Perseverancia

La verdadera batalla está en no darse nunca por vencido.

Hiro postal

Tirana cazadora

Anoche volvió a visitarme. Su ataque me tomó por sorpresa, como siempre, y aunque quise defenderme, fue inevitable rendirme. No soy su única víctima, mucho menos la primera ni la última; bien lo sé. Ataca a cualquiera que encuentre a su paso, sin importarle si se trata de un animal o un humano, de un varón o una mujer, de un joven o un viejo, si es alto o chaparro, gordo o flaco, peludo o calvo… Simplemente, no hay quien de ella pueda salvarse.

Todo lo tiene fríamente calculado. Lleva tanto tiempo robándole la paz y la calma al mundo entero que sabe a la perfección cuál es el momento idóneo para atacar a su presa; sólo es cuestión de esperar. La paciencia es su virtud y su aliada en todas y cada una de las batallas. Una vez que ha elegido a la víctima, ya no la suelta, está acechándola de cerca, muy de cerca, esperando ese momento propicio en el cual aquélla se encuentre completamente desprevenida para entonces abordarla y asestarle el golpe fatal que la dejará indefensa. Lo único imprevisible de ella es el blanco de su ataque. Nunca sabes si será uno o serán varios ni cuál o cuáles serán, pues aunque prefiere los sitios más recónditos y de difícil acceso de tu cuerpo, bien puede optar un día por el cinismo y atacarte justo frente a tus ojos sin que tú puedas siquiera verla; así de escurridiza es. Por más que uno intenta estar atento y en guardia, siempre encuentra la forma de evadirlo y una tras otra sus victorias se acumulan, dejándolo a uno sumido en su derrota perenne y con las nuevas heridas del mortal enfrentamiento.

Quien ha sufrido su ataque, no ha de olvidarlo jamás. Comienza con un pequeño cosquilleo, casi imperceptible, que de tan inocente uno termina por ignorarlo. Poco a poco nos dirige a su trampa y una vez que hemos caído, no hay vuelta atrás. La intensidad del cosquilleo aumenta hasta convertirse en algo insoportable y, en ocasiones, hasta doloroso. Es entonces cuando cedemos ante el ataque y no hay bandera blanca que valga; no nos queda más que tallar y rascar la zona afectada, ese blanco elegido, para eliminar todo rastro que haya quedado de su vil ataque. Es aquí cuando nos sabemos vencidos y la reconocemos vencedora, aunque sea a regañadientes.

¡Maldita! ¡Mil veces maldita, ella y su nombre legendario! Ése que empieza con “c” de cazadora, de canija, de cruel… Comezón se hace llamar la muy tirana.

Hiro postal

Encantos y desencantos

Todo, todo lo hemos perdido menos el honor,

porque éste hace muy largo tiempo que nos dejó.”

José Fernando Ramírez.

“En la guerra y en el amor todo se vale”; eso yo no lo sé, pero casi siempre espero que sea un engaño. Pero lo que sí, es que en la guerra y en el amor, así como en toda competencia o juego como las cartas o el fútbol, suele haber un ganador y también al menos un perdedor. La victoria es lo que todos deseamos, su sabor es como el de ningún otro. Después de un largo partido o el vía crucis de un triángulo amoroso, se riegan gracias y desgracias, se oyen cantos pero también desencantos. Escurre orgullo pero también llanto. La democracia tal vez en esto se parece al amor y también al fútbol. El lado bonito, el de “lo logramos” y el del “sí se pudo”, lo viste a uno de ganador. Regala flores, honor y hasta ilusión. Pero  el otro lado no es tan amable, el del enamorado abandonado y descorazonado. El lado azul que hace perder la esperanza en uno. El del enojo, negación desconfianza, el del horrible premio de consolación. Muchas veces no gana el que queremos o el que creemos…“Uno gana o uno pierde, de eso se trata, sólo por eso está padre” –eso dice mi padre.  Sí, la victoria sabe a bien rico y la derrota pues a no tanto. Pero a veces también las victorias pueden saber a todo lo malo. Victorias llenas de negacionismo y sospechosismo. Victorias que pocos –o nadie- celebran. Tal vez es cosa de que no siempre todo se vale, ni siquiera en la guerra, democracia o el amor. Tal vez, así como a perder, también uno debe saber ganar y ganar bien. Perder con la frente en alto, y ganar también. Hoy, los que perdemos, negamos, o no celebramos, estamos destinados al llanto pero obligados a la lección. Los que perdemos estamos obligados a no olvidar el mal sabor. “El fin justifica los medios”; eso yo no lo sé, pero casi siempre espero que sea un engaño…

PARA APUNTARLE BIEN:  Esto es de W. B. Yeats.

On being asked for a war poem:

“I think it better that in times like these

A poet’s mouth be silent, for in truth

We have no gift to set a statesman right;

He has had enough of meddling who can please

A young girl in the indolence of her youth,

Or an old man upon a winter’s night”

MISERERES: En las últimas horas: ola de violencia en el norte, van por lo menos 60 muertos (pero sigue la cuenta). Televisa disminuye 16% en el segundo trimestre del año (desde que firmó con Iusacell), pero ya son monopolio. La izquierda mexicana declara que 5 millones de votos fueron comprados, ahora falta demostrarlo, mientras el PAN declina la invitación de la izquierda para impugnar. Reconoce irregularidades, pero acepta victorias ajenas. Suena cada vez más fuerte que hay un conflicto interno. Acá algunos artículos (de panistas) donde puede verse esto: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9152557, http://www.radiover.info/n.php?id=62089. También pueden ver la entrevista de EPN con F. Zakaria, donde habla sobre las drogas y la inmigración, acá: http://www.youtube.com/watch?v=-4QXiHnAcvQ&feature=relmfu.