Paz

En las celebraciones decembrinas comí conejo. Y no lo disfruté. Tal vez fue porque ese día comí demasiados platillos, porque no me gusta el sabor del conejo, porque estaba mal preparado (lo cual es imposible, porque todo lo demás estaba delicioso y fue preparado por las mismas manos divinas), o porque momentos antes de comérmelo me dijeron que el conejo lo habían matado ese mismo día. Hace mucho que no tenía contacto con alguien que matara su propia comida. Lo miré como si se tratara de alguien extravagante. No me considero vegano, vegetariano o algún amigo de los animales (por más contradictorio que esto pueda sonar). Pero visualizo desde mi celular lo que me podría comer. Eso que veo me lo podría llevar rápidamente a la boca. La mayoría de las veces ni siquiera tengo que esforzarme por hacer la mínima combinación de ingredientes. Ya no cocino. Mi relación con los animales cambia por cómo como.

Las corridas de toros le parecen violentas y salvajes a una buena parte de la población. ¿Hemos progresado en nuestra relación con los animales?, ¿somos seres más bondadosos por instaurarles y defender sus derechos?, ¿podemos ser defensores de los animales por dotarlos de características humanas? Podríamos decir que una vez que no criamos a los animales para nuestra comida, empezamos a verlos de una manera diferente, como nuestra compañía. ¿Pero qué clase de compañía es un animal? No creo que un jaguar pueda sentarse a nuestro lado en el sillón para apreciar los juegos olímpicos; dudo que se conforme con comer croquetas para adulto de raza grande. A un perro no podemos pedirle consejo por un problema laboral o amoroso. Un perico no nos pude ayudar a componer una canción. Los límites de los animales parecen fácilmente reconocibles.

¿Ser mejores con los animales nos vuelve mejores con las personas? Es decir, desde que tratamos mejor a los animales, sobre todo a los que nos acompañan en nuestro hogar, ¿somos mejores seres humanos?, ¿hay una relación entre repudiar la violencia hacia las personas, por ejemplo, y el no querer comer carne? Quien evita con un gran esfuerzo golpear al perro que se orinó en su sillón, ¿repudia la violencia en cualquier caso?, ¿cree que cualquier problema se puede solucionar con palabras? En un escenario plenamente hipotético, y por ello posible, si un animal atacara al defensor de los animales y el único modo de librarse de el sería asesinando a éste, ¿lo mataría o estaría dispuesto a sacrificar su vida con tal de no dañar a un animal? La misma pregunta se podría hacer si se tratara de una persona. Más compleja se vuelve la situación si la misma persona en paz con su tiempo tiene en su poder información fidedigna que le indica que un grupo armado atentará contra su vida, ¿hablará con dicho grupo experto en el uso de las armas para llegar a un acuerdo pacífico?, ¿le harán caso si él se presenta ante ellos sólo y sin arma alguna? ¿Podrá distinguir cuándo debe usar las palabras y cuándo la violencia para, ya no digamos defenderse, sino conservar su vida?, ¿será capaz de matar un animal para comérselo si su vida depende de ello?

Yaddir