Espejismos

Nos gusta el espectáculo porque los implicados en el espectáculo se saben vender. Un cantante puede impactar por su voz, por su talento instrumental, así como por su figura. Los cantantes con mejor figura son los que resultan mejor negocio. Evidentemente la imagen del aparente artista no se presenta al desnudo, pues eso no sería negocio, ya que el misterio, aquello que los fanáticos quieren destapar, desaparecería y por tanto también se difuminaría el interés en el cantante. Un gran equipo configura la imagen del llamado artista para que resulte seductora, llame la atención y pueda vender.

El espectáculo de la captura del aparente exgobernador de Veracruz también nos vende una imagen. Pero como en todas las imágenes que implican crímenes que afectan la vida de miles de personas, la imagen es multiforme y resulta difícil apresarla. El sistema judicial mexicano es tan deficiente, nuestra indignación tan añeja y el crimen tan atroz, que todos verán una apariencia, un espejismo, en el encarcelamiento de Javier Duarte. ¿Pueden castigar a un corrupto quienes le permitieron su corrupción? Aquellos que celebran la captura del ex supuesto mandatario ¿no están enmarcados en el clásico problema de ser juez y parte?

¿A qué público va dirigido la imagen Justin Bieber o Ariana Grande? Evidentemente a los adolescentes; y los vendedores de la imagen no está cometiendo ninguna transgresión al buen gusto al mover el deseo de los jóvenes. Pero no sólo los adolescentes son sus principales consumidores.

¿La captura de Javier Duarte va dirigida hacia ciertas personas?, ¿Se trata de algo que puede tener fines políticos de la más baja calaña? De no ser ese el caso, su captura trae multiplicidad de interpretaciones, lo que vuelve difícil que los políticos de todos los colores no busquen beneficiarse con ello. Así como la imagen del que se vende como artista mayormente es lo que creemos o queremos que sea, así la captura de quien decían era administrador de Veracruz, se verá como la queremos ver. Pero así como podemos buscar quién es el verdadero artista, también podemos ver qué nos dice del lugar donde vivimos la captura de la persona a la que se le achacan todos los males de la corrupción mexicana.

Yaddir

El misterio lúdico del arte

En tiempos de libertinaje repudiamos todo tipo de orden. Creemos que la medida o principios son invenciones injustas. Exagerando esta consideración, afirmamos que estas arbitrariedades son impuestas por algún opresor. La injusticia está en someter nuestra libertad y reducir la posibilidad para una verdadera dicha. No resulta sorprendente que viviendo en estos tiempos la confianza en las leyes pase por ingenua o maligna. Defender la ley se vuelve asunto de gente tradicional, estrecha o conservadora (atributos dichos de modo muy ramplón). Análogamente sucede con el arte: su perfección reside entre más original e innovador resulte. Tampoco debe ser sorpresa por qué los clásicos del arte van perdiendo su atractivo.

Para comenzar a esclarecernos, cabe hacer la distinción entre orden y estructura. Comúnmente hablamos de estructura en la construcción de edificios. La estructura metálica, conformada por vigas y remaches, sostiene un edificio para evitar su derrumbe. Pueden pasar los años y éstos desgastan las paredes y suelos, pero la estructura es capaz de resistirlos. Frío e inmutable hace frente a los vientos favorables o perjudiciales. Asumir, por ejemplo, que las sociedades están ordenadas de este modo, se conoce como funcionalismo. Cada hombre nació y ejerce una posición en la estructura. Nunca reclamar —ni debe hacerlo— porque para eso nació. Los de ciencia son los que investigan y formulan teorías, los de mano dura cortan el trigo. Todos sincronizados hacen que el reloj funcione y vaya marcando el tiempo.

En un orden mecánico la originalidad es ruptura. Si el artista aspira a ser original, sus creaciones deben irrumpir. No son contemplaciones bellas, sino gritos al vacío. En ese sentido el juego se hace sin reglas y cada corriente artística es un relámpago que azota la tierra villana. Hay constancia de este fulgor en la provocación que genera, sea en el público o en los expertos del gremio. No importa si la luz brilló efímeramente, cuenta el hecho extraordinario que acabamos de presenciar.

Sin embargo no todo orden tiene que ser mecánico o estructural. El movimiento también puede hacerse presente más allá de causa y efecto. Así, la realidad no tiene que ser estática. En la Poética Aristóteles menciona que los hombres somos capaces incluso de deleitarnos en la imitación de cosas dolorosas para la vista (1448b-10). En tal caso, así como no sentimos repugnancia por esa clase de imitación, tampoco sentimos hastío por ver imitada la misma historia (en apariencia). Lo que nos deleita es la imitación y labor del poeta y artista. Su genialidad radica en, como diría cierto poeta mexicano, llegar, descubrir y perderse en lo mismo. La realidad no la vemos agotada, por lo mismo cada poema, pieza literaria o buen cuadro tiene algo que decirnos. Por contrario que parezca el arte es otra muestra de nuestra insuficiencia.

Para lo anterior hay que aceptar lo engañoso de lo inmediato. Lo real no se caracteriza por lo aparente que vemos. Extrañamente eso no impide que dejemos de hablar de ello. No gozamos de un ojo divino en nuestro espíritu, pero tampoco somos escépticos. Aquiles aclara aquello que entendemos por valentía. Fausto, aquel afán, quizá insaciable y desastroso, por el conocimiento. O Primo Levi acerca de la dignidad y justicia humana. Cada cual va enriqueciendo e iluminando nuestra experiencia sobre ello, a pesar de que tal vez nunca tengamos suficiente claridad. Siempre estaremos enfrentados con la ambigüedad. La realidad es mágica no por engendrar hombres con cola de cerdo, sino por haber hechiceros que encantan las cosas.

Moscas. La semana pasada se reportó el hallazgo de 75 a 80 fosas clandestinas. Este fin el Colectivo El Solecito encontró 28 cuerpos en 8 fosas registradas, publica el Reforma (8, 286). De continuar la tendencia, en 75 fosas podría haber por lo menos 200 cuerpos. Y lo peor, los cadáveres en fosas clandestinas siguen sin tener rostro.

II. Esta semana capturaron a los secuestradores y homicidas de una figura pública en Cuautitlán Izcalli. Cercano en fechas a su plagio, una joven fue secuestrada, liberada y a paso veloz huyó a otro sitio. En las últimas semanas han aparecido embolsados y destazados. No es el norte ni la Lagunilla. Pueblo chico…

Y la última… Los ánimos han estado muy agitados por la muerte de Juan Gabriel. Entre que apalean a un intelectual y otros que ven a uno en Juan Gabriel. Enardecidos en el ronco pecho, varios literatos expresaron su pérdida terrible y fatal.

Misología

Amo el silencio funesto que guardan las tinieblas quietas.

Moscas. La ocasión pasada señalamos que el actual gobernador del Estado de México anunciaba juguetonamente su candidatura a la presidencia. El mandatario provocó jovialmente a los reporteros diciéndoles que sí y no se lanzaba. Pronto el canto victorioso trajo consigo la avalancha y la sublimidad suiza se vino abajo. Cercano al cumpleaños cuarenta y tres del municipio, ocurrió el asesinato a quemarropa de un funcionario local en Cuautitlán Izcalli. Respecto a ello, Nelson Vargas, amigo suyo, lamentó públicamente el suceso. Y muy lejos de ahí (aunque tan familiar por la misma violencia desbordada), el periódico El Universal dio muestra de otro récord en el mismo estado: ¡cuatro asaltos en una semana! Este muchacho no tiene tan buena suerte como la del gobernador.

II. Y mientras recordamos lo violento del valle mexiquense, por poco olvidamos cierta atrocidad ocurrida en Piedras Negras, Coahuila.

III. Una búsqueda persistente de un padre por su hija tampoco debe ser borrada y menos en un estado tan convulso como Veracruz. Animal Político reporta al respecto.

Y la última… Resulta plausible lo avanzado que estamos, pese a los varios retrocesos que luego damos. Prueba de ello son los involucrados en la  defensa de la diversidad sexual. Ya no sólo atañe a políticos, estudiosos o activistas, hoy la trinchera se conforma por televisosyoutubers y hasta personas ficticias como La trailera (¡aguas! Ella sí demanda por uso indebido de su nombre). Cierta marca de papitas destacó en la semana por confrontar a sus clientes cerrados, éstos amenazaban con dejar de comprar el producto por su campaña. No eran las del sabor taquero ni las del guepardo con lentes oscuros, pero pertenecía a la misma familia. Las papitas pendencieras llegaron incluso a irritar a cierto cantante morenito que les recriminaba su hipocresía. Las frituras buscabullas no tuvieron que ofrecer respuesta, ya que eso hicieron los tuiteros con el cantante. Al final de cuentas, entre aplausos y unos reclamos, los publicistas habían logrado su cometido. Los triangulitos de colores fueron perfectos para ilustrar el oportunismo variopinto.

 

Optimismo descarrilado

En medio de la adversidad llega a nosotros el intento por brindar algún augurio. Cuando el panorama ensombrece y parece que nos hallamos atados, nos preguntamos si es posible actuar y lograr algún éxito. Observamos la tempestad circunstancial y tenemos la incertidumbre de si habrá mejoría. En dicho momento hasta la mejor entereza queda vulnerada, la racha de sucesos infortunados alcanzan a poner en duda a cualquier hombre.

Frente a la desgracia se puede tomar, por ejemplo, una actitud de resignación. En ella quien decide reconoce su capacidad superada, existen para él fuerzas o entidades que intervienen sobre su voluntad. Todo intento será en vano para cambiar el curso del porvenir, entonces resulta prudente sobrellevar la vida atados. Tal comprensión alcanza a reflejarse en la disposición genética de los individuos, el controversial gen de la maldad o la propensión a enfermedades degenerativas se vuelven lastres con mayor peso que la roca de Sísifo. A modo de respuesta, por otro lado, podemos encontrarnos con un posicionamiento que exalte elección y obrar humano, uno que confíe en su perfección congénita y el trayecto derivado a partir de ese origen luminoso.

Seguramente esta última visión resulta más familiar a nosotros. Nuestra vida cotidiana descansa en ella, confiamos que lo próximos serán días más claros y todo avance es significativo. Nuestros gobernantes implementan programas de lectura donde se triunfa mientras se amplíe el círculo de lectores. O iniciativas contra el hambre donde su éxito esté medido por al apertura de comedores comunitarios (que ruede la comida para que más hambrientos puedan beneficiarse de ella). En un plano global, la junta de naciones pretende recordar la superación de nuestra barbarie. Todavía nos persuadimos más por el decremento en guerras y fortalecimiento en lazos diplomáticos. Incluso la eugenesia, corona por nuestro denuedo tecnológico, podrá enmendar los errores por naturaleza. En este sentido, por tanto, nuestra vida moderna es optimista, ya que confiamos en la capacidad para remediar nuestros males: creemos el trayecto paulatino hacia la felicidad a manos del hombre.

Andando sobre este trayecto, avanzando y superando los problemas, volvemos el hoy mejor que el ayer. Gozamos cada vez que hacemos que el sol emerja y anuncie un día nuevo. Sin embargo, en tal modo de vida, sucede que la superación llega a realizarse mediante el encubrimiento. La marcha incesante sólo tiene importancia en ella misma y en ocasiones el avance puede darse a brincos con tal de lograrse. Aparece la sorpresa cuando encontramos que aún existen hombres peleando por sus religiones, nos cuesta trabajo admitir que aquella edad oscura no haya terminado hace centenares de años. O quedamos boquiabiertos al enterarnos de matanzas de gran número cada de vez en cuando en México; ¿el debilitamiento de cédulas criminales, aprobación de legislaturas y cuidadosa selección de cargos públicos no ha bastado para concluir la historia sangrienta? Entre el regocijo por los buenos resultados y la falta de valentía para aceptar las equivocaciones, no cabe lugar para el arrepentimiento. Andar y andar a veces oculta por dónde pasamos y hacia dónde vamos, es decir, nos orilla a perdernos. La locomotora acelera y corre sin saber dónde parara, aunque confiemos que sea en una estación segura.

Bocadillos de la plaza pública. En los siguientes días se recibirá a Su Santidad en tierras mexicanas. Así algunos aprovecharon el momento para destapar oportunamente bodas falsas, un periódico (Reforma, 8069) aprovechó para retomar algunas estadísticas interesantes en torno a la asunción religiosa de los mexicanos. Por ejemplos, mientras el primer Censo de Población de México revela que 99.1% del país se asumía católico en 1895, en 2010 el porcentaje se redujo a un 83%. Entre tales años, específicamente entre 1980 y 2008, se redujeron cercano a la mitad los bautizos y las bodas religiosas en México. Asimismo ha ido creciendo la popularidad de otras religiones (mormones, testigos de Jehová, cristianos protestantes, pentecostales y evangélicos), mientras ha ido disminuyendo el interés por el sacerdocio: no existen suficientes jóvenes para reemplazar a los doce mil sacerdotes en el país.

II. Bajo una sonrisa irónica

recibimos la atrocidad onírica:

un cuerpo que se suma a la pila.

Veracruzanos  afirman

querer terminar la pesadilla.

Señor Carmesí