿Quiere actuar por encima de la ley porque ese es el único modo de ser tomado en serio?, ¿considera que si la ley es puesta y ejecutada por hombres, él, al concebirse como un hombre no inferior a los demás, y en muchos sentidos superior, puede derrumbarla para cambiarla?, ¿se sentía indignado por el modo en el que eran tratados los rusos y quería hacer algo al respecto?, ¿creía que toda revolución necesariamente tiene que ser violenta para ser tomada en serio? Algo parece claro: Nechaev es alguien que hará cualquier cosa para conseguir lo que quiere.

Yaddir

Pan (ocha) y circo

El feminismo es malo, la brillantina también.

Tenía que decirlo, y, de paso, señalar que si hay protestas asombrosas, no están en este continente. Los Hong Konguenses están haciendo una labor formidable de ganarse la simpatía mundial y eso que la mayor parte de sus integrantes rebeldes poseen uno o más penes. ¿Cómo le hacen? Seguro son bien bárbaros a la hora de protestar y defenderse.

Podemos jugar a ser rebeldes, hacer como que señalamos las malas prácticas del gobierno, o denunciar el abuso de poder o de autoridad; Pero a final de cuentas, la violencia no se puede maquillar.

Así que si se va a hacer protesta, si se va a hacer una revolución o algún cambio de régimen, lo menos que podemos hacer es tener huevos de hacerlo bien y como la naturaleza manda. No quemando casetas de policías, o llenándonos las manos y la cara de sangre (propia). Las payasadas tienen un impacto profundo y devastador pero para la polis, nunca para el tirano.

Reforma

Los enojos hacen revoluciones que muchas veces sirven para que todo siga igual.

Maigo