Algo de Rapaces, algo de Nietzsche…

Entre rapaces

¡Qué rápido tragan las profundidades a quien quiere bajar aquí! -Pero tú, Zaratustra, ¿aún amas el abismo haces como el abeto?- Arraiga donde la misma roca estremeciéndose se asoma a las profundidades, vacila ante los abismos donde todo en derredor tiende a caer: entre la impaciencia de la agreste rocalla, del precipitado torrente, paciente aguanta, firme, callado, solitario… ¡Solitario! ¿Quién se arriesgaría a ser huésped aquí, a ser tu huésped?… Quizá una rapaz, que tal vez se cuelgue maliciosa del pelo del tenaz paciente, con loca carcajada, una carcajada de rapaz… ¿Para qué ser tan tenaz? -se mofa cruel- hay que tener alas cuando se ama el abismo… no hay que estar colgando como tú, ¡colgado! ¡Oh, Zaratustra, el más cruel Nemrod! ¡Hace poco todavía cazador de Dios, la red para toda virtud, la flecha del mal! Ahora… cazado por ti mismo tu propia presa, penetrado en ti mismo… Ahora… solitario contigo disolitario en tu propio saber, falso ante ti mismo entre mil espejos, inseguro entre mil recuerdos; cansado por cada herida, frío por cada helada, estrangulado con tus propias cuerdas, ¡conocedor de ti mismo! ¡Verdugo de ti mismo! ¿Por qué te ataste con la cuerda de tu sabiduría? ¿Por qué te sedujiste hasta el paraíso de la vieja serpiente? ¿Por qué te deslizaste en ti, en ti?… Ahora un enfermo que enfermó por veneno de serpientes ahora un prisionero que le tocó la suerte más dura: trabajando encogido en el propio pozo, encovado en ti mismo, enterrándote en ti mismo, inerte, rígido, un cadáver; abrumado por mil cargas, sobrecargado de ti, ¡un sapiente! ¡un conocedor de sí mismo! ¡el sabio Zaratustra!… Buscabas la carga más pesada: y te encontraste; no te desprendes de ti… Acechando, acurrucándote, ¡uno que ya no se tiene en pie! ¡Me vas cogiendo la forma de tu tumba, espíritu deforme!… ¡Y poco ha todavía tan orgulloso sobre todas las garrochas de tu orgullo! ¡Poco ha todavía el eremita sin Dios, el bieremita con el diablo, el príncipe escarlata de cualquier arrogancia!… Ahora… encorvado entre dos nadas, un signo de interrogación, un cansado enigma, un enigma para rapaces… ellas te “solucionaran”, hambre tienen de tu “solución”, revolotean en torno a ti, su enigma, en torno a ti, ¡ahorcado!… ¡Oh, Zaratustra! ¡Conocedor de ti mismo!… ¡Verdugo de ti mismo!… Friedrich Nietzsche

Espinoso es indagar las imágenes que se nos ofrecen en el poema en cuestión, sin embargo la curiosidad que despertó en mí la lectura de este es el estar del autor cerca del final y en él, las interrogantes que se comienzan a gestar en torno a su obra y su vida. Estando cerca del abismo, viendo cómo se es tragado por las profundidades, Nietzsche inicia el recorrido de lo que ha sido y lo que es, comenzando con una retrospectiva dolorosa y tenaz de aquello que se pretendía ser, buscar y alcanzar. Zaratustra bajando, amando un abismo, tendiendo fuertemente a las profundidades, hacia lo obscuro, alejándose, creyendo que al igual que el abeto, sus raíces vacilarían entre aquello que miraba a veces cerca, a veces lejos aferrándose a la altura que le permitiera ver como todo cae. La crítica de todo esto me sugiere analizar e interpretar la vida misma del filósofo que en busca de la tan sublime verdad, de la tan preciada existencia, sin embargo, analizar conceptos tan oscuros como estos se tornan aún más complicados si recordamos la importancia que tiene para Nietzsche. la búsqueda de estos, no en lo común, no en lo acordado, es decir, buscar en donde los demás ignoran, desprecian, realizar la búsqueda desde los cimientos. La mirada de los otros, que viven observando el arriba, la luz, dando vueltas en torno a lo “clásico”, hacia aquello que los ciega, aquello tan “evidente” que les impide ver abajo, lo profundo, el abismo bajo sus pies. Pero quizá, dado que Zaratustra. es el epítome de el hombre que cansado de la impaciencia que corroe a lo otros, es el único que posa su mirada en las sombras, aquel que no enloquece con los demás. Zaratustra. el que observa la caída de lo arbitrario, Zaratustra, en solitario. En esta visión, algún rapaz husmea alrededor de aquel que se precipita al abismo… Zaratustra. pende de la orilla, escucha las crueles mofas del rapaz que se regocija del colgado, aquel que mirando hacia abajo, alcanzado poco a poco por las sombras del abismo, siendo tragado y alcanzado por lo profundo, cazado por él mismo. Es entonces que al unísono, el personaje y el autor se preguntan en qué momento el peso de sí mismo fue tan grande para dejarse caer. Todo aquello que se buscaba, que se criticaba y despedazaba, ahora se convierte en el peso que los aniquila. Zaratustra. ya no es un observador desde las alturas, ya no es la fuerte inocencia,es inseguro, devorándose a sí mismo, es su propio verdugo, ¿qué fue? ¿Voluntad? ¿Inocencia? O acaso, ¿el gran espíritu libre se ha aceptado como impotente ante aquello que deseaba desenmarañar? El doloroso estar, el doloroso ser de Nietzsche. reflejado en su más grande obra, Zaratustra, es ¿un reclamo? O es ¿una visión necesaria? ¿Un destino? Es el peso doloroso de la propia búsqueda, aquí ya no hay rapaces, no hay abismos, ni rocas, ni abetos, Nietzsche. ya no cuestiona, ni critica, las miradas externas han cesado. Ambos, hablando consigo mismos, doliéndose de sí mismos. Al final del poema, no vemos un espíritu derrotado, pese a lo que se hubiera podido creer, aún existe un espíritu orgulloso mirando a los rapaces que, creyendo poder comer, saciarse y emprender el vuelo nuevamente, revolotean en torno a Zaratustra, su enigma, que se duele de ellos, sabiendo que por más que se acerquen a él, jamás podrán ser conocedores y verdugos de sí mismos, tal vez la visión anterior podamos atribuirla a la modernidad, ella y sus rapaces que se buscan en conceptos fabricados, que no dan una mirada a sí mismos. Lo más doloroso de esta visión es que los rapaces son aquellos en oídos y corazones en los cuales ni autor, ni obra viven. La modernidad rapaz que ya no muere por la carga que conlleva el conocimiento de sí mismo, que ya no puede, no quiere y no se preocupa por aniquilarse (y transformarse). No hay poder, no hay voluntad, ni siquiera un “nihilismo”. La visión de Zaratustra entre dos nadas, al morir nada, el presente que ve y el futuro que, es nuestro presente…nada.

etnatm

THIS IS YOUR LIFE. GOOD TO THE LAST DROP. THIS IS YOUR LIFE. AND IT´S ENDING ONE MINUTE AT A TIME.

Por: etnatm

Realmente fue sorpresivo el cómo llegue a relacionar a Fight Club, con Heidegger y Camus, por un instante creí enloquecer, ya que por fin tenia referencias más claras en cuanto a la temática tratada en el filme. En primera instancia, no está de más aclarar que después de una lectura y unas clases de Camus, me estaba azotando, y como buen placebo, me fui a ver Fight Club. Sinceramente algo suicida de mi parte.

Pero bien, continuando con lo que quiero hacer en este pequeño escrito es dar al lector, las referencias de dicha relación. ¡Acompañadme pues!. En primer lugar tenemos al Jack lleno de cosas superfluas para el hogar de un soltero, cerca de los treinta, soltero, con un trabajo estable, bien pagado, una buena suma de dinero en un “exprimidor” es decir, un banco, una cantidad considerable en la cartera, lista para satisfacer alguna urgencia, es decir, un Jack estancado es una vida cómoda. Pero vemos aquí, que ni el dinero, ni la “comodidad habitual” le permiten conciliar el sueño. Primer problema, ¿Qué hace nuestro personaje para solucionar el insomnio? “With insomnia, you’re never really asleep, you’re never really awake”. Lo que cualquiera que se conforma con su vida, el cual no quiere interrupciones, ni búsquedas exhaustivas, la respuesta: placebos médicos, pastillas para dormir, algún tratamiento que no tome mas de cinco minutos. Es lo más fácil. ¿Por qué poner peros a esto? Si eso es lo que deseas, ¿hazlo así?

He aquí la primera relación en base a los filósofos, primero tomemos a Heidegger: un Jack, “un ser en el mundo”, “un ser ante los ojos”, “un ser a la mano”.  ¡Ouch! Dolor, pero vamos, es la primera etapa de todo hombre, “somos la absurda vida de Jack que se convulsiona antes contemplar a la nada”, nos aferramos a ese confort, no queremos angustia, nos negamos a esa unión con el “dark side” de la existencia. Cuestión que Heidegger hace explicita en sus obras, como Ser y Tiempo y ¿Qué es Metafísica?. Pero ahora, ¿qué es lo que nos dice Camus? En El mito de Sísifo, hace una referencia a este tipo de vida inmersa en un hábito de oficina y fabrica, Camus desarrolla la idea del «hombre absurdo», aquél que es perpetuamente consciente de la completa inutilidad de su vida. Continuamos con la idea de “ser la absurda vida de Jack que se convulsiona antes contemplar a la inutilidad, antes de abrir la puerta al suicidio”.

A, times B, times C equals X, if X is lees than the cost of a recall, we don’t do one.. My job was to apply the formula….Después de horas de insomnio, un viaje de “negocios”, y una incomoda visión de la vida individual que se desarrolla en el viaje en avión, you know!, pero mejor citemos a Jack: “Everywhere I travel, tiny life, single-serving sugar, single-serving cream, single pat of butter. The microwave Cordón Bleu, hobby kit. Shampoo-conditioner combos. Sample packaged mouthwash. The people I meet on flights? They’re single-serving friends”. Pero, en verdad, ¿esa es la finalidad de los, single-servings? ¿Pretenden introducir la idea de la individualidad? O más bien, ¿Fomentar el hermetismo?, Me quedo con la segunda. Algo interesante que sucede en este viaje, es la visión que tiene Jack, ¿la visión? No, mejor dicho el anhelo que tiene Jack, un instante caótico en la vida, “Everytime the plane banked too sharply and takeoff or landing…I prayed for a crash or a midair collision…Anything”.¿Quién no ha deseado ese instante?, cuando sé esta inmerso en: un lunes, un martes, el miércoles, el jueves el viernes, el trabajo, la casa, el trasporte, el desayuno, mirar el mismo rostro a un lado de la cama todos los días, la comida, los niños, el jefe, las noticias nocturnas, el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y lo mismo, el itinerario natural, y así, los años, las décadas. Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, usando El mito de Sísifo como una metáfora de la propia vida. De esta forma plantea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio?[1]

…”If you wake up at a different time, in a different place,

could you wake up, as a different person?”.[2]

Hi!, Nice to meet you, My name is Durden, Tyler Durden….I make and sell soap…Bienvenido Tayler, Ecce Homo, podríamos identificarlo en términos nietzscheanos como un espíritu libre, lo dionisiaco tal vez. Tayler es un personaje dueño de sí mismo, sin reglas, todo lo contrario a Jack. Veamos cuál es el argumento con el cual se introduce Tayler: “The illusion of safety….You Know why they put oxygen mask on planes?….Oxygen get’s you high….Suddenly you become euphoric, docile. You accept your faith…”¿Quién es Tayler Durden? ¿Es acaso uno de los mejores single-serving friends? Durden, es el terrorista interno que no falta en el Uno, la mejor definición traída a ustedes por merito heideggeriano, a simple vista es un humano más, es el que por las noches trabaja en un cine, uniendo los filmes que vemos en familia, el humano que atiende una mesa elegante, en un hotel elegante, aquel que llena nuestras copas con un vino elegante, el que sirve nuestros platos de “sopa” elegante, pero si vamos más allá, observamos que Tayler, es el que “adiciona” fragmentos de pornografía en películas infantiles, e incluye su orina, como ingrediente adjunto a nuestra “sopa elegante”. Ese es Tayler.

…”Did you know if you mix gasoline and frozen orange juice, you can make napalm?

…One can make all kind of explosives with simple house hold items…”

PAPER ST. TAYLER’S HOUSE…

I don’t know how Tayler found that house…. What a shithole…Nothing worked…” Veamos, Jack (como muchos de nosotros) acostumbrado a un bonito sofá que al verlo, es como nosotros, los colores del tapiz “describen” nuestra personalidad, un refrigerador rebosante de embutidos, vinos, frutas y verduras, un televisor pantalla plana LG, un sistema de audio y video frente al cual sentarnos y “admirar” lo maravillosa que es la vida, un montón de soluciones prácticas para la vida diaria. Pero de pronto, ¿encontrarnos en una casa enmohecida, goteras aquí y allá, Camus presenta el esfuerzo inútil e incesante de Sísifo como una metáfora de las vidas modernas consumidas en inútiles trabajos en fábricas y oficinas. Algunos encuentran esta metáfora reconfortante, pues les hace sentir que no están solos, y pueden de hecho trazar un paralelismo entre sus vidas y la de un personaje del amanecer de los tiempos. Pero, si nos quitan eso: “by the end of the first month, I did’n miss TV, I didn’t even mind the warm, stale refrigerator…”

“This is lye. The crucial ingredient”…

“What is this?

This is a chemical burn, it will hurt more than any burn and it will leave a scar.[3]

J…Meditation worked for cancer, it could work now…

T…Don’t shut the pain out…without pain or sacrifice we would have nothing…

J…Stop it!

T…This is your pain, this is your burning hand…

J…I’m going to my cave to find my power animal…

T…NO! Don’t deal whit this the way those dead people do. Come on!…NO! You’re felling premature enlightenment…it’s the greatest moment of your life, and you’re off somewhere else…

J…Please Let me out!

T…First, you have to give up, first you have know, not fear, know that someday, you’re gonna die…It’s only after we’ve lost everything that we’re free to do anything.

J…OK!

T…CONGRATULATIONS! You’re one step closer to hitting the bottom…”

¿Qué es lo que sucede en esta escena? Bien, Tayler busca enseñarle la más importante lección de su vida a Jack, el cual, inmerso en la monotonía de su trabajo, su departamento incendiado y sus irremediables horas de insomnio, decide refugiarse en los escapes mentales que las personas desahuciadas. El tocar fondo lo podemos llevar a la obra de Camus, con su suicidio, el tocar fondo es la primera puerta que encontramos abierta. Tayler lleva a Jack a caminar hacia ese suicidio, pero no debe entenderse como un suicidio físico, sino, como una muerte de la vida de oficina, fábrica, casa, escuela y situaciones que se adueñan de nosotros, esa es la muerte que debe llevarse acabo, el suicidio del hombre escapista, del hombre no-dueño de sí mismo.

Veamos otro ejemplo.

“Human Sacrifice…It’s a Gun!

On a long enough time line, the survival rate for everyone drops to zero..”

J…Fuck, what you know!…

T…Forget about what you think you know about life, friendship, and ESPECIALLY ABOUT YOU AND ME…What do you wish you’d done before you died?…

YOU HAVE TO KNOW!… If you die now, how would you fell about your life?

Hitting bottom isn’t weekend retreat. It’s not a goddamned seminar. Stop trying to control everything and just let go!

LET GO! [4]

Para la interpretación de éste fragmento vayamos con Heidegger y Dasein o “ser para la muerte”. La muerte se nos revela como aquella posibilidad esencial, originaria del hombre; posibilidad que siempre será uno de los principales referentes en la obra posterior del autor. Hablamos de la muerte, que es “la posibilidad más peculiar, irreferente, cierta y en cuanto tal indeterminada e irrebasable del ser-ahí”, se nos presenta en esta definición aquella posibilidad que define al hombre originario y fundamentalmente; la muerte su posibilidad más propia. Como lo dirá en escritos postreros el hombre es definido como mortal, antes que de cualquier otra manera.

La posible comprensión de su más propia posibilidad que es la muerte, es fundamental para la comprensión del Dasein en la autenticidad o propiedad del “sí mismo”, del “ser en el mundo” en su totalidad.

La relación del ser-ahí con su propia muerte es lo que posibilita la comprensión del Dasein en su totalidad y propiedad, por lo que “ la dimensión mortal forma parte esencial del ser humano: la muerte es una “posibilidad” mas aún, la muerte representa la posibilidad más peculiar del hombre, puesto que es la posibilidad (necesaria)de la imposibilidad de la ulterior existencia, la necesaria posibilidad del acabamiento humano, el non plus ultra del resto de sus posibilidades” en este punto la analítica se hace más profunda, y se dan pasos importantes y decisivos en este nuevo pensamiento. Lo anterior por su originalidad, ya que, en esta posibilidad última del hombre, la muerte, y en su relación con ella, descansa la posibilidad de la propiedad de la existencia.

Es en esta radical y decisiva posibilidad, en la relación que el hombre guarde con ella, en la que se puede iluminar “la verdad originaria”; gracias a la cual se pueda alcanzar la esencia del Dasein, su ser total y propio.

Uno de los principales objetivos de este pensamiento es rescatar aquella relación primaria y auténtica del hombre con su propia muerte, para rescatar lo que de esta relación queda encubierto en el modo de la impropiedad, en la caída, ya que, por esta fuga, por este encubrimiento, no se asume la muerte con la propiedad y la singularidad que esencialmente ella tiene; no se la asume con la radicalidad que ella es. En el mejor de los casos se la esquiva, se encubre a la posibilidad en cuanto tal, se generaliza en el “uno”, en “uno” morirá, que a fin de cuentas no es nadie en particular.

El ser-ahí tiene que tomar sobre sí esta posibilidad como su más peculiar posibilidad, no esquivándola, ni encubriéndola (cuestión que nunca puede hacer del todo), sino que asumiendo y viviéndola, como su más propia posibilidad. Es una certidumbre del ser-ahí, inminente, irrebasable e irreferente, nadie puede vivir mi muerte, es mía, propia y de nadie más. Esta posibilidad me singulariza, me rescata del “uno”, es “mi” muerte, “yo” muero.

¿Cómo podemos tener una relación auténtica con la posibilidad de la muerte?. Esta es la interrogante que el autor nos invita a responder. El Dasein es un “ser relativamente a la muerte”, está vuelto hacia ella como a su posibilidad más cierta y propia. Para ello hay que dejar que la muerte se despliegue como tal, cuestión que sólo se logra en forma de un adelantar la posibilidad, “el “precursar” se revela como posibilidad de comprender el más peculiar y extremo “poder ser”, o sea, como posibilidad de una existencia propia”. En efecto, es en un precursar la posibilidad más original y propia que es la muerte, en el que se juega la posibilidad única de una existencia que sea en la propiedad; que es un proyectarse sobre su más peculiar “poder ser”, sobre su posibilidad más propia

La importancia y radicalidad de este precursar la posibilidad de la muerte “se revela como posibilidad de comprender el más peculiar y extremo “poder ser”, o ser, como posibilidad de una existencia propia”. Según lo aquí explicitado, podemos concluir que sin esta posibilidad de comprender la muerte propiamente que posibilita el “precursar”, se hace imposible comprender el ser ahí en su totalidad y en su propiedad. Ese precursar, “ese reconocer la muerte como posibilidad auténtica es la anticipación de la muerte, que no significa un “pensar en la muerte”, en el sentido de tener presente que vamos a morir, sino más bien equivale a la aceptación de todas las otras posibilidades en su naturaleza de puras posibilidades”. Es pos esa razón que Tayler invita a “vivir una experiencia cercana a la vida, por que parte de la vida es la muerte. La muerte como lo vimos anteriormente con Heidegger, es una posibilidad, una posibilidad que permite al hombre percatarse de su existencia, le permite contemplar su “ser” tener una cercanía a lo que se es y en dónde se está. This is your life. Good to the last drop. This is your life. And it’s ending one minute at a time.

“I’d never been in a car accident. This must have been what all those people felt like before I filed them a statistics in my reports…Goddamn! We’ve just had a near-life experience!

He terminado así con las relaciones que encontré en el Fight Club y los autores estudiados en clase, ya que es la primera vez que realizo un trabajo de éste tipo, espero que los puntos clave que quise exponer en el presente escrito, hayan quedado asentados, no quisiera arruinar la trama y tampoco quiero arruinar el final del filme mencionado, así que sólo terminaré con una cita:

“You’re not your job

You’re not how much you have in the bank

You’re not the car you drive

You’re not the contents of your wallet

You’re not your fucking khakis

You’re not a beautiful and unique snowflake

You’re the all singing, all dancing craps of the world.”



[1] Dejaré esta pregunta en el aire, por el momento, más tarde la retomaré, puesto que en el desarrollo del escrito, tomaré como punto crucial, una escena del filme que es más apropiada para responder esta pregunta. Éste capitulo es solo la primera entrada, es sólo un instante.

[2] Éstas son referencias de los capítulos que se tomaran del filme para la relación que he decidido adaptar en el presente trabajo.

[3] A continuación se tomará fragmentos de un diálogo del film, y se dará una interpretación en base a los autores que nos corresponden.

[4] Ésta es una escena crucial tanto en el filme como en las referencias al autor, pero “veamos” la escena, Tayler y Jack se encuentran en una autopista, en el carril contrario, discutiendo, Jack se aferra a vivir, Tayler sólo le reclama que suelte el volante del auto, que lo deje ir, que deje  de querer controlar, tanto su vida como al automóvil.

Bibliografía:

Heidegger, Martín, Ser y tiempo, Losada, Buenos Aires, 2003.

Heidegger, Martín, ¿Qué es Metafísica?, Alianza, Madrid, 1989.

Camus, Albert, El mito de Sísifo, Losada, Buenos Aires, 2002.

El baile…2a Parte

Y ahí está danzando en el fruto de las sombras, Dannae se acomoda, encaja su ahora sombra-figura en la masa oscura que se distingue solo por el rayo que se asoma por la rendija. Todas bailan ya gozosas, amansadas, siempre parsimoniosas, dispersas… Llega el coro que corroe, recorre y se esparce cuando anda entre ellas, esas voces, cuando se acercan punzantes sobresaltan a las sombras y por eso se asechan toscamente las unas a las otras y el gélido y viejo coro entre suspiro deja escapar al unísono: -¡¡ El miedo!!- las oscilantes danzantes se miran con recelo, el suspiro y el aliento retoman camino y elevan su canto: -¿Quiénes son?- entre murmullos las figuras responden: – ¿Qué sería de la luz sin nosotras? Somos todos, aquí, en una, y en todas por una-

En un baile de sombras todas se sienten una, dejan escapar sollozos de desprecio al sol, a la rendija, al coro. Dolorosas palabras, frívolos instantes. Las sombras se sienten acompañadas cuando se unen todas en una y bailan, sollozan, y el canto se lo dejan al cruel coro que les repite despectivamente su estado. Ellas se precipitan danzantes, hay un dejo de ¿olvido? Dannae se pregunta si realmente se puede olvidar una máscara…La máscara se conjuga con la sombra, siendo sombras las caretas se distinguen siniestras, muecas, ojos vacíos, labios marchitos, cansados, temblorosos; rostros mecánicos, sin palabra.

Dannae ha detenido su baile, por la rendija se asoma de nuevo el rayo de sol, entonces el coro grita:- Razones más, razones menos, ustedes visiones vacías, manifestaciones de un espíritu que se muere a cada paso, a cada suspiro y a cada palabra ajena, en todas se pierde para ser algo entre sueños, inconscientes, pasos pequeños, golpes ínfimos, montañas minúsculas, observan a las cumbres como cercanas, pero son lejanas, ajenas, motivaciones sin fines, acciones pueriles, añadiduras, pretenden tejer redes inmensas, vosotras relajas de su apego a lo irreal, son sueños que se pierde bajo la voz de los más, que pronto se convierten en el todo, una muerte supuesta para aquellas visones de antaño, convicciones que van de la mano con un progreso, indolora pérdida, padecimientos similares. ¡¡Je criée, vous riez!!-

Y su máscara, más humana, que se hincha enfermiza, que se agita entre sombras, esa que acosa, que se aletarga, que se acongoja, ya no grita, solo llora, contemplando el vacío detrás –dentro, fuera-hacia, por, para, de y en ella, con ella, sin poder distinguir…¿quién es el disfraz de quién?

etnatm.

Nausea Política

Hablar de política hoy en día, puede parecer para algunos, un mar de diversas perspectivas que en ocasiones iluminan las características de la misma, para otros, ensombrece cualquier tipo de discurso que se pueda dar de ella. Por un lado podemos notar que el hombre ha dejado de ser, de ejercer y de hacer política, teniendo como consecuencia la perdida de los valores que constituían una polis, convirtiendo a la sociedad moderna en barbárica. Basta con posar los ojos –del cuerpo y del alma- en las noticias provenientes del periódico, noticiero, o bien, en el peor de lo casos presenciar un mitin partidista.

 

Entre nuevos y viejos el espectáculo de la vida política mexicana –pero no exclusivo de esta- se rebate entre dimes y diretes, entre chismes obvios e insultantes. La guerra partidista atrae a una sociedad que no exige propuesta política, sino, cual telenovela, espera que se desenmascare al malo de la historia para acoger en su seno al bueno con su imagen prometedora, sus discursos flojos, aquel que con palabras grandilocuentes (aunque se desconozca el significado de esta grandilocuente composición) deje perplejo a más de uno. Pero no todo –políticamente- versa sobre supuestos, tenemos ahora que para ser un hombre “político” se puede ser desde atleta olímpico, actor de telenovelas, películas, etcétera, en pocas palabras basta que muchos ojos te hayan visto y muchas bocas te hayan mencionado para que puedas ocupar un puesto burocrático bien remunerado tras la palabrería de una representación social. “Mi pasado fue competir corriendo, eso hablará de mi desempeño a favor de las causas y necesidades sociales” palabras más palabras menos de la ex Atleta Ana Gabriela Guevara la cual contiende por la delegación Miguel Hidalgo, pero como sabemos, al pertenecer a la corriente de izquierda, detrás del circo tenía que estar acompañada y apoyada por el ya por todos conocido AMLO y por la falsa figurilla de C.Dior Guadalupe Loaeza, ambas personalidades políticas y apocalípticas dieron las respectivas palmaditas en la espalda a la ahora candidata. Ahora bien, pese a estas peculiaridades, aún se creen que en estos casos, la política esta presente.

 

Si esto no ha conseguido asquear al lector, la tendencia de pseudo-política defequense y mexiquense tiene muchos más ingredientes que invitan a la nausea, tenemos ahora al candidato a la gobernatura del municipio de Huixquilucan Alfredo del Mazo Maza, quien tras el bastión priista , se regocija visitando a sus posibles votantes, en su larga jornada ofrece propaganda en forma de gorras, cubetas y demás objetos arrumbables, pero esto es algo común entre los candidatos a puestos gubernamentales, sin embargo no es suficiente para provocar la nausea grado sumo ya que al estar en boga el modelo de su compañero de partido y gobernados del Edo. Mex. E. Peña Nieto, el cual, más allá de contratar notarios que validen sus promesas, transformó aquella frase que dice: “Verbo mata carita”. Mazo Meza sigue esta línea, optando por la galanura como la mejor manera de obtener votos, es por eso que el candidato monta su espectáculo siendo acompañado por su Club de Fans, compuesto por un grupo de mujeres que a cada pregunta de algún periodista, responden elogiando la gallarda figura de su pusilánime objeto del deseo. 

 

¿Es ésta nuestra política? Por desgracia sí, nos quejamos de promesas incumplidas, sin embargo, es nulo aceptar la responsabilidad que como sociedad tenemos, dado que hemos aceptado que personalidades como las mencionadas tejan los rumbos de una ciudad, de una delegación o municipio, nuestra visión política ya no se enfrenta con lo que en algún momento fue la finalidad de ésta, ahora, cualquier cualquiera puede hacer y hablar de política ante nuestros ojos modernos, sin embargo la vida se nos va de las manos y dejamos que estas cosas sigan sucediendo, mucho se ha dicho del destino de la humanidad cuando se observa esta perspectiva, el asunto se ha tratado, se ha dicho, se ha divulgado, pero es opacado por los espectáculos nefastos que vemos todos los días.

NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA GRIEGA.

Nietzsche comienza su análisis, a partir de aquellos elementos presentes en la obra griega que se han impuesto arbitrariamente a lo que hoy conocemos como: ópera.  La musicalidad que prevalecía en la Tragedia, se ve de un modo presente en la puesta en escena de una ópera, sin embargo, las motivaciones, el argumento, las acciones y el movimiento distan mucho del antiguo acontecer griego, esto queda expuesto así: “Lo que hoy nosotros llamamos ópera, que es una caricatura del drama musical antiguo, ha surgido por una imitación simiesca directa de la Antigüedad: desprovista de la fuerza inconsciente de un instinto natural, formada de acuerdo con una teoría abstracta, se ha portado cual si fuera un “homunculus” producido artificialmente, como el malvado duende de nuestro moderno desarrollo musical. Aquellos aristocráticos, cultos y eruditos florentinos que, a comienzos del siglo XVIII, provocaron la génesis de la opera, tenían el propósito claramente expresado de renovar aquellos efectos que la música había tenido en la Antigüedad…” [1]

 

El hecho de que en el desarrollo de la humanidad y su actitud frente al arte, en específico, frente a los “efectos” causados por la Tragedia antigua, hayan truncado su curso a ver dicha obra, a partir de aquello que producían en los individuos, buscaron con esta “nueva” forma de hacer una obra musicalizada, sólo un alejamiento paulatino de lo que en verdad constituía a la tragedia, el desarrollo del arte moderno estaba impregnado de erudición, de lo que se trataba no era de una evolución, como lo fue en la antigüedad, sino más bien, de un burdo imitar algunos elementos, dejando a un lado la esencia del drama griego, es decir, no hubo una sana evolución de la música, el arte moderno se vio sucumbido, tanto en teoría como en la práctica, una realización docta de dicha obra.

 

Para nuestro filósofo, el resultado fue: una atrofia del gusto, esto debido a que en la obra ya no se buscaba el aprecio por la música, sino, el deleite para el ojo. “Los ojos debían admirar la habilidad contrapuntística del compositor: los ojos debían reconocer la capacidad expresiva de la música. ¿Cómo se podía llegar a esto?. Se dio a las notas el color de las cosas de que en el texto se hablaba, es decir, verde cuando lo que se mencionaba eran plantas, campos, viñedos, rojo púrpura cuando eran sol y la luz. Esto era música-literatura, música para leer”.  [2] Al parecer, esta critica a la atrofia del gusto, es por la división que se hace de los sentidos, el empleo de color en la ópera, hace que aquel que se encuentra frente a la misma, preste más atención a los cambios en tonalidades, su reacción ante dichos cambios desvía sus sentidos hacia un observar, alejándolo de una contemplación de la totalidad de la obra en cuestión, no olvidemos que el en drama griego, si bien, como se mencionó en el apartado anterior, se fueron introduciendo elementos escenográficos, máscaras y atuendos, estos tenían como función principal el hacer notar las diferencias entre los personajes, eran complemento, accesorio, no esenciales, contrario a lo que se tenía ( y se tiene ) en la ópera. El hecho de que el individuo tienda hacia una observación hace que su perspectiva de la obra se enfoque a uno de sus aspectos, es decir, tiene que partirse, ve una obra en pedazos, su contemplación está alejada de la obra. Es un hombre que aprecia por partes, un hombre sin una visión completa.

 

La actitud del hombre griego en todo lo relacionado a la tragedia, estaba más allá de una simple búsqueda de entretenimiento, esto se ve en la siguiente cita: “El alma ateniense que iba a ver la tragedia en las Grandes dionisiacas continuaba teniendo en sí algo de aquel elemento de que nació la tragedia. Ese elemento es el impulso primaveral, que explota con una fuerza extraordinaria, un irritarse, enfurecerse, teniendo sentimientos mezclados, que conocen, al aproximarse la primavera todos los pueblos ingenuos y la naturaleza entera[3]”. Se ha de tomar en cuenta que las comedias y las mascaradas de carnaval, tienen también su origen en festividades primaverales, conservan algunas similitudes con las Grandes dionisiacas, sin embargo estas últimas se caracterizaban por un aire de misticismo, el hombre griego no asistía a ellas por un placer mundano, su íntima relación con sus dioses le hacía participe de estas festividades, su espíritu se entusiasmaba. Caso contrario las festividades carnavalescas de la Edad Media, en las cuales, la religiosidad cristiana, impedía que los individuos se liberaran, si bien, las procesiones dionisiacas estaban formadas por un gran número de miembros, el espíritu de ellas era en honor a los mitos, aquellos de los cuales se formaba dicha procesión conocían el carácter y la esencia de los mismos, el espíritu de la Edad Media, era una copia de la festividad, el origen de sus conmemoraciones, permanecía inmerso en esta acción imitativa y docta de las antiguas consagraciones griegas.

 

Ahora pasemos a uno de los elementos primordiales de la Tragedia Griega el cual es: la música. Esto no debe entenderse como una obra instrumental, sino, desde la musicalidad contenida en la poesía, el coro era el portavoz de la esencia mítica, si embargo, como nuestro autor relata, la corrupción de la presencia musical fue desvirtuada con la entrada del cristianismo, siguiendo esta idea, Nietzsche dice: “Es bien sabido, en efecto, que la tragedia no fue originariamente más que un gran canto coral (…) En los mejores tiempos el efecto capital y de conjunto de la tragedia antigua continuaba descansando en el coro: éste factor con que se tenia que contar ante todo, al que no era lícito dejar de lado (…) en la música coral unísona de los griegos; ella forma la antítesis mas poderosa del desarrollo de música cristiana, en la que la armonía, auténtico símbolo de la mayoría, ha dominado durante largo tiempo, hasta el punto de que la melodía quedó asfixiada…”[4].

 

El arte musical griego, era concebido como una unidad formada por poesía, música y danza, dicha unidad daba como resultado una armonía. La teoría armónica griega consistía en el estudio de los sonidos, los intervalos, los géneros y los modos, no se basaba en los sonidos o notas, sino en la distancia o intervalo que separaba un sonido de otro. En si, la música instrumental fue acompañamiento de la poesía, siguiendo a Nietzsche: “La música estaba destinada a apoyar el poema, a reforzar la expresión de sentimientos y el interés de las situaciones, sin interrumpir la acción ni perturbarla con ornamentos inútiles.” [5]

 

Para nosotros que hemos estamos inmersos en la corriente, resultado de la modernidad, pocas veces tenemos la capacidad de disfrutar el texto y la música, los vemos como entidades separadas. En nuestra sociedad es fácil observar el gusto de la mayoría en el que la ausencia de una cercanía con la armonía entre palabra y música, nuestro gusto musical recae en un disfrute simplón de una tonada agradable, un ritmo monótono, si bien lo que pueda decir el texto de la canción sea burdo o sin sentido, el hecho de que podamos seguir “el ritmo”, da como resultado un goce a los sentidos. Pocas veces nos hemos puesto a escuchar si es la música acompañante de las palabras, si esta transmite la atmósfera que el texto pretende, no debe sorprendernos que esta atrofia del gusto haya dado como resultado, en la actualidad, corrientes como: el reaggetón, del cual sólo puedo decir que es un insulto a los sentidos.

 

 

 

¿Y qué exigen, en suma del arte? Que les libre, durante unas horas o unos instantes, del malestar, del aburrimiento, de la conciencia vagamente atormentada, y que interprete, si es posible, en un sentido elevado, el defecto de su vida y de su carácter, para transformarlo en un defecto en el destino del mundo: muy diferentes de los griegos, que veían en su arte la expansión de su propio bienestar y de su propia salud, y a quienes les gustaba contemplar su propia perfección, una vez más, fuera de ellos mismos; fueron conducidos al arte por el contento de sí mismos, mientras que en nuestros contemporáneos han sido llevados a él por el disgusto de sí mismos. [6] De esta manera es como nos acercamos al arte, por un disgusto de nuestra realidad, el acercamiento es un escape, el acudir a un concierto de piano, o a una galería o un museo, forma parte de nuestro intento de alejarnos de lo mundano, de lo cotidiano, siendo que en la época antigua, el arte y la relación del hombre con el mismo, era un aspecto que estaba en el, era inherente a él. Basta con ver las grandes cantidades de personas que se reúnen en una exposición de objetos de una civilización antigua de gran importancia, y pasado dicho evento, regresan al recinto hasta la próxima magna exposición, o debemos preguntarnos el por qué nuestras visitas a los templos mayas o al estudio de la civilización azteca, o al conocimiento de las doctrinas, el pensamiento, la religión y la vida cotidiana; esta reducido a algunos o peor aún de extranjeros. Esto último nos cansamos de criticarlo, pero nunca rebasa la mera crítica.

 

 

El arte debe ante todo embellecer la vida, hacernos, pues, tolerantes los unos a otros y tan agradables como sea posible; con esta tarea como mira, modera y nos sirve de freno, da forma a las relaciones sociales, impone leyes de convivencia, de propiedad, de cortesía a aquellos cuya educación  no está terminada (…) el arte debe ocultar y transformar todo lo que es feo, esas cosas penosas, terribles y desagradables (…) debe obrar así sobre todos en lo que se refiere a las pasiones, a los sufrimientos del alma y a los temores haciendo trasparecer, dentro de la fealdad inevitable e insuperable, lo que en ellos de significativo (…) el arte de las obras de arte no es más que un accesorio. El hombre que siente dentro de sí un excedente de estas fuerzas que embellecen, ocultan, transforman, terminará por tratar de liberarse de este excedente por medio de la obra de arte y, en ciertas circunstancias, será todo un pueblo el que obre así. [7]

 

El arte, en la actualidad, ya no es creación, el hombre ya no encuentra en el una manera de expresar su bienestar, ya no es una necesidad social, el arte ha perdido esta característica, en la cual tiene su base, nuestra modernidad nos lleva fatalmente a un olvido del arte, la ciencia ha impuesto su supremacía ha intentado mantener una ideología de dar resultados placenteros, en los cuales el hombre tiene que ser pasivo y dejarse llevar. Lo que nosotros llamamos arte, no es más que un mero adorno cultural, donde los sentidos se ven violentados  por un sin fin de elementos que evitan la comprensión, el acercamiento, la contemplación de una unidad, puesto que ya no existe tal. Estamos tan alejados de la antigua relación del hombre griego con el arte, que esta no sólo se mide en tiempo o espacio, se mide por pensamiento y obra. El hombre moderno, tristemente, ni siquiera se detiene a pensar en su mundo, en su acción, en su nula cultura, el arte ya no es natural para el, su contemplación tiene que ser regida por una serie de normas, leyes o corrientes, su relación con el arte se ve mediada por doctrinas. Es acaso que; ¿el hombre ha perdido la capacidad contemplativa?, en la vorágine de sucesos modernos, el hombre, ¿ya no tiene necesidad de arte?. Temerosamente puedo contestar que no, o quizá no sea temor lo que me lleva a responder de esta manera, no, tampoco es un deseo esperanzador, es más bien, algo que me parece incomprensible, pero que no me es posible explicar más a detalle, al menos no por el momento.

 

Hemos visto que la tragedia griega contiene muchas características que al ser plasmadas en escena, permitían la conexión y comprensión del hombre griego. En la actualidad, el intentar reproducir una tragedia griega en nuestro mundo moderno resulta no más que imposible, por muy fiel que se quiera hacer un puesta en escena de la dramaturgia griega, siempre faltará el elemento más importante: La palabra y el canto; jamás podremos saber cómo sonaba el griego ateniense del siglo V, ni hablado, ni cantado: cómo eran las modulaciones e inflexiones de la voz, cómo era la entonación y el ritmo de frase. Nosotros muy difícilmente podríamos contemplar y comprender el espectáculo con el mismo ánimo; estamos fatalmente impregnados de la religiosidad cristiana, de conceptos neoclásicos y de teorías psicológicas, nuestra visión de la realidad y de la obra de arte, quizá le resulte a un griego de ese siglo como incomprensible.

 

JóLAKöTTURINN.

 


[1] Nietzsche, Friedrich, El Nacimiento de la Tragedia, Alianza Editorial, Madrid, Pág.  206.

 

 

[2] Ídem. Pág. 207.

[3] Ídem. Pág. 212

[4] Ídem. Págs. 216-217

[5] Ídem. Pág. 220

[6] Nietzsche, Friedrich, Humano demasiado humano, Alianza Editorial, Madrid, Pág.  73.

[7]Ídem. Pág.  78

El baile del mundo de Dannae… (parte I)

En las mañanas, cuando el cuerpo despierta y la mente está deseosa de hacer lo mismo, Dannae se siente suicida, busca entre sus cosas la máscara que portará ante la audiencia de hoy…¿de ayer? Para ella es lo mismo. Entre más busca menos encuentra, es la misma agonía de todos los despertares, puesto que en todos ellos mostrarse tal cual uno es puede perturbar, es más sencillo mostrar algo que es propio a todos que aquello que es a uno mismo. Dannae se contraría al pensar en esto, le suena un tanto ilógico, sin embargo regresa a su sitio habitual, lista para su rutina…

 

¿Qué sería de su sentir suicida sin esta agonía? Su semblante se ensombrece a medida que sus manos acercan la baladí máscara del día….Dannae se pierde detrás de ella, mira al espejo y no ve nada…

 

Dannae en el jardín, saluda sin pesar al fétido desfile que se mueve incesante frente a ella, charla brevemente con las tinturas, los materiales, los adornos y las falsas expresiones, se pregunta si habrá alguna real, si alguna de ella es suicida también. Las caretas llamativas se acercan a ella tímidamente, le susurran el buen trabajo que ha hecho con ella misma…Súbitamente una voz se adentra por los huecos que aparentan ser ojos y grita: ¡En ti misma!…La voz que grita siempre rompe…Dannae cubre su rostro y no repara en los trozos de la falaz careta, se mueve presurosa a su cuarto donde ya la aguarda aquel cofre que guarda más disfraces, se detiene un momento y una lágrima recorre su piel y desesperadamente cae al suelo, esa lágrima que se lamenta por aquella rota, aquella suicida cansada de intentar sostener lo insostenible de Dannae.

 

Cansadamente posa sus manos en el cristal de su ventana, desea tocarla, no se ha percatado que aún lleva la máscara puesta, se siente pesada a estas horas, mira a su alrededor y se ve sola, afuera no hay quién pueda mirarla tal cual es, sin embargo siente que alguien la observa ¿será acaso la voz? La voz escondida entre las sombras que ahora susurra lo que antes gritó. Le aterra tener que escuchar de nuevo ese grito, siente que la voz está esperando solo el momento adecuado para volver a gritar, pero ahora, sin careta ¿qué va a romper? el deseo de la noche embriaga a Dannae, para ella es más sencillo convivir con sombras, al menos ellas se muestran, las otras se rompen con voces que gritan, las sombras se esfuman en susurros. Haciendo memoria, el primer obsequio recibido fue una máscara con facciones finas, profundas e inocentes, se le dijo que la inocencia es una poderosa arma que  por desgracia se perdía pronto, pero puede inmortalizarse en una máscara, si ella perdía su inocencia, aquella embaucadora pieza la haría regresar. Triste recuerdo, Dannae sabía que no regresaría para ella, pero sí para los demás. Su madre una vez más le había dado algo que ha sido muy útil en mucho tiempo…Nunca quiso ser como su madre, pero tampoco sabía qué ser entonces.

 

Por suerte para Dannae, el baile de sombras se aproxima, descubre su rostro, al mirar de nuevo la careta del día se ensombrece y en un susurro se pierde….

 

 

Etna

Otra vez Nietzsche…

 

La vanidad del artista romántico, un falso pesimismo.  

Etna TM. 

 

Por qué criticar al romanticismo, cuando se comienza con una oda a sí mismo y a sus victorias? Esto parecería contradictorio, un exceso de vanidad, la cual es propia del artista romántico, sin embargo Nietzsche va más allá de una infundada y simple exaltación de sí y de sus actos. Aquí es donde el análisis, la critica y los principales huecos que nuestro autor pretende excavar  de aquellas figuras enfermas de vanidad, la cual disfrazan con un movimiento que ellos denominan, pesimismo. Estas perspectivas, son las que deseo mostrar en en siguiente escrito. Cuál es la principal característica de un artista romántico? El deseo de captar la atención, esa necesidad casi enfermiza de sentir que todos a su alrededor le aplauden y reconocen sus obras, y que él es casi una encarnación divina. Sin embargo, surgen muchas dudas respecto a esta adoración de sí mismo, por ejemplo, ese necesitar la atención de otros, ver reflejada esa superioridad de la cual creen ser poseedores ante los demás. Su genialidad reside, entonces por medio de otros, nunca por sí mismo. El romántico se aleja de sí, por esa carencia de conciencia de lo que es, y de lo que existe a su alrededor, si por algún motivo, no recibe la atención de los demás, se confunde, siente que su genialidad es incomprendida, se deprime, se apacigua, convierte esta situación fatal, se asume pesimista. Qué peor manera de deprimirse que ésta? Qué peor manera de fatalizar las cosas, sin cuestionar aquello que es incomprendido y aquellos a los que fue dirigido.

 

Esta es la primordial crítica que hace el autor de aquellos que van por el mundo con bandera de genios, su terrible y enferma vida romántica, falta de observación y de conciencia, plagada de una vanidad sin fundamento, viciada por opiniones de terceros, el artista romántico, que en pocas palabras se desprecia a sí mismo, o quizá ni siquiera sepa apreciarse, sufre de manera antinatural, su desprecio hacia los que no entienden su postura, lo carcome, lo debilita, su sensibilidad se ve carcomida, por aquello que no le es propio, lo ignora, es por esa razón que Nietzsche llama a una observación, a un análisis de estos “fundamentos” de los cuales el romántico, perdido en una idealización de el mismo.