Gazmoñerismo #90

No es que renuncie a las infinitas posibilidades que me ofrece el mundo… es que para llegar a ti hay sólo un camino.

Gazmogno

De alguien

Por esa gran historia que casi escribimos

Por ese gran momento que casi tuvimos

Por tus necias ideas modernas…

Para  ti

Mírate. Eres todo un hombre: educado, centrado, exitoso, eficaz. Es momento ya de que sepas a quién se lo debes. Es momento ya de que aprendas a decir gracias… Soy invisible. Sí; aunque desde el día que naciste hasta hoy estoy contigo. Tu inseparable compañero. Siempre al acecho. Crecí a tu lado, creciste a mi lado. Supiste pronto que conmigo las cosas irían mejor. Fui tu maestro favorito. Te quité lo inocente y distraído. Gracias a mí dejaste aquellos hábitos, de pésimo gusto por cierto, de ver las estrellas y leer poesía. Aprendiste la belleza del uniforme. Fue por mí que te olvidaste de la plastilina, la pluma y el lápiz. Yo te mostré el maravilloso mundo de la tecnología, de la computadora y del proyector. Abandonaste los estúpidos y guajiros sueños que tuviste alguna vez de ser un gran músico y te hiciste ingeniero. Cuando no supiste quién eras, fui yo quien te dijo cómo debías de ser. Te enseñé que la cantidad es la cualidad más grande. Comprendiste de qué se trataba el mundo: superación, igualdad y conquista. Trabajar, trabajar y trabajar. Dejaste de caminar y aprendiste a correr. ¿Hacia dónde? ¡Qué importa! Más alto y más lejos. Más y más. Conmigo la igualdad inalcanzable siempre se ve cada vez más cerca. Dejaste de perder el tiempo: dejaste de divagar y pensar, y comenzaste a producir y actuar. Abandonaste lo viejo y ahora sólo te interesa lo nuevo. Te olvidaste de las sorpresas sencillas…

Así que no lo dudes, no lo olvides y no lo niegues: fui yo quien te hizo el gran hombre que ahora eres. Yo que soy eficiencia, rapidez, tecnología, apertura y red social. Yo que soy el que soy. Yo, que soy pero no me ves, que no me ves pero no me voy.

Tu amigo, Elprogreso.

PARA APUNTARLE BIEN: «Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es».

MISERERES:   Nueva paradoja : el caso Cassez. Nuevo secretario de educación: el viejo secretario de salud (idénticas estrategias y alianzas). Nueva maqueta. Sí, nueva maqueta pide la economía (la vieja ya se rompió).

Cambio de planes

Qué golpe el de anoche, siendo honesta aún no me recupero del todo, pero claro que lo haré y pronto, más vale que sea pronto. Al final, tú quedarás con alguien que, si es que hubo un porrazo de mi parte, lo sanará y estarás bueno de vuelta más rápido de lo que crees. Igual yo. Aunque dudo mucho que te haya proferido algún daño, quise ser  honesta tan solo, dije lo que debía pasar y lo que, seguramente, pasará; tal como tú lo hiciste. Que no hubo mala fe de tu lado, sé que eso piensas y lo haces con justo motivo, ambos lo sabemos de siempre. Hay tiempo para todo y nosotros lo tuvimos (¿lo tuvimos?) pero ya no, ya fue. El tiempo se acaba, se disipa y, en el mejor de los casos, se deja atrás. Vamos, ¡somos la mejor prueba de eso! Quizá seamos amigos o quizá ya no volvamos a hablar otra vez, cómo saber qué haremos mañana si apenas es hoy. Soy quien soy y no te pido que lo aceptes, ni ahora ni nunca te pude pedir nada, ni tú a mí, descuida. Fue, es y será todo. Tanto va el cántaro al agua… y se rompió, te rompiste y todos nos rompimos. Romperse duele. Ni el sosiego ni la esperanza estuvo nunca de nuestro lado, la creencia en lo que pudo ser se agotó o encontró saciedad en algo muy similar, en un reflejo de lo que pudimos haber hecho; sin afán de sentirme demasiado pues no me responsabilizo, no quiero hacerlo. Extrañamente siento que escribo cada vez más fuera de mí, con menos razón pero ¿razón de qué? El amor es irracional, dicen, pero creo que lo que nos pasa ahora lo es aún más. ¿Que qué nos queda? Un vil cambio de plan. Anular, guardar u olvidar, o todo, volver a lo que antes éramos y hacíamos. Amén por la costumbre. No será la primera vez y, según el ciclo, tampoco la última. Las personas borran sus escritos, se tragan sus palabras, abortan sus pensamientos como se tira la basura inútil que no quiere ser percibida otra vez para no hacerse daño, para no quedarse en donde no es posible permanecer, para no enfermarse de lo que no pudo ser –y recalco el pudo, mucho de esto se reduce a simples posibilidades–. No es que tuviésemos algo pactado o acordado, no, pero el no tener un plan era el nuestro. Nuestro, de nosotros, lo que guardábamos y nos hacía dos. O al menos eso creía. ¿Qué será de lo nuestro? Lo que sea deberá apegarse a la nueva estrategia por razones que creo han quedado claras, y si no, es que nunca fuimos nosotros. Cosa que para entonces no me caería de sorpresa. ¿Que si te quiero? Sabes de sobra mi respuesta y quiero creer que yo sé la tuya. ¿Y? eso nunca fue suficiente, nunca supimos darnos lo que esperábamos mutuamente. Que si esto te parece drama será que no me conoces ni un poco. Ciertamente las palabras son confusas y violentas, es que esto fue más bien escupido antes que redactado, confuso tanto como lo que poseíamos y violento cual terminó. Diré que las circunstancias a veces se nos escapan de la mano y éstas, como seres enteramente viables, buscan sus propios medios, sus propias soluciones. He aquí la resolución que tomó el día a día, la pisca de lo que era, de lo que solíamos ser. Nada de diplomacia, será todo; creo que es lo mejor. Acabar de un solo tajo con lo que ya no es y con lo que honestamente nunca fue. Y sí, ciertamente duró mientras duró (cuán lógico), bendito sea lo efímero.

La cigarra