En Twitter y Facebook no se reflexiona; no se dialoga. Tal vez lo más que se pueda lograr en esos espacios sea una especie de reafirmación de los propios prejuicios mediante la lectura constante de aquello que nos gusta ver. Las condiciones bajo las que fueron prefiguradas esas redes imposibilita cualquier clase de diálogo; sólo hay discusiones que dejan de ser cuando otras discusiones las suplantan. Nadie aprende nada discutiendo en Twitter.
¿Sólo se puede reflexionar o dialogar alejándose de las redes sociales? Parece que sí, pues las redes nos acostumbran a interactuar de un modo rápido e intrascendente; intentar reflexionar sobre algún asunto importante exige más tiempo del que se invierte al leer un ensayo en la red. Por eso se puede comenzar a reflexionar leyendo un texto en un blog. Lo cual nos aleja de la tumultuosa individualidad que requiere la interacción de Twitter y Facebook. En un blog se comparten ideas que podrían interesarle a otros lectores; hay un interés común del cual se parte. Lo importante son las ideas que se intentan ensayar, no quienes las están diciendo.
No hay que confundir ausencia de las redes con la soledad o un desprecio por los otros, incluso por los propios amigos. Precisamente se ensayan ideas para proponerlas a los demás, no para que queden enterradas en la soledad de quien reflexiona. Se proponen las ideas porque podrían resultar pertinentes. Es preferible, por supuesto, que las ideas sean pertinentes primero para quien las propone. ¿Lo pertinente para unos podría no serlo para los demás? Las explicaciones relativas a la ingeniería supongo que son útiles para los ingenieros y en quienes dichas explicaciones tengan un impacto; quienes no podemos entenderlas, parecería que no podríamos servirnos de ellas de modo directo. Aunque hay ideas que parecen ser de interés general: las presentadas por los artistas, pues todos actuamos. Si una idea es buena y está bien presentada, supongo, podría pasar el escrutinio general.
¿Hay ideas que sólo pueden concebirse en la soledad sin que antes sean propuestas por alguien?, ¿hay ideas cuyo límite sólo se encuentra en quien las concibió?, ¿todos, esforzándonos arduamente, podríamos entender todo? Lo que deseemos pensar y pensemos, así como si lo queremos hacer en soledad o en compañía, parecería que nos va mostrando quiénes somos y quiénes podemos ser. Las redes parecen dejarnos con pocas ideas.
Yaddir
1 comentario