Imposturas Caprichosas al primer capítulo de Dialéctica de la Ilustración.
Gerardo Allende.
1.-Dialéctica de la Ilustración es un texto que desde el comienzo se expone como provocación.
2.-Más allá de la promesa del título donde se nos promete un concepto de Ilustración, lo que realmente encontramos es una voluntad de espíritu crítico.
3.-Para Foucault “el espíritu no es una cera blanda, es una sustancia reactiva.” La reacción de este texto no hace esperar, pues se plenifica desde las primeras líneas.
3a.-No es un texto que a primera lectura invite a la reflexión o a la contemplación, es un texto con destinatarios, un dardo envenenado que con la más alta racionalidad se lanza contra ella misma; un regalo explosivo para todo aquel que espere, bajo el titulo de “Concepto de la Ilustración”, encontrar serenidad y precisión como la que hoy encontramos, por ejemplo, en ¿Qué es la Ilustración? de Kant.
3b.-Es a la vez un premio de consolación para todo aquel insatisfecho que busque llenarse la boca de rebeldía con un discurso hinchado y encontrar así elementos falocéntricos en cada poste de luz y dominación en la pobre niña que habla por celular en un Starbucks.
4.-Es un libro que en su diagnóstico dialéctico encuentra su momento de verdad, pero que apenas es capaz de dar alguna receta ante ello.
Con esto, el diagnostico apenas y se distingue del cientificista que critica: En el libro Colapso de Jared Diamond (geobiólogo norteamericano) podemos encontrar como en Adorno y Horkheimer el hecho de que vivimos en tiempos en que el pensamiento por los mismos motivos se considera dentro de una época “menos arriesgada” o “más arriesgada”, que las anteriores: “[…] nuestra poderosa tecnología, la globalización la medicina moderna y un mayor conocimiento de las sociedades del pasado y de las sociedades modernas remotas”
¿En qué sentido va la Dialéctica de la Ilustración más lejos?
5.-Me ha sido imposible leer de corrido este texto, siguiendo la argumentación de tan brillantes plumas, sin detenerme a sospechar de aquello a lo que se refieren cuando hablan de “la ciencia” (en general, como algo universal)… no es posible encontrar a primera vista argumentos, sino más bien, como ya dijimos, provocaciones; provocación tras provocación que más que buscar asentimiento buscan lo ya antes mencionado: reacción.
6.-La crítica es la apertura de una nueva decidibilidad más allá de la síntesis.
6a.-La provocación, por el contrario es la pretensión de clausura por medio de relaciones sintéticas.
6b.-El carácter provocador de este texto reside en la pretensión de clausura de la Ilustración por la mera síntesis negativa entre ciencia y mito, que se sustenta a su vez en la síntesis positiva freudo-marxista.
6c.- Adorno y Hokheimer carecen de toda apertura de decidibilidad , pues no hacen más que oscilar entre la imposibilidad de superar el lenguaje de aquello que critican y un coqueteo disimulado con un glorioso pasado no-técnico que vislumbra ya (muy a su pesar) la ansiedad posmoderna de nuestros tiempos tal cual Daniel Dennett la describe:
“… si uno quiere encontrar ansiedad, desesperación y anomia entre los intelectuales de hoy, debe mirar hacia la tribu de moda en los últimos años, los posmodernos, a quienes les gusta proclamar que la ciencia moderna no es más que otro mito de una larga serie, y sus instituciones y costoso equipo nasa más que los rituales y los accesorios de una nueva religión. Que gente inteligente pueda tomarse en serio esta idea es un testimonio del poder que conserva el miedo a las ideas, a pesar de nuestros avances en el autoconocimiento.” (Evolución de la Libertad, p.20.)
7.-El problema con este tipo de oscilaciones no es distinto de aquel que podemos encontrar en otro filósofo de la provocación: Nietzsche. La problemática en la constante polémica de Nietzsche con Dios es que siempre necesita de este, le es necesario incluso para matarlo y en su muerte reafirma su necesidad; Nietzsche nunca deja de hablar de Dios.
Deleuze nos dice que con respecto a la provocación nietzscheana que “Los dioses mueren… pero de risa, al escuchar a uno decir que es el único”… pero a final de cuentas, dioses.
8.-Entonces no hay crítica, sino mera clausura sin decidibilidad.
9.-Adorno y Horkheimer, en este primer capítulo al menos, se encuentran en la misma necesidad de reafirmar la ciencia, de asignarle UNIDAD y necesidad cometiendo el error de utilizar los mismos medios que critican: la “unificación” y la “reducción”.
Al hablar de <<La Ciencia>>, no hacen sino crear un universal del cual todo su contenido nada tiene que ver con las ciencias mismas; a lo más, con un filósofo por demás antiguo como lo es Bacon quien basa su comprensión de la ciencia en un modelo que no opera como tal en la actualidad.
10.-Invariante problemática de la provocación: <<La ciencias mueren, pero de risa, al escuchar a Adorno y a Horkheimer decir que es una>>… y al final, las ciencias.
10a (dubitativa).-¿Su texto es un dardo envenenado para ellos mismos?
11.-A pesar de la reacción que la provocación de este texto ha generado, puedo decir que incluso los tecnofílicos (de quienes no me encuentro tan alejado) pueden sentirse a gusto con él, a final de cuentas la pretendida crítica de aquello que los autores llaman “la ciencia”, ese universal nada concreto, se basa en la identificación de esta con la Ilustración y al método científico del siglo XVII, lo cual poco –por no caer en la exageración de decir que nada- tiene que ver con la ciencia actual.
Pensemos por ejemplo en la crítica a la noción de “Hombre” de la Ilustración. Las críticas que realizan son completamente compatibles con las perspectivas evolucionistas de las ciencias contemporáneas, basta leer El nuevo humanismo de Brockman para darse cuenta de ello.
12.-Históricamente, el texto resulta insuficiente a tal punto que, si en realidad quisieran extraer consecuencias críticas de la ciencia y la técnica, podríamos sugerirles el caso de Norbert Weiner, quien dio con los principios de la cibernética implementando operaciones de inteligencia antimisiles durante la Segunda guerra Mundial.
12a.-Pero aún así, los <<ingenuos>> tecnófilos podrían estar de acuerdo cuando nos dicen que: “Los hombres pagan el acrecentamiento de su poder con aquello sobre lo cual lo ejercen”.
No es muy diferente a lo que Dennett afirma:
“Cabe la posibilidad de que no estemos a la altura de nuestra tarea. Cabe la posibilidad de que destruyamos el planeta en lugar de salvarlo […] No hemos accedido a nuestro conocimiento sin dolor” (Evolución de la Libertad,
13.-Podemos sentirnos cómodos incluso con su irónica analogía entre la magia y la técnica, la cual encontramos con singular alegría en el padre del optimismo tecnológico, Ray Kurzweil, quien en su último libro afirma casi como alumno de Adorno y Horkheimer que:
“Nuestros encantamientos son las fórmulas y los algoritmos que sustentan nuestra magia moderna. Con tan sólo la secuencia correcta, podemos tener una computadora que lea un libro en voz alta, comprender el lenguaje humano y anticipar ataques de corazón” (The Singularity is Near, p.5)
14(exclamativa).- ¡Si las analogías de Adorno y Horkheimer son ciertas, mejor aún para las ciencias!
Mejor aún, pues dichas analogías más que mostrarnos una identidad de contenidos y de resultados, son un dato empírico de valiosa importancia para una de las ideas centrales de la teoría computacional de la mente: “un rango infinito de comportamientos puede ser generado por una combinación finita de elementos en la mente”
15.-La identificación de patrones cognitivos en las ciencias y en los mitos no demuestra que la ciencia sea un mito más, sino que ambas responden a patrones similares de un cerebro que ha evolucionado.
16.-Paul Fayerabend, uno de los grandes defensores del relativismo epistémico, además de hombre cercano a las ciencias, quien llego a afirmar que entre ciencia y religión no había diferencias significativas, en uno de sus últimos trabajos llegó a confirmar (15) cuando se pregunto: ¿cómo es posible que una empresa, la ciencia, pueda depender tanto de la cultura y sin embargo producir resultados tan sólidos?
17.-Así, podemos ver que más que crítica, estamos ante una provocación que además de la reacción que produce, nos deja como empezamos.
18.- (dubitativa, nuevamente).- ¿Hasta qué punto la identificación Ilustración-ciencia sigue siendo plausible para analizar las consecuencias que tiene la ciencia en nuestros días?
19 (evitativa).- Más que con analogías grandilocuentes y discursos hinchados, deberíamos preguntarnos, como lo hace Dennett: ¿Qué haremos a partir de ahora con nuestro conocimiento?
Podemos hacer analogías mientras la ciencia hace hombres y sistemas inteligentes.
Badiou ha sido bastante puntual en este aspecto, en El Siglo plantea lo siguiente: “¿Qué hacer con el hecho de que sabemos hacerlo? ¿Qué hacer con el hecho de que la ciencia sabe hacer un hombre nuevo? Y como no hay proyecto, o mientras no lo haya, la única respuesta es bien conocida. El lucro dirá que hacer.”
19a.-Badiou atina en dos aspectos, en el afirmar que hay verdad en este hecho y en que no se contenta con diagnosticar lo espurio y oculto de ello, sino que sabe que algo tenemos que hacer con ello, que la filosofía tiene algo que decir y hacer al respecto más allá de la mera crítica.
Que el problema del “hay” de la verdad que encierra la ciencia, no se encuentra en si dicha verdad es un mito más, sino que otra verdad es que hay capitalismo y que es ahí donde reside el problema.
20 (Finale).-Podemos seguir consolándonos con textos provocadores como este; podemos estetizar nuestro discurso con un pesimismo que tan sólo se justifica de la crítica por la crítica misma, o podemos seguir a Badiou en la idea de un <<¿qué hacer?>> capaz de quitarle la decidibilidad al lucro, de tener un proyecto en el haber de verdades de la realidad efectiva.