Biología

Su corazón latía con fuerza. Se podría decir que sus órganos sensoriales se aferraban a lo que les rodeaba: nunca había visto tan brillantes los colores, su oído no había notado tal cantidad de sonidos, su olfato se saturaba con todos los olores que había en torno suyo, su boca se inundaba con un sabor nuevo e indescriptible; y su piel vibraba, con tal intensidad que cualquiera diría que estaba temblando…el flujo de sensaciones terminó pronto para él, pues la muerte se apoderaba de su ser,  y los niños en el laboratorio aprendieron en ese momento que la vida es algo que se puede quitar sin culpa y que quizá algún día se pueda otorgar de nuevo, siempre y cuando haya más seres dispuestos al sacrificio en aras de una técnica capaz de redimir al hombre.

Maigo

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