Encerrado

Llevaba encerrado mucho tiempo, no sabía cuánto, aquí los días se sienten diferentes, son diferentes. Todo me parecía simple y complicado, mi habitación, la comida, las pláticas siempre de lo mismo, mi vida. Mi vida se compone sólo de recuerdos; ahí los recuerdos te asaltaban en cualquier pasillo, llegaban repletos de tiempo, de escenas, de vida; sólo los recuerdos se sentían, ellos tan alegres, tan libres. Aunque recordando no veía por qué estaba ahí; no debía estar ahí. Nunca fui muy aventado, siempre razonaba cuidadosamente todo lo que hacía, mis planes eran casi geométricos. Me divertía pensar que la consciencia nos golpea con todos los recuerdos hasta arrepentirnos de haberlos procesado. Pero recordar nos da sentido; una segunda oportunidad.

Cuando no volvía la mirada hacia atrás, no me sentía acompañado. No era que me importara estar con alguien, ni que anhelara la presencia de alguien más, sólo no vi a nadie a mi lado. ¿Habré estado con alguien? No sé. Sé que no estaba en completo silencio, había ruidos; nunca quise darles ningún sentido. Una vez, en la noche, vi a lo lejos como que algo se movía, luego una gran iluminación. Todo sucedía a lo lejos. No quise involucrarme; además, quizá sólo fue un sueño, quizá nunca pasó nada, quizá en otro sueño fui liberado.

Yaddir